C10, el Leapmotor que vende Stellantis y es rival de Opel Grandland Electric o Peugeot E-5008

Primer contacto

El lanzamiento de la nueva marca Leapmotor está definido por sus dos modelos protagonistas. Por un lado, el T03, un urbano a precio de derribo del que hablábamos la semana pasada; por otro, del C10, un SUV del segmento D, competitivo también en cuanto a tarifas, equipamiento o con comportamiento; y que desembarca como eléctrico, aunque también tendrá una versión REEV a lo largo de 2025.

Leapmotor llega con dos eléctricos y uno, el T03, con el precio como principal atractivo

C10, el Leapmotor que vende Stellantis y es rival de Opel Grandland Electric o Peugeot E-5008

25 de diciembre 2024 - 07:00

El C10 es un SUV de carácter familiar, con una carrocería de 4,74 m de largo, 1,99 de ancho y 1,68 de alto, con 2,83 m de batalla y una rigidez torsional -un dato cada vez más infrecuente- muy grande: 42.500 Nm/grado.

Está construido con la integración de su batería en la estructura del vehículo, es decir, con una construcción cell-to-chassis. Esta, como en el T03 de mucho menor tamaño, está en el C10 compuesta por celdas con química LFP. Por lo general, los suministradores de éste Leapmotor son CALB o Guoxuan High-Tech.

Comparado con otros coches de tamaño parecido, el Leapmotor C10 tiene un precio considerablemente más bajo, lo que se convierte en uno de sus principales argumentos de venta.

Con él la firma de origen chino comercializada por Stellantis pretende competir en el segmento premium, para lo cual cuenta con algunos recursos valiosos como la calidad de rodadura, la buena sensación que dan materiales o ajustes e, incluso, resulta considerablemente espacioso para los ocupantes. Todo por una cantidad de dinero muy razonable en tanto que cuesta 34.970 euros en el caso del nivel de equipamiento Style y 36.400 del Design.

218 CV y tracción trasera, con 424 km de autonomía homologada

Ambos comparten el mismo sistema de propulsión eléctrico, con un motor síncrono de imanes permanentes situado en el eje trasero con una potencia de 218 CV (160 kW) y un par máximo de 320 Nm que está alimentado por una batería de 69,9 kWh de capacidad total. Puede cargarse con corriente alterna usando hasta 6,3 kW y con continua de hasta 83, de modo que en ambos casos se trata de potencias pico muy discretas para el segmento en el que milita este C10.

Bajo el capó se encuentra el cargador embarcado y otros elementos correspondientes al sistema de propulsión eléctrico, si bien el motor se sitúa bajo el maletero.

Con una carga completa la autonomía homologada es, en sus dos niveles de acabado, de 424 km, una cifra más bien modesta. En todo caso, nuestra estimación tras la prueba de conducción no nos ha parecido tan halagüeña ya que, con un consumo medio de 21,2 kWh /100 km entendemos que sería complicado que el C10 fuese mucho más allá de los 300 km.

Entre los coches comparables con el C10 figuran modelos como el Toyota bZ4X, Subaru Solterra, Opel Grandland Electric, Peugeot E-5008, BYD Seal U, Skoda Enyaq, Xpeng G6, Cupra Tavascan...

Dinámicamente nos ha gustado la buena respuesta del motor. Con él, según la marca, se acelera de 0 a 100 km/h en 7,5 s, mientras que la velocidad máxima es de 170 km/h. También nos ha parecido de conducción precisa, con una buena dirección y una suspensión que hace que el comportamiento, permítannos la expresión, sea fino, sin grandes movimientos de carrocería y, sin embargo, un correcto filtrado del suelo. Según nos cuentan en Leapmotor, los C10 que se distribuirán en Europa han sido puestos a punto específicamente para estos mercados en las instalaciones que Stellantis tiene en Balocco (Italia).

Estos son todos los ajustes que están al alcance del conductor desde la pantalla central.

Como es habitual en los modelos de origen chino, se puede realizar un control de la frenada regenerativa a través de la pantalla central. Aquí hay tres niveles -bajo, medio y alto-, con una adecuada diferencia entre ellos. También, en la misma pantalla pueden regularse tanto la respuesta a la presión del acelerador -otros tres niveles: suave, estable y fuerte, quizá de traducción no muy afortunada por tanto- y de la dirección -tres más: comfort, estándar y sport-.

El tacto del freno nos ha parecido correcto, sin más, aunque echamos de menos que se sienta una retención más progresiva porque, al principio del recorrido, no da sensación de que se obtenga el resultado que se espera.

El salpicadero prácticamente está desprovisto de mandos físicos. Es la pantalla, con un sistema operativo propio de Leapmotor, la que agrupa el control de las funciones.

En cuanto a la configuración del habitáculo reina la simplicidad, con dos pantallas -una para la instrumentación de 10,3" y otra para el sistema de infoentretenimiento y que también engloba la inmensa mayoría de las funciones del coche, de 14,6", que funcionan con rapidez. No nos gusta que en la que está tras el volante, éste multifunción, haya algunas indicaciones referidas al ordenador de viaje que utilizan un cuerpo de letra muy pequeño, quizá demasiado para algunos conductores. No obstante, la presentación es muy limpia y reina el orden.

Otro tanto ocurre con la central táctil, que también responde a la voz. Sin embargo, aquí hay tanta información en algunos casos -por ejemplo, la comparación entre los diferentes modos de conducción con una tabla de 25 celdas o de los diferentes ajustes antes mencionados, que aparecen en la misma pantalla- que puede resultar algo complicada de apreciar de un vistazo. El sistema operativo está desarrollado por Leapmotor y, si bien no es compatible ni con Apple CarPlay o Android Auto -como ocurría con el T03- se abre la posibilidad de que esta carencia pueda ser subsanada en un futuro gracias a actualizaciones inalámbricas vía OTA.

