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¿Qué hay de Márquez en Acosta?

Una vuelta más

Con solo 16 años, Pedro lidera y arrasa en Moto3 como hacía Marc, que ha llegado a octocampeón

El piloto murciano, hijo de padre pescador, se ve "como un chaval que está viviendo un sueño"

"Creo que ganará este año y, cuando llegue, pondrá las cosas difíciles a quien esté en MotoGP", dice Marc

Marc Márquez mira a Pedro Acosta en una gala de la RFME hace unos años. / Cedida: Familia Acosta Sánchez

Genios hay muchos, pero ninguno nace como tal, se hacen a sí mismos. Un fuera de serie, único en su disciplina, puede venir al mundo en cualquier parte del planeta, aunque sí es cierto que algunos factores muy particulares les influyen poderosamente para alcanzar la grandeza. España es una potencia mundial en lo que motociclismo se refiere y, por ende, se ve como algo natural que el mejor piloto de la historia, como así consideramos muchos a Marc Márquez, naciese hace 27 primaveras en Cataluña. Quizá por la misma razón, se observe también con normalidad que el joven murciano Pedro Acosta, con solo 16 años, esté dando ya los mismos pasos que el octacampeón en Moto3, donde aún siendo novato lidera y arrasa, como pocas veces se haya visto algo semejante. Pero la pregunta que hay que hacerse no es si crecen 'marcianos' en la piel de toro, sino ¿en qué se parecen Marc y Pedro, qué tienen en común?

Pedro Acosta, rodando en Losail. / Motogp.com

A finales de los noventa hubo un piloto, cuyo nombre prefiero no mencionar, que me rogó encarecidamente una entrevista. Militaba él en el mejor equipo del Campeonato y no veía normal que yo le omitiese en los artículos. Amablemente le respondí que era lógico si se extrañaba viendo que ni le mencionaba: "El problema es que si escribo de ti, no te va a gustar nada lo que leas", sentencié. Hasta hoy, que me he decidido a relatarlo, porque nunca antes he aceptado inflar globos con las promesas en ciernes. El Mundial de MotoGP es un campeonato tan profesionalizado y exigente que, para crearte fama, debes ser ya una realidad incontestable, palpable e incluso cuantificable. No es posible vender humo. Hay tantos pilotos buenos, que apuntan alto, con cualidades y bagaje, que para ser noticia, debes ser el 'rey del mambo'. De nada sirve vender pieles de oso, hay que cazar el más grande y que te lo certifique el Guinness. Pero, debo reconocer que el chico de la bahía de Mazarrón no es flor de un día. Viendo a Acosta salta a la vista que es un hombre-moto, sincronía de animal y mecánica. Pedro se decide y lo hace, sin medias tintas, con la perfección de un arquitecto. Su convicción no acepta dilemas, va a por todas y lo consigue. Es fino, preciso, calculador, milímétrico, astuto. Lo tiene todo. Recuerdo que Crivillé era muy parecido e indomable en 125, pura adrenalina, talento y un vendaval arrollador sobre el asfalto. Después le tocó ser ingeniero en las grandes cilindradas y eso ya se volvió más serio. Eso sí, aunque sufrió a la sombra de un monstruo de las Antípodas como Mick Doohan, al final se convirtió en el primer campeón español de la cilindrada reina.

Marc Márquez y Pedro Acosta, en la rueda de prensa del jueves en el Circuito de Jerez. / Álvaro Rivero / Circuito de Jerez

