¿Y si Márquez hace caso a su abuelo?
Una vuelta más
Aunque aún no sopese retirarse, crece la incertidumbre sobre el futuro del octacampeón mundial
¿Fallan su moto, él, o su equipo? Pese a tener contrato con Honda hasta 2024, podría irse a KTM
Marc arrastra 238 caídas en 15 años,14 de ellas en 2023, y en Alemania cayó 5 veces en 48 horas
Cuando un personaje ilustre y famoso pasa por delicados momentos, todo el mundo se apunta a asesorarlo, pero como afirmaba el poeta griego Sófocles en una memorable cita, "quien no haya sufrido lo que yo, que no me dé consejos". Quizá sea esa atinada frase la que, con su propio lenguaje, esté pasando ahora por la mente de Marc Marquez cuando escucha lo que opinan propios y extraños sobre “el peor momento de mi carrera profesional” que el ocho veces campeón mundial de motociclismo reconoce atravesar. Desde aquella grave caída de 2020 en Jerez, el genial piloto de Cervera no termina de levantar cabeza, más bien al contrario, pues en estos tres largos años, tanto a él como a su Honda, parece que les ha mirado un tuerto, habiéndose perdido un total de 32 grandes premios, además de llevar sin ganar desde finales de 2021 y, lo que es más preocupante, arrastrando ya 238 caídas en 15 años, 14 de ellas en 2023 (en Alemania cayó 5 veces en 48 horas). Con el último percance de este pasado fin de semana en Holanda, al que llegaba tocado, Marc decidió bajarse de la moto para recuperarse y meditar durante el mes de julio inhábil en MotoGP. ¿Escuchará consejos mientras 'lame heridas'?
Por efecto dominó de esas turbulentas circunstancias se está generando mucho ruido de fondo, incluyendo al populismo mediático, que basa toda su cantinela o verborrea en un cambio de aires que sin rechistar debería tomar Marc Márquez. Es decir, dejar atrás a Honda, su marca de toda la vida (11 temporadas consecutivas), para irse a un supuesto proyecto con KTM y Red Bull o al de la mejor marca que esté dispuesta a admitirlo. "El aconsejar es un oficio tan común que lo usan muchos y lo saben hacer muy pocos"., sostenía Fray Antonio de Guevara, aunque hasta cierto punto, tanto esos consejos, como los debates o la rumorología tienen su lógica, pues la situación que atraviesa el formidable piloto español es tan lamentable que mejor apartar de la vista el presente para fijarla en un futuro inmediato más esperanzador. Pero, en honor a la verdad, y con independencia de las opciones reales de que Marc se vaya de Honda Repsol, rompiendo el contrato que le vincula hasta 2024, también sería razonable y sensato analizar qué o quiénes son los responsables del horrible momento que viven el propio piloto y la laureada marca japonesa, con la que compite desde el año 2013, en que llegó a MotoGP tras ganar los mundiales de 125cc (2010 con Derbi) y 250cc (2012 con Suter). ¿Fallan su moto, él, o su equipo. Quizá deben repartirse culpas? Estas son las preguntas que a día de hoy sería oportuno responder, pues muchos aficionados de a pie se las hacen sin obtener respuestas rigurosas. Sólo escuchan consejos gratuitos.
Sin poner paños calientes, la situación que atraviesa Honda es tan negativa e impredecible que ni los más optimistas esperan soluciones mágicas e inmediatas, pero sí que se oye en lontananza el sonido de 'katanas' (espadas o sables japoneses), y muchos intuyen que a la vuelta del descanso veraniego 'rodarán cabezas', entre otras, se murmuraba hasta hace unos días la del director deportivo, Alberto Puig, aunque este último, quizá temiéndose lo peor, ya se ha adelantado a posicionarse con unas declaraciones muy relevantes: "Honda no es una compañía que retenga a un piloto que no quiere estar aquí. Pienso que Márquez continuará con nosotros hasta 2024, porque tiene contrato, pero creo que cada persona es libre de hacer lo que desee en la vida". Y sobre la situación que viven tanto Marc Márquez, como sus otros compañeros de marca, Rins y Mir, todos ellos lesionados, el director de Honda señalaba que "subirse en una moto de carreras es peligroso como concepto. Yo diría que la moto está haciendo cosas que no entendemos y que está reaccionando de una manera que los pilotos no esperan. Hay situaciones como las caídas que se han producido que no hemos entendido todavía el porqué". Habrá que esperar hasta después del mes de julio para ver qué conclusiones saca de esas manifestaciones el propio Márquez.
