Baños solidarios a mascotas para construir una residencia para afectados por el Síndrome Prader Willi
Bruno es un joven de Lantejuela que sufre esté síndrome. Con esta iniciativa de Lali Castillo y su peluquería canina se pretende ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad rara, con 500 casos en Andalucía
El mes de mayo se va a transformar en el mes de la solidaridad en la Sierra Sur sevillana. Para hacerlo posible, Lali Castillo, gerente de la peluquería canina Guaupísimos ha tomado la iniciativa y ha organizado dos jornadas de baños solidarios para mascotas en Osuna y Lantejuela. Se celebrarán los días 1 de mayo en Osuna y 8 de mayo en Lantejuela. Esta iniciativa pretende contribuir con la causa que ha iniciado la asociación Síndrome Prader Willi para construir la Residencia Mil Diferencias, destinada a personas que padecen esta enfermedad rara, con 500 casos en Andalucía.
Su nombre se debe a las mil diferencias que tienen los Prader Willi con personas que no sufren esta enfermedad, e incluso las que tienen entre sí las mismas personas con síndrome Prader Willi. Bruno, un jovencito de Lantejuela, sufre este síndrome y con esta iniciativa Lali Castillo pretende ayudar a hacer realidad esa residencia donde podrían acogerlo y darle la calidad de vida que necesitará en un futuro.
¿En qué consisten los baños solidarios?
Pues el día 1 de mayo en Osuna y el 8 de mayo en Lantejuela, se bañará y se hará un
mantenimiento a las mascotas, y todo el dinero recaudado irá a parar a este proyecto.
De esta manera, Guaupísimos colabora con la asociación Prader Willi, pero usted con su mascota también lo hace.
Los precios de los baños irán desde los 12€ hasta los 35€ para los perros de pelo corto. Y de 15€ a 50€ los de pelo largo. Los baños se harán con su champú específico, su corte de uñas y su limpieza de oídos.
Residencias Mil Diferencias
Todo lo recaudado se entregará a la Asociación Prader-Willi, para su proyecto de residencia Mil Diferencias. Está previsto construir dos residencias, una en Leganés (Madrid) y otra en Andalucía, sin lugar elegido aún para la andaluza. En ellas se podrá atender a las personas que sufren esta enfermedad rara, que les hace tener problemas físicos, psicológicos y conductuales que, en muchas ocasiones, no pueden ser sobrellevados por las familias.
¿Quién es Bruno y qué es el síndrome Prader Willi?
Bruno, hoy día, es un joven muy adaptado a su hogar, Lantejuela. Por donde va conoce a sus vecinos y ellos a él. Es sociable y sigue sus clases en el colegio junto a sus compañeros de siempre.
Bruno, realmente, es un joven con suerte. Desde su nacimiento, cuando tuvieron que
hacerle cesárea a su madre, Esther, porque él no tenía fuerza para empujar y salir, tanto ella como su padre, Rafael, no han parado de estimularlo. Sesiones de fisioterapia, natación desde los 5 meses de edad, terapia con caballos, logopedia,... todo lo habido y por haber para que consiguiera tono muscular y pudiera ser autónomo físicamente.
Sin embargo, otro de los síntomas del Prader Willi es su ansiedadante la comida, ya que nunca se sienten saciados. Por ello, no pueden realizar una vida normal, no pueden salir con amigos o acudir a un cumpleaños. La cocina en su casa está bajo llave, y sólo se utiliza bajo supervisión de los padres.
También son característicos los problemas conductuales, por lo que puede haber rabietas importantes sin saber por qué se producen e incluso sin que medie ninguna causa. Situaciones difíciles de controlar, como explica su madre, Esther.
Por todas estas circunstancias, las personas afectadas por este síndrome necesitan ayuda cuando llegan a una edad adulta en la que las familias no pueden ya hacerse cargo de esta dependencia, que se acrecienta con el tiempo. Así que, desde la asociación Prader Willi se han propuesto un reto: recaudar fondos para crear residencias específicas para ellos, porque no cualquiera vale. Ya se ha demostrado, con la muerte de dos personas con este síndrome en residencias que no eran específicas, que la residencia donde estén debe estar adaptada a ellos.
La primera está ya desarrollándose en Leganés, en Madrid, y la segunda se instalará en Andalucía. Así que todos los recursos son pocos para poner en marcha, con el
equipamiento y el personal necesario, estos centros.
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