Ducati y el cascabel al gato
Más que potencia
La realidad de MotoGP nos puede recordar no sólo al fiero felino, sino a toda una camada de ellos
No hay ‘ratón’ que goce aplicar conceptos técnicos diferentes a los que posee esta moto italiana
Otras marcas pretenden acorralar al ‘minino’, pero ésta es una cuestión tecnológica y organizativa
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Tópicos como ‘poner el cascabel al gato' o ‘¿quién pone el cascabel al gato?’, entre otras variantes, son de esas frases proverbiales utilizadas ante las dificultad o aparente imposibilidad de acometer tareas que supongan ciertos peligros. Habrá quienes convengan la necesidad de poner en práctica un acto que beneficie a la colectividad, pero su riesgo intrínseco traerá consigo al mismo tiempo que no haya voluntarios para llevarlo a efecto. Utilizamos la figura del gato asediado por un cascabel como expresión metafórica originada en una antiquísima fábula sobre un grupo de ratones que deseaban abandonar la ratonera para buscar alimento, pero que les resultaba imposible debido a un felino que, al acecho permanente, habitaba aquel lugar. Reunidos los roedores llegaron a la conclusión unánime que para tener el aviso de que se acercaba el gato, había que colocarle un cascabel, pero ¿quién sería el valiente en ponérselo? No hubo voluntarios. Trasladando esta socorrida leyenda o relato a la realidad actual de MotoGP, es aún mas difícil hallar esa voluntariedad, debido al acierto que muestra Ducati, ya sea en el ámbito técnico como en el deportivo.
La gata de Borgo Panigale
Sin duda, la presente coyuntura del Mundial de Motociclismo nos puede recordar no sólo al felino en cuestión, sino a toda una camada de felinos bien entrenados. Ello hace aún más difícil la empresa de los ratones, que no consiguen adivinar dónde colocar el cascabel y, sobre todo, a cuál de los gatos. Ducati ha conseguido transformar su dominio en una realidad abrumadora, equiparable al poder supremo que demostró Honda en los finales de 500cc e inicios de MotoGP. Además de lograr la moto más rápida, también han creado la estructura más avispada, el equipo técnico más arriesgado. Todo ello, unido a una estrategia clara y bien definida. Personalmente, me resisto a pensar que no haya quien se atreva a colocar el cascabel al gato… pero por el momento no lo adivino.
Gigi Dall’Igna: El gato mayor
El ingeniero Gigi Dall’Igna ha conseguido convertirse en el referente, la persona que todo el grupo respeta y venera. Lidera a base de hacer frente a la responsabilidad que conlleva su cargo. Todas las decisiones estratégicas tomadas desde el primer día llevan la firma de alguien que exprime al máximo la interpretación de cualquier resquicio del reglamento y que acepta las consecuencias de ser arriesgado. En toda prole o cría, la jerarquía no se otorga, se conquista. Gigi, la ha conquistado. Nada mas llegar a Ducati tomó la decisión de competir en categoría ‘Open’, algo en aquel momento de connotación negativa delante de las otrora poderosas marcas como Honda o Yamaha… Subestimaron su decisión.
La Desmosedici GP24: la moto
La GP24 es la obra que todo ingeniero querría firmar, soluciones innovadoras perfectamente conjuntadas y ejecutadas. No hay ratón que goce en este momento aplicar conceptos técnicos diferentes a los que contiene esta MotoGP. El dispositivo de altura es el más optimizado de la parrilla, consiguiendo modificar de un modo progresivo el centro de gravedad sin que el neumático trasero se sienta estresado en exceso y la convierta en una máquina perfecta en aceleración. Para conseguir acercarse a la perfección, Ducati ha sido capaz de escuchar y entender que la moto y el piloto son una única cosa, algo que parece que no todas las marcas lo tienen tan claro. Experiencias como las que tuvieron con Jorge Lorenzo, al cual una modificación a nivel de ergonomía le hizo finalmente explotar el potencial de la Desmosedici les hizo enfatizar en la necesidad de poder adaptar cada una de las motos a las necesidades de cada piloto. Esta capacidad se traduce en la consecución de resultados excelentes con pilotos muy diferentes.