Cierto es que desde la caída sufrida por Marc el año 2020 en Jerez, Honda cayó en hondo pozo del que no sale, pues además del viacrucis físico que viene padeciendo el octacampeón, el resto de pilotos que han pasado por sus filas, Lorenzo y Espargaró incluidos, lo han hecho amargados como pimientos. ¿Dónde está entonces el problema? Yo no tengo consejos, pero sí una teoría: hasta 2019 en que Marc logró su último título, aunque seguía cayéndose, no dejaba de vencer y apenas se hacía daño aparente con una moto crítica y salvaje que sólo él era capaz de sacar partido. Bien, hasta ahí todos de acuerdo, pero tiempo atrás, el que fuera hasta 2018 su compañero de equipo y tricampeón mundial, Dani Pedrosa, considerado por muchos el mejor desarrollador, venía reclamando hasta la extenuación un cambio radical en el proyecto para buscar una mecánica menos crítica y que permitiera disfrutar del pilotaje al resto de pilotos, cosa que Marc no admitía. Él escogía un material distinto a sabiendas de que penalizaba a sus rivales de marca, para que no pudieran hacerle sombra o lo tuvieran más difícil. Obviamente, Márquez se había ganado el derecho de tomar decisiones al tener más peso en Honda y, cuando veía que una pieza podía irles bien a los demás, la descartaba y así los penalizaba. Cuando Dani decidió retirarse en 2018 y Honda no quiso confiar en él como probador para desarrollar sus motos, el MotoGP Legend se fue a KTM, considerada por aquel entonces peor moto de MotoGP, a la que ha hecho ganadora, mientras que Honda sigue tirando por los suelos y llevando al hospital a quienes la pilotan. En suma, desde que Dani se marchó la Honda se ha estancado y nadie logra reconducirla.
Ahora Márquez ya no tiene el cuerpo para muchos riesgos continuados, tanto por el hombro derecho, del que ha sido operado cinco veces, como por la amenaza de una diplopia en la visión cada vez que se golpea la cabeza. En estos tres años, desde su grave caída de Jerez, Marc se ha operado en infinidad de veces y no ha conseguido desarrollar la Honda para sus nuevas circunstancias. Hasta que lograba títulos quería una moto salvaje o indomable y ahora se queja por ello pero hasta el momento no es capaz de hacerla competitiva. Ante esta situación y teniendo el millonario contrato que tiene con Honda hasta 2024, la marca japonesa se encuentra ante un dilema y a Márquez le falta poco para encogerse de hombros. Podría rescindir su contrato perdiendo dinero, pero ¿qué equipos lo querrían? Sinceramente, Marc ha sembrado muchas dudas del rendimiento que puede tener actualmente con otra moto y los equipos no quieren arriesgarse, además de que ya tienen sus puestos ocupados. ¿Podría ir a KTM con el apoyo de su patrocinador personal Red Bull? Tratándose de él todo es posible, pero la pregunta oportuna sería, ¿qué Marc veremos con una moto más dócil, cuando con la más salvaje ha sido el mejor de la historia de este deporte?
Sin duda, Marc Marquez tiene mucho que meditar en este mes de julio, lejos del ruido y los asesores gratuitos. Quién sabe si se le vendrá a la memoria el consejo que nunca olvidará de su abuelo Ramón: "Niño, no te arriesgues tanto, no me hagas sufrir. Ya tienes para vivir, búscate un trabajo tranquilo y la moto déjala para otro, que tú ya has hecho lo tuyo. Se lo he dicho muchas veces, pero le entra por un oído y le sale por otro. Siempre me contesta lo mismo: "Abuelo, el que no arriesga no gana"…
(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.
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