Una vendimia como las de antes
Vinos de Jerez
La bodega San Francisco Javier ultima estos días una recolección particular, que ha recuperado prácticas tradicionales de la viticultura jerezana
Bodega San Francisco Javier finaliza hoy, primero de septiembre, una vendimia marcada por la excelente calidad de la uva, una producción menor pero idónea y sobre todo especial, porque ha sido la primera en que la bodega ha recuperado algunas prácticas tradicionales de la viticultura jerezana.
Primero fueron sus dos hectáreas en Macharnudo, de las que pronto podremos disfrutar del fino procedente de su viña y después las ocho hectáreas que actualmente están en producción en Balbaina, donde nace su fino Viña Corrales, que ya se ha convertido en un referente del fino jerezano que busca el consumidor.
Es un buen día para ver mis colores favoritos, volver a registrarlos, mancharme las botas de albariza y escribir letras en la tierra. Mis palabras vuelan hasta el cielo, pero los pensamientos se quedan aquí abajo.
Peter Sisseck y Carlos del Río trabajando mano a mano, sabedores de que es en la viña donde se hace el vino. Con la experiencia de muchas vendimias en Ribera del Duero y en Jerez, pero con las mismas inquietudes y cuidados de la primera. Pendientes de pequeños y grandes detalles, pero con un gesto en la cara que denota respeto e ilusión.
Un trabajo que empieza allí en la viña tiempo atrás, con una agricultura sana, lo que ha permitido vendimiar en unas fechas normales y encontrar unos racimos cargados de las cualidades y particularidades de esos dos grandes terruños que son Balbaina y Macharnudo.
Seleccionando en mesa en la propia viña los mejores racimos repletos de levaduras autóctonas y propias, que trasladan al vino la realidad del ciclo de vida que ha tenido la uva ese año y que harán que como siempre, “con buenas uvas buen vino se hace”.
Una vendimia diferenciada por pagos y elaborando el mosto en la propia viña, como antaño, para que luego repose en la Calle San Francisco Javier. Un mosto natural que baja al centro de Jerez y que refleja y se adapta al perfil de la cosecha superando los contratiempos que le surgen cada año. Allí descansará y evolucionará para después convertirse en fino Viña Corrales, un vino cuya originalidad esta ligada a su viña y a esta forma sincera de elaboración.
Caen gotas de lluvia donde los nuevos viejos tiempos han llegado para quedarse y con letras de molde, hacer que la obra maestra de una minoría se vaya convirtiendo en el camino a seguir.
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