Jerez predica con Superbike
Una vuelta más
Tras recuperar esta prueba, debe propiciarse ya una participación mayor de la Junta en el Circuito
La coincidencia monocolor de las dos administraciones debería acelerar esta beneficiosa alianza
Para asegurar competiciones como este Mundial y el propio futuro se precisan pasos definitivos
Ejemplar es una acción que deja huella, sirviendo como referencia a seguir. Precisamente eso fue lo que hizo el Circuito de Jerez con su apertura en 1985, convirtiéndose en un inmejorable ejemplo para el resto de España y del mundo que, sin dilación, siguieron sus pasos con la construcción de nuevos trazados, cual revulsivo económico, deportivo, social y de promoción turística incuestionable. Pero de eso hace ya casi 40 años. Ahora toca renovarse en todos los ámbitos, dando nuevas y ejemplares muestras de ‘veteranía’. Así lo acaba de evidenciar el afamado circuito andaluz, al recuperar con el apoyo de la Junta y tras dos años de ausencia el Mundial de Superbike que, junto a MotoGP, son los máximos exponentes del motociclismo. Gracias a esta renovada apuesta común, Jerez predica otra vez con el ejemplo, y ojalá sea sólo un primer avance de lo mucho y positivo que está por llegar.
No cabe duda que, para asegurar competiciones como este Mundial de SBK y el propio futuro de estas instalaciones, se precisan pasos definitivos que propicien una participación mayor de gobierno andaluz en el Circuito ubicado en la carretera de Arcos. Darle más vueltas es perder el tiempo, pues la coincidencia monocolor de las dos administraciones debería acelerar esta beneficiosa alianza. Es ahora o nunca. Sería lo suyo que, si el ayuntamiento jerezano permite finalmente ampliar el accionariado de la sociedad pública Cirjesa que controla el trazado, se produzca una apuesta aún más firme por parte de la máxima institución autonómica, como lo hacen también el resto de administraciones homónimas en Cataluña, Aragón y Valencia desde sus inicios. Porque el circuito jerezano urge ya reformas y avances que en otras comunidades sí afrontan.
En los históricos treinta y ocho años que ya atesora, este trazado ha sido uno de los principales motores de la región andaluza, pieza clave de su impulso turístico, germen de modernidad, riqueza y promoción turística sin igual. Pero al mismo tiempo, los elevados costes de su puesta en marcha, renovaciones y avatares diarios han recaído de forma muy especial sobre las mermadas arcas de una ciudad con récords de endeudamiento nacional. De ahí que el circuito jerezano suscite permanente preocupación por sus vicisitudes financieras, cuyas cargas (de profundidad) se han venido derivando durante estas casi cuatro décadas de existencia hacia el Consistorio de la población con mayor deuda acumulada en el ranking de las que superan los 100.000 habitantes. Razón de más para que administración local y autonómica busquen soluciones conjuntas (no revueltas) para un circuito que, en cuanto a gastos corrientes y de personal, casi se autofinancia con los ingresos de su alquiler de pista. El sol de Andalucía sigue atrayendo como un imán a equipos de competiciones del motor, llegados de todos los puntos del planeta.
De no ser por el pasivo que arrastra, cercano a los 12 millones de euros, el trazado que comparte nombre con Ángel Nieto sería rentable y autosuficiente. Imagínense lo que podrían cambiar las cosas para el Circuito de Jerez si entrase la Junta a sanearlo, teniendo en cuenta que, por poner un ejemplo, recientemente la máxima institución andaluza ha firmado un acuerdo con la Federación Internacional de Tenis (ITF), por la que abonará 12 millones de euros este año para albergar la Copa Davis y la Copa Federación femenina. Querer es PODER... El Ayuntamiento de Jerez abona cada año su parte del canon por la organización de su prueba 'reina', el Gran Premio de España de MotoGP, mientras que la Junta afronta una cantidad superior por el mismo concepto. Algo que ahora con Superbike ha sido posible con el apoyo del Ente autonómico. Ni que decir tiene que, en el caso de MotoGP, con los ingresos de taquilla y el positivo impacto económico de este multitudinario evento, se justifica plenamente la inversión. De hecho, la Junta de Andalucía se promociona también en grandes premios de otros países, por el gran retorno publicitario que supone para la región, apoyada en la empresa española Dorna, que gestiona el Campeonato con el incombustible Carmelo Ezpeleta al frente, principal valedor de Jerez y artífice principal de que se haya podido recuperar esta prueba de Superbike, al cancelarse la que debía disputarse en Argentina.