Por el momento, la conectividad es uno de los defectos mayores de este Leapmotor, con una pantalla central que no puede conectarse con protocolos Apple CarPlay o Android Auto.

Desde la pantalla también se puede seleccionar un modo descanso con el que, a la vez que se cierran las ventanillas o la cortinilla del techo panorámico -de 2,1 m2-, los asientos delanteros -que son regulables siempre mediante motores eléctricos- bajan para, por ejemplo, propiciar una situación de confort durante los procesos de carga. Igualmente, es posible determinar ajustes para el caso de que niños o mascotas tengan que permaneces en el interior, incluso con la climatización encendida.

Otro recurso curioso es que no hay llave en el C10, sino que la apertura se realiza a través de una tarjeta, en cuyo caso se emplea una señal NFC; o un teléfono, para lo que se activa a través del Bluetooth. El teléfono también es esencial para, con una aplicación específica que ha desarrollado Leapmotor, controlar el precalentamiento de la batería, el climatizador, el estado y situación del coche, abrir o cerrar el cierre centralizado, etc.

El espacio situado bajo la consola central permite ampliar la lista de lugares en los que depositar diferentes objetos.

Entre las soluciones funcionales del habitáculo figuran, junto a un cargador inalámbrico para teléfonos móviles, varios enchufes de tipo USB, un amplio hueco bajo el apoyacodos central u otro bajo la consola central, donde también está la toma de corriente de 12 voltios. Como contrapartida, la guantera es muy pequeña, tanto que el manual del usuario tiene que situarse en ella verticalmente.

Los asientos, con reposacabezas integrados los delanteros, están rellenos con una espuma de origen biológico que, durante su producción, ha permitido ahorrar hasta un 30 por ciento de las emisiones de CO2.

Nos ha resultado muy curioso el pequeño espacio que Leapmotor reserva para la guantera.

En cuanto al espacio, como ya comentamos, es generoso en todas las cotas, si bien particularmente en la longitudinal, lo que permite que puedan viajar cuatro adultos altos sin problemas.

Sin embargo, el maletero no nos ha parecido tan amplio como el habitáculo, sobre todo por la altura reducida a 40 cm y consecuencia de lo que ocupa el motor, probablemente. Parte de la zona inferior bajo el piso, tiene una estructura de poliexpán compartimentada para situar ahí los chalecos o el kit de reparación de pinchazos, mientras que en la zona más próxima a los respaldos traseros se sitúan dos huecos donde caben perfectamente los cables. Quedan bien ordenador, pero se hace necesario tener que desalojar el maletero de lo que haya en él para acceder hasta ellos en caso de que los necesitemos para una carga.

Sobre todo longitudinalmente, el C10 está muy bien dotado de espacio habitable.

Una solución podría haber sido situar un cajón bajo el capó para ellos, pues hay hueco suficiente, pero Leapmotor no lo ha considerado conveniente.

El espacio de carga es, según la marca, de 435 litros, un registro más bien discreto por comparación con otros SUV con carrocerías de tamaño parecido. No obstante, según nuestras mediciones sobrepasa por poco los 360 litros. Las hemos realizado como altura máxima para la carga el borde de los respaldos traseros puesto que el C10 carece de una toldilla ocultaequipaje o una bandeja que realice esa función.

La capacidad del maletero, sobre todo por la altura de que se dispone hasta el borde de los asientos -no tiene cortinilla que lo delimite-, no está entre lo mejor de este SUV.

En el caso del acabado más costoso de los dos, el portón trasero está motorizado y los cristales traseros están tintados, de forma que no sólo se hace más cómodo el acceso con carga a este espacio, sino que también lo que hay en él puede quedar menos a la vista que si se elige el nivel Style.

Para los cables hay un espacio específico en la zona bajo el suelo más próxima a los respaldos traseros.

El C10 REEV, con 950 km de autonomía

Además de la versión del sistema de propulsión eléctrico con la que el C10 cuenta en el momento de su lanzamiento, a partir del año que viene se podrá a la venta una versión REEV (Range Extender Electric Vehicle).

En este caso el C10 se moverá gracias al impulso de un motor eléctrico de 215 CV (158 CV), si bien contará con otro, un 1.5 de gasolina, que exclusivamente funcionará para generar energía para el de propulsión y, por tanto, desligado de la cadena de tracción.

Sería de experar que el precio del C10 REEV rondase los 40.000 euros. En la actualidad no hay ningún fabricante -antes hubo versiones con sistemas parecidos en el Mazda MX+30 o BMW i3- que disponga de una opción con esta tecnología. Lo más aproximado sería la e-Power de Nissan.

Esta versión dispondrá de una batería de 28,4 kWh, así que con bastante menos capacidad que la del C10 con el que se lanza Leapmotor y que ofrece una autonomía de 145 km. Cuando su energía se acabe, entrará en funcionamiento el motor térmico, extendido así el alcance hasta los 950 km. Según la marca, el consumo de combustible de esta versión es de 0,4 l/100 km y la emisión de CO2 de 10 g/km.

En todo momento, el conductor podrá elegir el modo en el que trabaja el sistema de propulsión de este C10 REEV, de modo que se podrá priorizar o no la conducción exclusivamente eléctrica.

La batería podrá recargarse con corriente alterna o continua, en el primer caso, previsiblemente con potencias de hasta 6,6 kW, como la versión sin extensor de autonomía; en el segundo, de 65 kW.

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