Waslala, otra forma de vivir

A principios de la década de los 90, los profesores Bo Adamson, de la Universidad sueca de Lund, y Wolfgang Feist, del Instituto germano de Edificación y Medioambiente, comenzaron a desarrollar la denominada ‘casa pasiva’ que procede de la denominación alemana ‘Passivhaus’. 

Esta construcción, cuya principal característica es la eficacia energética, debe cumplir con una serie de requisitos, y ser certificada por el Passive House Institut, institución creada por el propio Wolfang Feist y cuya sede está en Dortmund. La primera edificación de este rango se hizo en la localidad alemana de Darmstadt en 1991 y a partir de entonces su proliferación se ha extendido por todo el mundo.

Su nacimiento en Alemania buscaba hacer frente, de manera sostenible, al frío invierno teutón, tratando así de conseguir una temperatura idónea en el interior de las viviendas sin hacer uso de calefacción. Sin embargo, el cambio climático y las temperaturas extremas de los últimos años ha hecho que su implantación se haya generalizado en muchas zonas, una de ellas España, especialmente en regiones como Cataluña y Madrid. En Andalucía, por contra, sólo existe una vivienda unifamiliar certificada en todo el territorio andaluz, que se encuentra en Mijas, Málaga, y ahora se suma esta segunda realizada en Jerez.

El encargado de llevarla a cabo es el arquitecto jerezano Alejandro Renedo, que ha sido el impulsor de Waslala, una vivienda que se encuentra en periodo de certificación y que además cuenta con diversas particularidades. En concreto, Waslala destaca también por ser la primera cooperativa de vivienda en cesión de uso en toda Andalucía. 

Pero, ¿qué es una vivienda en cooperativa en cesión de uso? Se trata de un régimen de cesión de uso que consiste en que la propiedad del inmueble es colectiva, es decir, está en manos de una cooperativa. “El dueño de la casa es Waslala”, apunta Geli Sánchez una de sus cooperativistas. En este modelo los residentes pagan una entrada reembolsable y determinadas cuotas dedicidas por todos de forma mensual, que por regla general suele ser inferior a lo que se paga (más aún hoy en día) por una hipoteca. 

Además, en caso de que alguien decida, por distintas circunstancias abandonar la cooperativa, “tendrían prioridad nuestros herederos o socios que nosotros decidamos, y los que vengan, tendrían que pagar los gastos generados hasta entonces”, explica Jesús Diosdado, otro de los miembros.

Waslala está conformada actualmente por ocho personas (Jesús, Geli y su hija, José Ramón, Fátima y sus hijos y Mercedes) distribuidas en tres familias. Así, los 400 metros de parcela que componen la misma, están divididos en tres viviendas independientes (divididas en dos plantas) y una cuarta comunitaria, además de una zona común de lavandería, un patio trasero de 145 metros y una azotea, también comunitaria

Un modelo en auge

El arquitecto Alejandro Renedo comenzó a trabajar en este modelo de construcción en 2017, tras realizar un curso en Sevilla. Desde entonces se ha especializado en la denominada casa pasiva, “que está funcionando muy bien”. Hay que tener en cuenta que debe “contar con una serie de principios para que la vivienda sea confortable y que use poca energía”. 

Nos referimos pues de una “orientación específica, un aislamiento en la envolvente del edificio” o evitar los denominados “puentes térmicos”, centrándose en aspectos como el sombreamiento, las persianas, el sistema de ventilación o la hermiticidad. De hecho, este último aspecto resulta especialmente llamativo dentro de la casa, toda vez que al estar completamente aislada, apenas se percibe ruido del exterior. 

“Dentro no se oye nada, a veces abrimos las ventanas y te das cuenta de lo aislados que estamos, es algo sorprendente”, asegura Jesús. 

