Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Una vuelta más
Salir de un pozo es casi imposible. Hundido en la oscuridad, se precisa de fuerza física y psicológica sin igual, para abandonar las tinieblas y volver a tierra firme. Es como pasar de la nada al todo, de una noche ciega a un día radiante. Por eso a nadie extraña que Marc Márquez llorase como un niño tras la proezade ganar su decimoprimer Gran Premio de Alemaniaconsecutivo y octavo de MotoGP. No era una victoria más, ni mucho menos. El ocho veces campeón mundial lloraba mirando al cielo porque acababa de salir a flote del hoyo en que cayó hace 331 días en Jerez, tras aquel grave accidente con lesión de húmero derecho que puso en jaque la carrera del mejor piloto de la historia. Había motivos para llorar de felicidad, claro que sí.
Desde el 19 de julio de 2020, Marc ha sufrido un auténtico viacrucis. Ese caluroso día, el octacampeón vio cómo su imparable racha de éxitos se detenían bruscamente en el primer Gran Premio bajo el síndrome de la COVID-19, disputado en el Circuito de Jerez. Aquella fue una carrera para los anales del motociclismo, digna de ser estudiada en facultades de física y biología, pues el formidable piloto de Honda salvó milagrosamente una salida de pista y protagonizó después la mayor remontada jamás vista. Buscaba la victoria número 83 de su abultado currículum, pero no pudo consumarla por un terrible accidente en la curva número 3 del trazado jerezano, que ya fue 'famosa' por el pentacapeón Doohan, trayendo consigo una complicada fractura de húmero derecho, del que ya había sido intervenido a finales de 2019, al igual que también fue operado del izquierdo en 2018. Pero como los magos nunca se dan por vencidos, en solo siete días intentó correr el Gran Premio de Andalucía, aunque finalmente tuvo que bajarse de la moto y pasar al dique seco. A partir de ahí, llegó el calvario. Como si lo hubiese 'mirado un tuerto', al cerrar una ventana de casa se volvió a fracturar la maltrecha extremidad, que posteriormente se infectó y hubo otras dos operaciones más. Toda una pesadilla que se antojaba interminable.
Pese a reincorporarse al Mundial en el mes de abril de este año, Márquez no era el mismo. Parecía que su magia le había abandonado. Volvió a Jerez en mayo y no recuperó el duende, sumando incluso otras dos caídas. Pero trescientos treinta y un días después de aquel terrible percance en Andalucía, Márquez ha vuelto a ganar donde nadie le ha tosido jamás. Llegados a su circuito talismán de Sachsenring en Alemania, Mago Márquez volvió a sacar su chistera. "Sabía que tenía ante mí una gran oportunidad. No era fácil a nivel mental, porque vengo de una situación difícil con tres ceros seguidos, pero sabía que era el día. Me dije que había que intentar luchar por el podio, de tratar de estar cerca de los pilotos de cabeza y la victoria era una posibilidad pequeña, pero si se daban las circunstancias iba a ir a por ella. Cuando vi que caían unas gotas en la cuarta o quinta vuelta, me dije que esta era mi carrera. Empujé a tope, mantuve el ritmo y, cuando comenzó la segunda tanda de caer gotas, empecé a empujar a tope, a asumir riesgos, con Miguel Oliveira persiguiéndome y empujando a tope. Ha sido duro mantener la concentración, porque te llegan todos los recuerdos y todas las situaciones que tenía en la mente por todo lo que he vivido el año pasado, pero lo hemos logrado y lo vamos a volver a conseguir. Es difícil, pero vamos a tratar de mantener el mismo nivel", explicaba el genial piloto de Cervera con lágrimas en los ojos tras un heroico triunfo, que llega 581 días después del último que conquistó en Valencia el año 2019.
Márquez tuvo palabras de agradecimiento para los miembros de su equipo y todos los que han estado a su lado, incluidos los médicos, pero especialmente para Mick Doohan, queacabó su brillante carrera deportiva precisamente en esa curva de Jerez en 1999: "Tuve una llamada de casi media hora con Mick que me ayudó muchísimo. Me explicó su caso en el 92/93, cómo se sentía, qué le pasaba y qué errores hacía. Parecía que estaba narrando mi situación. Yo simplemente escuchaba, no hablaba, le dije que me explicara su situación y la verdad es que estaba narrando la mía. Llegó con una moto que habían cambiado los otros pilotos y no entendía nada, la cambió y todo y así no entendía nada. Errores estúpidos que no eran propios de él. Errores estúpidos he hecho este año yo también, pero me dijo que era normal, que a él le pasó, que luego todo cambia y el tiempo lo arregla todo, y que sólo necesitas paciencia y continuar trabajando. Esto te tranquiliza como piloto, porque ves que una leyenda como Mick Doohan pasó por algo similar y le costó, pero lo acabó sacando", argumentó Marc con todo lujo de detalles tras bajarse victorioso del podio de Alemania.
Es obvio que el circuito germano de Sachsenring, con giros contrarios a las agujas del reloj, ha sido proverbial para que Márquez vuelva por sus fueros, pues en sus curvas de izquierdas no castigaba tanto el aún maltrecho hombro derecho. Pero no cabe duda que su moral tras esta victoria se pondrá por las nubes. Era lo que le hacía falta y de Honda ni hablemos. Marc tiene 90 puntos menos que el líder de MotoGP, Fabio Quartararo, por lo que no sería sensato pensar que este año pueda alcanzar su noveno título, aunque queden once grandes premios por disputarse. Pero lo que sí es ya un hecho histórico, épico, es que Mago Márquez vuelve a ver la luz, tras salir del pozo. Y, conociéndole, seguro que no será la última hazaña que salga de su chistera…
(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.
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