'Zapallal', ni fácil ni común

La ONG jerezana, que ejerce su labor de cooperación en Perú, Bolivia y otras regiones con proyectos de alimentación, educación y asistencia a la infancia, a comunidades indígenas, así como en la provincia de Cádiz, cumplirá 20 años el próximo 21 de octubre

Su presidente, Francisco Corral, hace un recorrido por estas dos décadas de labor incansable contra las situaciones injustas y desgrana retos como mantener los proyectos y dar una mayor visibilidad a la asociación

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Francisco Corral, presidente de la ONG jerezana Zapallal. / Miguel Ángel González

Zapallal es una zona del barrio de Ventanilla (Perú), que hace referencia a un sembrado de calabazas (zapalla). De ahí toma su nombre la ONG jerezana 'Zapallal'. Una denominación "ni fácil ni común", como la labor que desarrolla esta asociación, que el próximo 21 de octubre cumplirá 20 años.

Francisco Corral es uno de los 17 socios fundadores. Cada uno de ellos con una experiencia diferente, que empezaron apoyando a la Comunidad de Niños Sagrada Familia de Lima que acogía a pequeños de la calle y de familias desestructuradas. "Algunos estuvieron de voluntarios allí y en mi caso fue un viaje de trabajo a dicha comunidad, donde vi que necesitaban mucho apoyo. Cuando regresé, trasladamos la situación por la que estaban pasando y personas solidarias y sensibles decidimos fundar la asociación. Y 20 años ya que llevamos con muchos proyectos", apunta Corral, presidente de la ONG desde 2021.

"Soy de la opinión -añade- de que todas las actividades de tipo social y solidarias, a cada uno se le cruzan en un momento en la vida en el que considera que puede aportar, sea aquí a nivel local o, en este caso, internacional y bastante distante. Al final, lo que cuenta es apoyar a los demás e intentar trabajar por la igualdad de oportunidades para el ser humano, independientemente de la raza, religión, cultura y país".

Corral subraya que no es que en Jerez, en España, "no haya necesidad, claro que la hay, pero la infraestructura de protección social que tiene un país desarrollado como el nuestro no es extrapolable a estos países de Latinoamérica, donde se han mejorado cosas en estos 20 años, pero evidentemente sigue haciendo falta el apoyo al desarrollo".

Dos décadas que no han sido un camino de rosas para la asociación, "no porque hemos pasado por dos crisis muy importantes, la económica de 2008 y la pandemia de 2020. Y ahí se ha notado una caída importante de socios como ocurre, entiendo, en otras muchas asociaciones. Pero lo que no es menos cierto es que esto nos ha hecho más fuertes y ninguna de estas dos crisis ha conseguido que desaparezcamos. Detrás hay personas que esperan nuestro apoyo, que están viviendo situaciones muy injustas, y acciones conjuntas, más grandes o más pequeñas, que se hacen aquí, tienen una repercusión enorme en el destino de nuestros proyectos".

Francisco Corral, durante la entrevista en Diario de Jerez. / Miguel Ángel González

'Zapallal', declarada de Utilidad Pública, es una ONG aconfesional y apartidista que ejerce su labor de cooperación en Perú, Bolivia y otras regiones con proyectos de alimentación, educación y asistencia a la Infancia, a comunidades Indígenas y a niños y niñas jóvenes con necesidades especiales. Paralelamente, en los últimos años se han ejecutado pequeños proyectos de apoyo a las personas más desfavorecidas de la provincia de Cádiz. En la actualidad, cuentan con 150 socios y han recibido el respaldo de numerosas empresas. Las personas interesadas en colaborar pueden hacerlo a través de la web de la ONG: www.zapallal.org. Tienen su sede, cedida por el Ayuntamiento, en la calle Santo Domingo, Edificio Almería local 3, en Jerez.

"Esta declaración de Utilidad Pública la recibimos afortunadamente hace ya muchos años, con lo que supone de desgravación fiscal en las aportaciones que hacen los socios. Esto nos obliga también, de cara al Ministerio del Interior, a un rigor presupuestario de rendición de cuentas, etc. Procuramos trasladar ese conocimiento y esa repercusión que tenemos a todos los socios y, en definitiva, a la sociedad".

