Why not, Jerez?

Lógica sobre los vinos en el Marco

Vinos que representan la actualidad del Marco de Jerez.
Vinos que representan la actualidad del Marco de Jerez.

Jerez/Heráclito, uno de los maestros de la filosofía occidental, apuntaba, 500 años antes del nacimiento de Cristo, que “todo fluye” y que el “logos, que es eterno, no lo entienden los hombres al escucharlo por primera vez ni después de que lo han oído”.

He aquí el motivo principal de esta benévola y sápida lógica sobre los vinos en el Marco de Jerez. Blancos, de pasto, tranquilos o como quieran servírselos. Diría que hasta para los generosos. Y es que no parece que estén fluyendo los cambios que necesita el vino en esta región y por otro lado, aquello que dijimos hace más de un año, me da que tampoco se ha entendido bien. Seguro saben que hace poco estuve varios días de nuevo en Oporto, región vitivinícola muy conectada con Jerez, y algunas vivencias me apetece contárselas, la verdad.

Así pues, repasemos algunas afirmaciones e incorporemos algunas nuevas, porque en estos casi 20 meses hemos escuchado opiniones, catado y compartido muchos vinos, viajado, leído y también soñado con que encontrábamos el camino..., pero seguimos en las mismas. El tiempo pasa y sería una pena perder el tren y el aura que nuestra uva palomino y nuestros blancos tranquilos están generando en estos últimos tiempos.

Primer apunte y entre exclamaciones, ¡el nombre es lo de menos!, total que ya se pueden ir relajando algunos. Espero que en este tiempo le hayan dado al coco y tengamos una serie de propuestas alternativas, ¿vale?..., que no sea necesario un referéndum sobre el nombre de los vinos y que no se nos adelante otra DO, como ha sucedido con los vinos de pasto. Y como ya tienen un nombre, de paso incluyan los vinos tintos de variedades tradicionales, como la Tintilla, en la ecuación y dejen que los nombres de Jerez y Sanlúcar se asocien a los vinos elaborados en sus pagos o sus viñas. Generosidad y visión de futuro, que para eso no hace falta otro organismo ni más sillones, solo hacen faltan ganas y limar las asperezas ya, que a mi me da igual si se vendimia la uva a mano o máquina, si lo que prima es cuidar la viña y al agricultor.

Tivo, vino blanco de Primitivo Collantes, tan bonito como la instantánea.
Tivo, vino blanco de Primitivo Collantes, tan bonito como la instantánea.

Segunda anotación, importante también, es la apuesta por los elaboradores de calidad y respetuosos con la historia e identidad de nuestra tierra, creadores de vinos tranquilos y generosos contrastados. Lo que supone que no todo vale, no sirve el postureo de arar con un caballo o reivindicar el protagonismo de vinos de bajo coste. Y empiezo por aquí, porque esos vinos se han sustentado en unos precios insostenibles para el agricultor y no han reparado en la calidad. Se necesita pensar lo primero en el agricultor, en la viña, en nuestra poda única…, porque esto lo sabe cualquiera…, cuanto más se cuide la uva en la viña, de mayor calidad será el vino final. ¿No creen que cuanto mejor llegue la uva a la bodega, menos habrá que acudir a las técnicas y todos saldremos ganando?. “El genio de la uva está en la cepa”, decía el padre de la agronomía francesa, en el siglo XVI. Que no es cosa mía. Y dicho esto, ahora que el cielo nos ha bendecido con tanta agua, que no venga nadie a aprovecharse y pretender una vuelta atrás en el precio de la uva. Eso no es negociable.

Y ahora sigo por allí, porque sin nuestra Historia ¿qué somos?. Cuando uno viaja a otras zonas del mundo o comparte vinos con personas de otros países, les brillan los ojos hablando de la historia y la grandeza de los jereces. Debemos basar el mensaje en las grandes viñas, generadoras directas de los mejores vinos, representativas de la historia y grandeza del Marco en su conjunto. Es preferible una viticultura histórica y razonada, apoyada en las bodegas del Marco en su conjunto.

Se puede amar por igual a González Byass, La Gitana y Primitivo Collantes. Es tan bonito hacerlo. Yo lo hago, ustedes lo saben. No es solo cuestión de hacer un vino, no, hay que tener conocimiento, cultura y saber comunicar y colaborar. No “beber sin entender,” como dice un tipo al que aprecio mucho.

Willy Perez firmando una botella a un aficionado en Oporto ( Prova Wine Bar).
Willy Perez firmando una botella a un aficionado en Oporto ( Prova Wine Bar).

Tercera intervención, que ya sé que lo saben, y es el potencial humano que manejamos a nivel internacional. Antonio Flores, Peter Sisseck, Ramiro Ibáñez, Willy Pérez, Eduardo Ojeda y embajadores como Dirk Niepoort, Luis Gutiérrez o Pitu Roca… no creo que haga falta mucho más... solo hacer bien las cosas, pero hacerlas ya. El tiempo pasa. Cuando viajas con ellos sin nada preparado te das cuenta de la altura de nuestros vinos y sus creadores. Que puedes catar a ciegas maravillosas obras liquidas en Oporto y que salga ganador un palo cortado criado cerca de la calle Porvera. O que nuestros blancos de Palomino acaparen la atención en cualquier feria. Esto pasa, yo sé que me creen.

Cuarta consideración, nuestra tierra es la dueña del Velo de Flor, esa mágica capa que da una identidad única a nuestros vinos -ya quisieran en el Jura- y también anda muy nutrida de un fantástico “Velo de la Ignorancia”, citando literalmente al filósofo norteamericano John Rawls, y que nadie se ofenda, que la ignorancia es una cualidad intrínseca a todos nosotros. Que de esto del vino el que piense que lo sabe todo… no sabe nada. Pero hay una ignorancia activa que es la de no querer saber, no prestar atención a lo que nos rodea y en esa si hay unos cuantos maravillosamente recostados. Y si en Oporto sucede, si las bodegas clásicas tienen un portfolio de vinos generosos y vinos tranquilos por igual, ¿por qué eso no sucede en jerez?. ¿Por qué no, Jerez? La solución es muy sencilla, el que no quiera que no los tenga, pero que no ponga trabas, please. Que dejen paso. Y aunque de números sabe más mi amigo Ángel Espejo, una región como Oporto, factura lo mismo por los vinos tranquilos que por los generosos. Si les doy la cifra total, alguno no pega ojo. Nos pasan por la derecha, se lo prometo. Y sin eso de envinar… pero mejor me callo.

Y, a modo de conclusión, ¿saben dónde no hay aranceles? En Cádiz capital o en Arcos de la Frontera, o en Málaga y ni siquiera en Santander que está a 943 km de la mesa donde escribo. El futuro de los jereces pasa por las ventas en nuestra región y en nuestro país. Ese es el mercado señores, ocho millones de turistas que pasan por la provincia de Cádiz y vas a los bares de por aquí y venga verdejos y riojas. Ahora es el tiempo de los vinos blancos a nivel mundial y en una región como la nuestra, pueden competir fríos en copa con cualquier cerveza de bárbaros del norte. Tenemos más cultura, así que tengamos más estilo.

Hay que ¡ir a las cosas!.. no esperar a que sucedan. Amo los jereces tanto como ustedes. Y a casi todos ustedes los quiero. Sí, a casi todos, eso he dicho.

Esta vez la copa que me acompaña es un amontillado. A su entera disposición para tomar otra y comentar sobre todo esto.

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