Evidentemente, el coste económico en la construcción de esta vivienda ‘Passivhaus’ es “entre un 10 y un 15% más caro, pero a la larga se nota debido a su eficiencia energética, porque su coste energético con respecto a una vivienda tradicional es la mitad, date cuenta que Waslala tiene una calificación energética B”.  

Otro de los aspectos a los que han tenido que hacer frente es al desconocimiento en el tema burocrático. Ser una cooperativa de vivienda en cesión de uso “nos ha hecho complicadas algunas cosas, porque al ser la primera, los especialistas no sabían cómo abordarla”, interviene Jesús. “Creo que hemos abierto las puertas a otra gente interesada en este modelo, pero no ha sido fácil”, prosigue Geli. 

Si hablamos de Waslala, hablamos de un proyecto de vivienda sostenible gracias al modelo Passivhaus, de cooperativa de vivienda en cesión de uso pero también de una filosofía de vida, el cohousing. ¿Y qué es el cohousing? Simplemente es una forma de vida que facilita la convivencia, la cooperación y el uso responsable de los recursos naturales y energéticos. Así, un conjunto de invididuos se unen para vivir en comunidad. 

En este caso, las tres familias comparten lazos de consanguineidad, pero aún así han apostado firmemente por esta idea. “Todos teníamos claro la idea, sólo había que ponerla en funcionamiento”, relata Mercedes. La coordinación y la conexión es perfecta, es más, la cuarta vivienda que contiene el edificio, concebida para ser compartida “se ha terminado gracias al trabajo de todo”, señala Fátima. “Cada uno se encargó de una cosa, mi marido es electricista y ha hecho las conexiones, otros hemos pintado, y se ha amueblado con muebles de nuestras otras cosas”, añade. 

Respaldo al proyecto

“La verdad es que ha supuesto un esfuerzo muy grande, y aún estamos en fase de certificación”, explica Alejandro Renedo. Ese esfuerzo al que se refiere el arquitecto responde a las diferentes situaciones a las que la cooperativa ha tenido que hacer frente. “Estuvimos muy cerca de tirar la toalla”, comenta Mercedes, “porque empezamos las obras justo antes de la pandemia, y claro, cuando llegó esta, se paró todo. Luego, se produjo la guerra de Ucrania, y eso incrementó notablemente los costes, fue muy desagradable”, recuerda. 

Waslala nace también como un modelo de compartir vivienda pensando en la vejez, el denominado modelo senior. “La vejez la vamos a llevar todos juntos y si se necesita a alguien para ayudar, se contrata. Pero se vive en tu casa, con tu ambiente, con tu gente. Es una forma de compartir los cuidados en una etapa en la que es difícil. Porque además, hoy día el tema de las residencias es supercomplicado”, relata Jesús Diosado. 

Al llegar a este asunto nos encontramos con otra de las piezas claves en la puesta en funcionamiento de Waslala, la financiación. El proyecto ha sido respaldado por Banca Fiare Etica, una institución creada en Italia hace casi tres décadas y que desde 2004 opera en España fomentando el cooperativismo, es decir, una institución sin ánimo de lucro que en la actualidad cuenta con unas 45.000 personas socias entre España e Italia.

Banca Fiare tiene muy claro que no es una institución para hacer competencia a la banca, sobre todo porque sólo financia proyectos o cosas positivas para la sociedad, centrados en el ámbito social y ambiental. 

De hecho, en la actualidad ha intervenido sobre 12 préstamos de cooperativa de vivienda en cesión de uso, tanto a nivel intergeneracional, como a nivel senior, detrás de las cuales hay 153 personas. En total, representan más de 15 millones de euros en préstamos repartidos en proyectos de vivienda en Barcelona, Madrid, Ibiza, Vizcaya y el citado Waslala de Jerez. 

“Afortunadamente, gracias a ellos hemos podido hacer realidad este sueño”, comenta Mercedes, porque defienden “un concepto del cuidado de las cooperativas y las personas, si hubiera sido con otra entidad, estoy convencida de que no lo hubiéramos terminado”, concluye Fátima.