Los fabricantes empiezan a realizar pruebas ‘reales’ de conducción autónoma

Madrid/El consorcio automovilístico alemán Volkswagen ha sido uno de los fabricantes que ha iniciado pruebas de vehículos con alto nivel de automatización en Hamburgo, lo que supone la primera ocasión en la que se prueba un modelo autónomo de nivel 4 (sobre un máximo de 5) en una de las grandes ciudades de Alemania.

Así, la empresa ha desplegado una flota de cinco unidades del Volkswagen Golf eléctrico, equipadas con escáneres láser, cámaras, sensores ultrasónicos y radares, que circularán por una sección de tres kilómetros.

La compañía explicó que los resultados de estas pruebas de conducción autónoma se incorporarán a los diferentes proyectos de investigación que está llevando a cabo el consorcio en relación con la conducción autónoma.

Ante esta iniciativa, el responsable de Volkswagen Group Research, Axel Heinrich, afirmó que los test se centran en las posibilidades técnicas y en los requisitos de la infraestructura y destacó que las ciudades deberán aportar un ecosistema digital que permita a los vehículos comunicarse con los semáforos o con los sistemas de gestión de tráfico.

PSA está probando el nivel 3

Asimismo, el Grupo PSA está llevando a cabo pruebas de conducción de sus vehículos autónomos desde principios de abril en carreteras de toda Francia, como parte del proyecto europeo 'L3Pilot', con el fin de validar su funcionamiento en carreteras de doble vía.

Según explica la compañía en un comunicado, se trata de vehículos autónomos de nivel 3, es decir aquellos en los que el conductor no necesita monitorizar la conducción pero sí puede tomar el control del coche cuando sea necesario.

El fabricante de vehículos está inmerso en el proyecto junto con un amplio grupo de socios, incluyendo fabricantes europeos, centros de investigación o gestores de carreteras, entre otros, con los cuales compartirá los resultados con el fin de alcanzar los mejores resultados en las pruebas.

El objetivo del programa, dotado de un presupuesto de 68 millones de euros, es probar la eficacia y la seguridad de este nuevo sistema de transporte en varios países europeos, incluyendo aspectos técnicos, modo de conducción, la aceptación del usuario y el impacto en el tráfico, tanto en ambientes urbanos y extraurbanos.