Vinos que solo quieren ser vinos

Oporto/Me vienen a la memoria las palabras de un escritor que decía que la vida es de los vivos y que éstos deben estar preparados para el cambio. Ponía en boca de la protagonista de una de sus novelas que “prefiero al autor en quien vuelvo a encontrar mi mundo”. Lo tengo anotado.

El mundo del vino está vivo y es de los vivos. Cambiando a la misma velocidad que cualquier otra faceta de la vida y sin duda para mejor, podemos encontrar vinos que reflejan nuestra historia e identidad, nuestro mundo.

Otra muestra más es la Feria que se ha celebrado hace unos días en Oporto y a la que hemos venido a escuchar, catar y entender como avanzan las formas de elaborar del vino. Una mirada hacia el origen y el resultado de los esfuerzos de esos artesanos llamados viticultores.

'Simplesmente Vinhos' reunía en el neoclásico edificio aduanero de Alfandega do Porto a 100 elaboradores de Portugal y España más un invitado procedente de Italia, en esta su undécima edición, donde se homenajeaba a las mujeres enólogas, entre ellas la portuguesa Filipa Pato y la argentina afincada en España Nuria Renom, se recaudaban fondos para ayudar a los viticultores ucranianos y se reivindicaban esas mismas ideas que llevan ya tiempo instaladas en grandes regiones vitivinícolas del mundo como Jerez, Champagne o Rioja.

Arte, gastronomía, música y sobre todo vinos emotivos, auténticos donde se deja que la naturaleza, el clima y la biodiversidad de su entorno hagan su trabajo. Vinos genuinos que nos regalen la expresividad de un terruño y nos demuestren de donde vienen sin eliminar o añadir casi nada.

El viñedo es parte de la cultura, de la vida rural y del paisaje de Portugal, España e Italia y allí estaban sobre toneles a modo de mesas y copas, un cúmulo de vivencias apasionadas e imperfectas, de vinos que fluyen ágiles y pulcros.

Periodistas del sector como José Peñín, Juanma Bellver o Jamie Goode también se acercaron a compartir, a catar y a conocer de primera mano las tendencias que se expresaban en una ciudad tan ligada al vino como Oporto.

Portugal estuvo increíblemente representada en esta muestra por muchos productores que nos emocionan como Luis Seabra, que nos confiesa que es un apasionado de los vinos de Jerez y que sus celebraciones siempre empiezan con una copa de fino o manzanilla. Además de sus fantásticos vinos pudimos conocer otro proyecto en el que participa, Textura Wines,vinos orgánicos de la zona del DAO elaborados con castas portuguesas, en viñedos que rondan los 60 años y con poco uso de las barricas convencionales.

Nuno Mira Do O es un joven vigneron que desde hace más de 22 años elabora vinos en Bairrada, Dao y el Alentejo, recuperando caminos olvidados y entregando unas elaboraciones frescas y muy finas. Una búsqueda de la madurez exacta en la uva y del momento de sacarla del viñedo es esencial para sus creaciones.

Quinta do Mouro

es una referencia a todos los niveles en Portugal y representa como ninguna a los vinos del Alentejo. Vinos que son el resultado de la energía y el cariño de Miguel Louro, su productor, que me cuenta que el viñedo es donde todo comienza y que la energía de ese terroir es la que intenta llevar a sus elaboraciones.

Sin duda uno de los grandes descubrimientos fueron los vinos biodinámicos de Quinta da Palmirinha. El profesor Fernando Paiva comenzó en el mundo del vino a los 60 años y su timidez poco a poco se va despejando en la conversación mientras la copa nos atrapa con unos vinos muy naturales y aromáticos, realizados con las variedades portuguesas Azal y Loureiro.

Los vinos de Madeira de Barbeito, los blancos de Bairrada de Quinta das Bageiras, las personales creaciones con velo de flor de Areias Gordas, el gran Luis Pato,Passo de Gigante o Espera Wines de Ana Leal y Rodrigo Martins son algunos de los muchos momentos ajenos a la inmediatez que pudimos catar. Y aunque nos encantaría, no podemos ahora escribir sobre todos.

Nuestros embajadores en Oporto llegaron desde las Rías Baixas con Nanclares y Prieto, desde Toro con Alvar de Dios y del Bierzo con Germán R. Blanco en su proyecto de recuperación de viñas viejas y sencillez en sus vinos con alma. También de Gredos con Orly Lumbreras, uno de esos elaboradores que te encandilan, te explican y te seducen con sus vinos libres y honestos o las bodegas de las Arribes del Duero Hatoy el Garabato y Bodega Frontio que también portan el mensaje de cariño, respeto a la tierra y reencuentro con la tradición.

Dos mil kilómetros separan, más o menos, Oporto del Veneto italiano, donde la Biancara di Angolino Maure lleva desde los años 80 con su anhelo de llevar a la copa vinos sin ninguna intervención y que representó a Italia en esta feria.

Y ellas claro, Filipa Pato que junto a su marido William Wouters nos hablan de la salud del suelo en su búsqueda de vinos antiguos, cada uno con su propio universo y carácter y Nuria Renom, artista y artesana que expresa sus confesiones y propósitos a través de sus distintos vinos, entre susurros y risas, llena de pasión por su proyecto en el Penedés donde sólo hay piedras, sólo plantas, sólo uvas y sólo vinos. Nada más.

Se habló de muchas cosas, sí, y algunas irrefutables como que la viña y el entorno son la guía para llevar al vino toda la expresión de un mundo. Agricultura, viticultura y mínima intervención donde esos maravillosos terruños que tenemos en Jerez, la Rioja o Galicia sean el único camino para hacer grandes vinos. Y claro que sí, más sanos.

Todo esto sucedió aquí junto al rio Duero y de esta manera, donde la mitad de un vino es compartirlo y la otra mitad contarlo. Nos vemos en otro lugar del mundo.