Visto y Oído
Broncano
Una vuelta más
Auténtico es quien no admite comparaciones, se basta con su propio ejemplo, no recurre a trampas ni cartón, ni precisa imitadores, réplicas o dobles. Tal descripción se adapta fielmente a la figura de Pedro Acosta, recién proclamado bicampeón mundial de motociclismo, que tras lograr en modo relámpago las coronas de Moto3 y Moto2 con sólo 19 años de edad, saltará a MotoGP y, cómo no, le tocará medirse con el octacampeón Marc Márquez. Ahí es nada. Será todo un revulsivo para el Campeonato del Mundo contar con estos dos genios compartiendo categoría y prestigio, pero con objetivos iniciales muy distintos, no comparables. Pedro intentará adaptarse lo más rápido posible a la nueva cilindrada, y Marc olvidarse de la Honda que abandona para intentar volver a ser el que era con una Ducati. Eso sí, tanto el uno como el otro buscan lo mismo: ganar el título de la categoría reina. ¿Quién lo hará antes?
Prueben a buscar en Google los apellidos Acosta y Márquez, ya verán cómo casi todas las noticias relativas a ambos tienden indefectiblemente a compararlos, más aún ahora que van a mirarse de tú a tú. Es inevitable. Pedro ha crecido y ya está en el mismo bando de MotoGP que Marc, las motos pequeñas se quedan atrás. Aún así, no olvidemos que el de Mazarrón tiene 11 años menos que el de Cervera. Parece que fue ayer cuando en mayo de 2020, sin haber logrado aún título alguno, publiqué un artículo titulado ‘¿Qué hay de Márquez en Acosta?’, para el que la familia del piloto murciano me facilitó una entrañable foto del pequeño Pedro. Aparecía recogiendo un premio de minimotos en la Federación Española de Motociclismo, junto a un más crecido Marc que le echaba la mano al hombro… La película ha cambiado como de la noche al día. Llegados a 2023, ya hay quienes afirman que Acosta es el sucesor de Márquez y que no tardará en ganarle una carrera. De momento, el ocho veces campeón le da la bienvenida a MotoGP con halagos infinitos: “Ya lo dije con un tuit en su primera carrera de Moto3. No me acuerdo exactamente qué puse, pues estaba en el sofá de casa lesionado: Pedro es muy bueno. Lo está demostrando y al final los números hablan por sí solos. Uno puede apuntar de muchas maneras, puede conseguir resultados puntuales como pasa y ha pasado, pero cuando uno gana cuando le toca ganar, puntúa cuando le toca puntuar, cuando uno no pierde el tiempo y va a por faena es cuando llegan los resultados y Pedro dará mucho que hablar. Creo que va a marcar una época en MotoGP”. Amén.
Con esta carta de presentación, Pedro no puede por menos que sentirse orgulloso, pero ello no le impide seguir manteniendo la cabeza sobre los hombros y los pies en el suelo: “¿Que si soy el nuevo Marc Márquez? Yo soy el nuevo Pedro Acosta. Todo el mundo compara mucho. Son épocas diferentes, las motos cambian mucho. Me comparo con 2021, ahora ya sí estoy preparado para MotoGP. El año pasado habría sido un suicidio”. Aunque no le molestan los piropos, el bicampeón afirma con sensatez “Siempre da gusto que la gente piense que puedes ganar el título el primer año de MotoGP. Y es verdad que hasta yo mismo quiero hacerlo bien. No voy a decir luchar por el Mundial, porque es una cosa muy grande, por ahora, pero me gustaría hacerlo bien, hacer buenas carreras, ir mejorando y ser realmente competitivo a final de año. No me marco plazos. Es verdad que tengo mucha curiosidad por llegar el martes 28 en Valencia -día de su debut en la categoría reina con KTM- y ver cómo trabaja un equipo de MotoGP, ver las cosas nuevas que voy a tener que entender, ver cómo pilotan Augusto Fernández, Jack Miller, Brad Binder y Dani Pedrosa -un sabio del que puede aprender muchísimo-. Eso me ayudará a dar un paso grande. No ya de puesta a punto, sino a entender cómo tengo que frenar, cómo tengo que girar, que son las cosas que me costaban el año pasado. Me gustaría empezar con buen pie ese día, con paso firme”.