Este Mundial de SBK, cuyas motos son derivadas de serie, goza de un gran interés entre los aficionados, aunque las comparaciones con MotoGP son lógicamente odiosas, pero sí que deberían servir de acicate para que la organización vaya atrayendo al público como también se corroboró este año en el Gran Premio de España de MotoGP. Sus cifras siguen confirmando la fidelidad arraigada de la marabunta motera hacia su Catedral de Andalucía, con 79.625 espectadores el domingo y 163.479 en el fin de semana del GP), al que acudieron este 2023 por trigésimo séptima vez en peregrinación. Se trata pues de uno de los mayores espectáculos que existen, con cerca de doscientos mil aficionados viviéndolo en directo durante el fin de semana de carreras (unos 70.000 el domingo) y cifras que dan vértigo siguiéndolo por televisión (en torno a los 400 millones de espectadores en todo el mundo, que unidos a los de la prensa escrita y la radio alcanzan una audiencia estimada en 802.450.843 seguidores). Los números del hablan por sí solos: el impacto económico sobre la provincia de Cádiz supera los 25 millones de euros, cifra que llega a duplicarse en el caso de Andalucía, con un retorno mediático estimado en los 20 millones de euros (asisten 400 periodistas de los cinco continentes). Basta con multiplicar esas cifras por los 36 años que el Mundial lleva celebrándose, para certificar si merece o no la pena la alianza del Ayuntamiento y la Junta. Sirva como muestra un botón: tanto los hoteles como el Circuito se llenan hasta la bandera y la economía vive su mejor momento.
Todo lo que acabo de exponer aquí es reiterativo, casi 'clónico' a un artículo que con la misma motivación escribí en 2016 reclamando un pacto institucional por el Circuito de Jerez, para que el trazado quedase al margen de las disputas políticas y alcanzara por fin la tutela compartida con el gobierno andaluz, renovándose así en todos los sentidos y garantizando su futuro a través del consenso. Hay que evitar los egos o el afán de protagonismo y apostar por la solvencia y estabilidad. Esa asignatura pendiente, que no acaba de superarse, es el único camino posible para garantizar la continuidad de pruebas de élite como el Mundial de Motociclismo, las Superbike y todas aquellas del mundo del motor que otros trazados españoles sí se permiten. De hecho, la competencia va a más, pues a la pugna habitual con Cataluña, Valencia y Aragón, ahora propone unirse también Madrid, que incluso se proyecta como sede de la Fórmula 1 en 2027. Aquí el que no corre vuela y el camarón que se duerme la corriente se lo lleva.
Fíjate por dónde que el piloto español Álvaro Bautista saltó de MotoGP a Superbike en 2019 y, pasito a pasito, la pasada temporada logró el título para Ducati, marca que llevaba once años de 'sequía' (su última corona fue en 2011 con el también español Carlos Checa). Y, mira por dónde, ha conquistado en Jerez su segundo título consecutivo. "Nadie predica mejor que la hormiga, y esta no habla", sentenció Benjamin Franklin, político, científico e inventor estadounidense, considerado como uno de los Padres fundadores de los Estados Unidos. Siguiendo su atinado pronunciamiento, no estaría mal si los políticos que están al frente de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Jerez imitasen también a las eficientes hormigas. Predicando con el ejemplo, podrían garantizar juntos el futuro de este Circuito que en su día sirvió de faro, pero que ahora necesita una inyección urgente de energía para seguir dando luz. ¿Oído cocina?
(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.
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