Se cumplen 15 años de la jugarreta de Rossi a Gibernau en Jerez
Mundial de MotoGP
El Mundial de MotoGP de 2005 comenzó en Jerez con polémica: el italiano se hacía con el triunfo tras echar al catalán del Movistar Honda en la última curva de la última vuelta
La pandemia mundial del coronavirus COVID-19 está amenazando más que nunca el Mundial de MotoGP, que apenas pudo celebrar, y de manera incompleta -faltó la máxima categoría-, la primera cita del calendario en el circuito qatarí de Losail. Desde entonces, una a una han ido cayendo las pruebas. Se aplazaron las carreras de Tailandia, Estados Unidos y Argentina y la misma suerte han corrido, de momento, el Gran Premio de España de Jerez, el de Francia en Le Mans, Italia (Mugello) y Cataluña (Montmeló), con la particularidad de que a estos cuatro últimos casos no se les ha encontrado fecha en el calendario.
Así que la ocasión es propicia para echar la vista atrás y precisamente este Viernes Santo se cumplen 15 años de la 'jugarreta' de Valentino Rossi a Sete Gibernau en el Circuito de Jerez, en aquella carrera que se decidió en la curva 12 del trazado jerezano y que acabó con el italiano 'echando' de la pista al catalán y sumando su, por entonces, sexto triunfo en el Circuito de Jerez.
Desde su estreno en 1987, el Circuito se convertía por primera vez en inicio del Mundial de Motociclismo, tomando el testigo del sudafricano trazado de Phakisa. En Jerez comenzaba un campeonato -repetiría un año más tarde por segunda y última vez- en el que Sete Gibernau parecía ser el único piloto capaz de hacer sombra a Rossi, que por aquel entonces acumulaba ya seis títulos mundiales (tres de MotoGP, y los de 500, 250 y 125cc). El año anterior, Gibernau -con Movistar Honda- había llegado con todas las opciones intactas al final del campeonato. A falta de tres carreras, el italiano sólo sacaba 14 puntos al español (229 por 215). Sin embargo, Rossi, que vivía su primer año con Yamaha, se proclamaba campeón en Malasia ganando la carrera y aprovechando la séptima plaza del nieto de Paco Bultó.
En 2005, Gibernau se sentía más fuerte que nunca y comenzar ganando en casa, repitiendo el triunfo de 2004 bajo la lluvia, significaba dar un golpe en la mesa. Con el trazado jerezano luciendo sus mejores galas -ese año por fin se abría la autovía que enlazaba el Circuito con la ciudad-, el 10 de abril de 2005 se celebraba la carrera. Rossi partía desde la 'pole' que le había arrebatado precisamente a Sete, que salía a su estela. El del Movistar Honda llevó el peso de la prueba, pero en ningún momento pudo desembarazarse de una Yamaha que aprovechaba su mejor chasis para recuperar en el paso por curva lo que perdía en las cortas rectas de Jerez. Todo se decidiría en una emocionante última vuelta. Rossi se fue largo en Dry-Sack (ahora curva Pedrosa), pero recuperó la primera plaza en Nieto-Peluqui. Se pasó en Ferrari, donde ambos se tocaron ligeramente, lo que permitió a Gibernau llegar al giro final en primera plaza. Allí, Rossi entró con el cuchillo entre los dientes por dentro y cuando Sete quiso meter la moto ambos carenados chocaron, saliendo el español hacia la gravilla.
La cara del catalán tras la carrera era un poema y del cabreo ni siquiera quiso hablar de la polémica maniobra de su adversario. Quien sí lo hizo fue Rossi: "Fue una gran vuelta, disputada a tope. Sete iba rápido, yo he cometido un error a mitad de vuelta al pasarme en la frenada y me ha pasado. Después nos hemos adelantado un par de veces, él me ha tocado a mí y ya ahí valía todo. Era la guerra, sabía que tenía que lanzar mi ataque en la última curva y así lo hice. Ha sido un adelantamiento difícil, como también los hace él. Es normal que Sete esté enfadado, iba primero y no ha ganado, pero las carreras son así".
El español, en declaraciones al canal BT Sport, explica 15 años después cómo lo ve ahora: "Cuanto más tiempo pasa, más pienso que después de eso las cosas cambiaron. Mucha gente vio esa acción y desde ese momento se abrió la puerta a que pasara muchas más veces. Si me pongo ahora en la situación de estar viendo una carrera, veo lo que sucedió allí donde dos tipos se juegan la vida y se tocan en una última curva difícil y le dan la victoria a un piloto que ha tocado a otro, no quisiera que eso suceda. Desde entonces las cosas han cambiado en MotoGP y cómo se entienden las carreras, y no estoy de acuerdo", asegura.
Más que la exigua diferencia de 5 puntos y con todo el Mundial por delante, aquella maniobra significó un antes y un después, un punto de inflexión. A partir de entonces, Gibernau empequeñeció. Rossi le ganó la batalla psicológica. Esa temporada, Valentino lograba su cuarto título consecutivo de MotoGP, mientras que Sete no llegó a estrenarse, sumando cuatro podios y acababa el campeonato en una discreta séptima posición.
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