Acosta no parece tener ‘complejo de inferioridad’ respecto a los pilotos de Ducati. Él defiende sus armas: “Desde que se ha afinado, una KTM como la de Binder hace cosas menos agresivas y está siempre en el top 6. Es verdad que por ahora la moto está un pasito por detrás para ganar un Mundial, pero en dos años, para suerte o desgracia de alguno, la KTM va a ser la mejor moto de la parrilla”. Llegados a este punto, Pedro incluso se viene arriba: "Me pongo 'top 10' en el test de Valencia y me meto en alguna carrera en el podio. Por soñar que no sea. ¿Ganar una carrera? Ojalá. No creo que sea fácil. Tengo ganas de llegar a ese test de Valencia, ver cómo es una MotoGP. Tengo curiosidad por la moto, que ha llegado a un gran nivel, aunque está un pasito por detrás de Ducati. Por suerte o por desgracia de alguno, KTM será una de las mejores motos de la parrilla en poco tiempo. Hay que confiar en el proyecto y saber que todo va a salir bien”.
No cabe duda que Pedro Acosta llega a MotoGP como un auténtico recordman. No en vano, es el primer doble triunfador español que lo consigue en sólo tres temporadas realizando el Mundial, pues conquistó el de Moto3 (2020) en su primer año. A nivel del Campeonato del Mundo, ninguno de los que tienen más de seis coronas lo hicieron. El piloto murciano es el campeón más joven en la historia de Moto2, categoría que inició su andadura en 2010, quitándoselo a Marc Márquez. Además, Pedro es el segundo más precoz de la clase intermedia, tras Dani Pedrosa, que lo consiguió con 19 años y 18 días. El balance, con 3 títulos, 16 victorias y 26 podios en tres temporadas, no puede ser mejor para el precoz Acosta: “Me lo he pasado bien en estos tres años. Venía de quedarme sin equipo antes de llegar al Mundial de Moto3. No fueron situaciones fáciles, porque me quedé sin equipo una semana después de firmar el contrato. Me veía un poco fuera y se lo dije a Albert Valera -su representante- tras ganar en Malasia el título de Moto2: ‘Coño, ha salido todo bien’. No pintaba muy bien la cosa antes de firmar con Aki Ajo, y después de estar tres años en su equipo, te digo que no me quiero ir. Ha salido todo muy bien. La clave creo que fue el año pasado. Hicimos una preparación muy grande y no nos salían las cosas. Yo me cabreaba más, porque quería hacerlo bien, y no encontrábamos la puesta a punto que me fuera bien, porque a lo mejor era muy pequeño o estaba muy delgado comparado con la actualidad. En todo eso hemos dado un paso muy grande. El año que viene lo haré sin expectativas, que a lo mejor fue eso lo que nos frenó en el primer año de Moto2. Voy a divertirme y a aprender con el equipo. Puedo aprender muchísimo del equipo de KTM”. A ese aprendizaje se suma uno de los ‘secretos’ de su maestría: desde niño entrena casi a diario con una moto de 600cc, girando alrededor de conos de tráfico en un reducido espacio. Impresiona verlo.
Cuando Acosta se inició en el Mundial de Moto3 (año 2020), escribí algo en lo que me reafirmo sin cambiar ni una sola coma: salta a la vista que es un hombre-moto, sincronía de animal y mecánica. Pedro se decide y lo hace, sin medias tintas, con la perfección de un arquitecto. Su convicción no acepta dilemas, va a por todas y lo consigue. Es fino, preciso, calculador, milimétrico, astuto. Lo tiene todo… Ahora, ya en 2023, con dos títulos en su bolsillo y a punto de saltar a MotoGP, añadiré una apreciación más sobre el genial piloto murciano: su madurez metodológica es incomparable y el preludio de algo mejor. El resto, ya lo pone él, inclusive sus incomparables frases apoteósicas: “Hay que ser como eres y no cambiar por venir al Mundial. Yo vengo de un pueblo con 20 casas y mucha playa… Mi manager me sugirió la maravillosa idea de irme vivir a Andorra y fui a conocer el país. O sea, yo con 18 años no había estado nunca allí. Y tal como llegué, estuve dos días y le dije: Albert yo de mi casa no me muevo. Me deprimí. Y no digo que el país sea feo, porque es muy bonito y está muy chulo, pero me entró una depresión tan grande por no ver el sol, ni la playa, no pude aguantar más.” Sin duda, Acosta es auténtico. Podrán medirse con él y viceversa, pero nunca compararse…
(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez
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