Vaya por delante que las comparaciones son casi siempre odiosas, pero es incuestionable que existen similitudes entre los comienzos del genio planetario Marc Márquez y la nueva promesa que es Pedro Acosta. En ambos casos, aunque nacidos en territorios distintos de la geografía española, encontramos orígenes comunes y compartidos, pues los dos tomaron los primeros biberones sobre una moto. De Marc se han escrito ya ríos de tinta, lo sabemos todo y más. En cuanto a Pedro, 12 años más joven que la estrella de Cervera, vino al mundo en la localidad murciana de Mazarrón el 25 de mayo de 2004. Su padre, del mismo nombre, es pescador de profesión y su madre, Mercedes Sánchez, dio a luz a otras dos hijas (Miriam y María) antes que a él. A los cinco años de edad comenzó a practicar taekwondo, pero solo duró dos meses, pues le dieron tal patada que, tras caer sobre la lona volvió a casa con la indumentaria de artes marciales. A partir de ahí, probó suerte con la bici de trial, llegando a subcampeón regional, premiándole su padre con una moto de cross que hizo sus delicias. Como las madres también encarrilan a los hijos, un buen día se llevó a Pedro al Circuito de Cartagena para su ‘bautismo’ sobre asfalto. Ella sostiene que "lo llevamos como al niño al que llevas a la feria, pero no salió bien la cosa porque ya no pudimos sacarlo de allí". Él, en cambio, lo explica de otra forma: "A mí, la verdad, es que no me llamaba la atención", recuerda Acosta de aquella primera y proverbial experiencia con siete años. Así lo atestigua también su ‘descubridor’ y escudero Paco Mármol, instructor del trazado cartagenero: "Pedro empezó a llorar y no quería correr, decía que le daba miedo. Tuve que insistirle que solo se trataba de un entrenamiento, que peor no lo podía hacer porque estaba el último. Pero no había manera. Dijo que me llevara la moto, que él se iba del circuito. De hecho, hubo un momento en que me dejó solo en la parrilla con la moto y él se fue caminando. Al final salió e hizo una carrera muy buena. Ese día parece que cambió el chip de su vida".

El piloto murciano, con el puerto de Mazarrón al fondo. / Juan Trujillo

Ya se sabe que los comienzos son siempre difíciles y costosos, correspondiendo a las familias de los pilotos suplir todas las carencias en esa travesía del desierto. Pero Pedro se esforzó para no hacerla eterna. Tras instruirse en certámenes nacionales como la Cuna de campeones y alcanzar el título en el Campeonato de España de PreMoto3, Acosta tuvo su debut internacional en 2018 disputando tres carreras del Mundial Junior. En 2019 dio el salto a la Red Bull Rookies Cup, perdiéndose las dos primeras carreras por la grave caída sufrida en los entrenamientos de Jerez, con la mala experiencia de una conmoción cerebral. Aun así cerró el año con tres victorias y fue subcampeón. En 2020, pese a romperse una pierna a principios de año, Acosta arrasó con seis victorias en las seis primeras pruebas y unió ese título al tercer puesto en el Mundial Junior de Moto3, donde cosechó tres victorias. De este modo, Pedro logró sin dilación el pasaporte para el Mundial de Motociclismo con el afamado equipo Red Bull KTM Ajo de Moto3, donde ha llegado y besado el santo, pues en su primera carrera de Qatar fue segundo y se ha anotado también el triunfo en las dos restantes. Pero no han sido dos simples victorias, sino apoteósicas. Tanto es así que Acosta ha recordado las más memorables proezas de Márquez, pues en la prueba de Doha, saliendo desde el pit lane, remontó hasta ganar la carrera. Una auténtica barbaridad que unida al colosal triunfo de Portugal, le permiten llegar como líder indiscutible del Campeonato a Jerez. "Yo me veo como un chaval que está viviendo un sueño" señala Pedro Acosta, que se reconoce como un piloto "agresivo. Soy muy de frenadas fuertes y curvas de 180 grados. Me gusta jugar al límite y hacer lo mismo con las reglas, pero sin pasarlas. Creo que todos los pilotos deben tener como objetivo luchar por ganar el Mundial. Si no, ¿para qué venimos a este deporte? Aquí el único que se divierte es el que gana".

Pedro Acosta cruza la meta del circuito de Losail por delante de Binder en el GP de Doha. / Motogp.com

De triunfar sabe mucho también Marc Márquez que, sin dar rodeos, constata el prometedor futuro que vislumbra para Pedro Acosta: "Es bueno, muy bueno. Pilota diferente respecto a los demás que hay en Moto3. Yo creo que ganará este año. Pero no le pongamos presión tampoco al chaval. Es muy joven, pero si mantiene la cabeza donde la tiene que mantener, va a llegar a MotoGP y lo hará muy muy bien. Pero, tiempo al tiempo. Lo que está claro es que pilota diferente al resto. Va a llegar a Moto2, va a quemar etapas y, tarde o temprano, llegará a MotoGP y lo hará muy bien. Así que un español más que no tengo ningún problema en reconocer que cuando llegue en su día, si continúa con esta progresión, va a poner las cosas difíciles haya quien haya en MotoGP". Amén. Para hablar así, debes ser único en el mundo. Marc ya lo es y Pedro parece que está en el camino…

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.

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