Uno de los objetivos de 'Zapallal' en este 20 aniversario es dar una mayor visibilidad a su labor. "Llevamos trabajando todo este tiempo de manera muy ubicada y la mayor parte de los socios son de Jerez. Esperamos hacer muchas cosas más en el futuro y seguir creciendo como asociación". Siguen de conmemoración y ya el pasado mes de junio celebraron en los Claustros de Santo Domingo un concierto solidario, interpretado por alumnos y alumnas de la Escuela de Música y Danza Belén Fernández. Corral agradece a dicha escuela esa colaboración, así como al Ayuntamiento por la cesión del espacio. Asimismo, para el 9 de noviembre tienen prevista la celebración de su comida anual, "que esperamos que sea algo muy especial".

Consolidación de los proyectos y dar una mayor visibilidad a la asociación son los principales objetivos de 'Zapallal', que confía en que el incremento de número de socios permita seguir haciendo más cosas.

Retos

El primero de todos los retos es "mantener los tres proyectos que tenemos en marcha". Uno es en la ciudad de Atalaya, situada en la Selva Central de Perú, de unos 20.000 habitantes. El Programa tiene por finalidad la formación de los jóvenes pertenecientes a las etnias Asháninka-Ashéninka, Shipibo y Yine como docentes para las comunidades nativas y, a la vez como promotores de desarrollo de las mismas, en sus lenguas y en español, para facilitar las posibilidades de desarrollo, ya que algunas de estas poblaciones están muy metidas en la selva.

Una imagen del Proyecto Nopoki. / Zapallal

El segundo proyecto se ubica en Bolivia, en Sacaba, en una zona rural, a 16 kilómetros de Cochabamba. Se trata del Centro Parroquial de Rehabilitación y Educación Especial 'Sigamos' de atención a niños, niñas, preadolescentes y adolescentes que tienen algún tipo de discapacidad intelectual, física y/o sensorial. Perteneciente a la Pastoral Social de la Parroquia San Pedro de Sacaba, quien delega en la Comunidad de Laicos Misioneros Vicentinos la gestión del Centro. Cuentan con un equipo multidisciplinar organizado en varias aulas de intervención y con atención hacia externos. Los niños y niñas que asisten al Centro provienen de familias de muy bajos recursos en situación de riesgo social, en su mayoría pertenecen al área rural, es decir, comunidades alejadas del área urbana del municipio. Muchas de estas comunidades no tienen acceso a servicios mínimos como agua corriente, luz o transporte público. Es una iniciativa coordinada dentro del Proyecto de Rehabilitación Basada en la Comunidad (RBC), que es una estrategia de desarrollo comunitario para la rehabilitación, la igualdad de oportunidades e inclusión social de todas las personas con discapacidad. Se inicia una terapia fisioterapéutica, pedagógica, psicológica y física con niños, niñas, jóvenes y adultos que necesitan de este apoyo, tanto en el centro como en el área urbana de Sacaba. La principal novedad del proyecto es que lo que hace en el centro se extiende a nivel comunitario, siendo los profesionales lo que visitan a los hogares donde se encuentran los pacientes.

Piscina terapéutica dentro del Proyecto Sigamos para niños con discapacidad. / Zapallal

El tercer proyecto es la colaboración económica en el Comedor La Quebrada, de la Capilla del Buen Pastor en Carabayllo, Lima, Perú. El sector de La Quebrada tiene unos 4.000 habitantes y está situado aproximadamente a una hora y media en transporte desde la capital. El comedor estuvo operativo unos 10 años y fue cerrado en 2014 por no tener medios o ayudas para su continuidad. Durante la pandemia de la Covid-19, esta zona fue muy azotada por el mencionado virus, generándose mucha necesidad de toda índole y fundamentalmente alimentaria. Los niños y las mujeres son los que más sufren los estragos de la extrema pobreza y quedan expuestos a los flagelos de la población pobre. Las hermanas franciscanas del Rebaño de María, además de tener un hogar de niñas necesitadas en Santa Clara, distrito de Ate Vitarte de Lima Este, también colaboran en la Capilla Madre del Buen Pastor con las personas más vulnerables. El comedor con el que Zapallal inició su colaboración fue restaurado y está equipado para poder dispensar la alimentación a 50 niños y niñas.

Corral deja claro que los proyectos cuentan con "la respuesta y responsabilidad de los beneficiarios, si no fuera así, cortaríamos la ayuda porque lo que no podemos es hacer paternalismo, porque sería injusto, ni jugar con las aportaciones de los socios porque tenemos esa responsabilidad".

Explica que aunque la ONG es apartidista y aconfesional, "hay proyectos que nos llegan de la Iglesia porque hay referentes de sacerdotes y contactos fiables y de esa manera nos aseguramos de que ese dinero llega a su fin. Somos muy rigurosos con la justificación de los proyectos al 100%. Somos serios, transparentes e independientes".

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