Una lechigada de felinos: Los equipos satélites
Durante muchos años, Ducati apostó por los equipos satélites como fuente de financiación del equipo oficial. La política recurrente de hacer uso de las motos de años anteriores, aunque no hubiesen sido competitivas hacia que los datos generados por los equipos oficiales no tuviesen sentido para seguir evolucionando la moto. Los cambios en el reglamento a nivel de unificación electrónica, empujó a Ducati a cambiar su filosofía, con la llegada de Gigi a Ducati entendieron perfectamente que era una oportunidad de generar mas datos durante el mismo número de eventos que se pudieran estudiar del mismo modo, dotando a los equipos satélites de recursos para que esos datos fuesen lo mas fiables posibles. A partir de ese momento, la marca italiana convirtió los equipos satélites en estratégicos también a nivel deportivo, asegurándose que también tuviesen la oportunidad de atraer talento a nivel de pilotos y, la propia Ducati, de cubrir las posiciones claves técnicas.
El ratón que se convirtió en gato: Marc Márquez
Siendo la referencia absoluta de la categoría Ducati, perfectamente podría haber pecado de soberbia, de exceso de confianza, algo que podría no haber sentado nada bien a la vida del gato. En este sentido Ducati ha vuelto a demostrar que es capaz de exponerse y ser consecuente con sus decisiones. Se expuso, dio la oportunidad a Marc Márquez de subirse a una de sus motos para demostrarse a sí misma si era él o era su antigua Honda la que no le permitía ser competitivo, aún sabiendo que rompería el equilibrio conseguido a nivel técnico y deportivo. En este sentido Ducati tuvo claro que quería a Marc haciendo de ‘gato’, pues era de los pocos ‘ratones’ que intentarían ponerle el cascabel al gato.
¿Dónde están los ratones? Honda, Yamaha, KTM y Aprilia
El resto de marcas siguen en su lucha por acorralar al gato, pero creo que ésta no es tan solo una cuestión tecnológica, sino también organizativa y, por supuesto, deportiva. Cada una de esos fabricantes, con sus propios matices, pero todos con una peculiaridad común: no se arriesgan lo suficiente para exponerse en todas las áreas, nadie propone su propio camino, todos siguen la estela de Ducati y, como no puede ser de otro modo, son batidos por Ducati. Un productivo ‘círculo vicioso’, por llamarlo de algún modo. En lugar de acostumbrarse, los equipos satélites deberían rebelarse ante esta situación, algo claramente difícil por los recursos que se requieren y, en muchos casos, no disponen de ellos. A título personal, echo en falta personas con liderazgo como el gran Antonio Cobas, Kanemoto, Kenny Roberts Senior, Oguma ‘san’ (señor en japonés), Yoshimura ‘san’… en equipos oficiales y privados, los cuales ejerzan como Gigi dentro de Ducati. Personas capaces de conquistar jerarquía dentro del grupo y exponerse, que sueñen cómo poner el cascabel al gato.
¿Cómo admirar el dominio de Ducati en MotoGP?
La dificultad en un deporte de élite es máxima, solemos restar méritos a quién domina, justificando que lo hace favorecido por los errores del contrario. En parte es así, pero los errores son provocados siempre por la excelencia de quién domina. En este caso creo que estamos ante una época dorada de Ducati, que todos deberíamos centrarnos en disfrutar de lo que la marca nos ofrece, aunque parezca monótono que gane regularmente. Tecnológica, deportiva y estratégicamente estamos ante un momento esplendoroso del deporte. En muchas disciplinas deportivas la victoria regular de un equipo o deportista se ensalza y en el nuestro de MotoGP, parece que aburra. Bajo mi punto de vista, motivado porque siempre es mas fácil ver quién lo hace mal que entender por qué el que gana lo hace de esa manera. Lo hace por méritos propios, punto.
¿Y tú? ¿Te atreverías a intentarlo?
La pregunta sigue flotando en el aire como en aquella vieja fábula. Muchos hablan. Algunos proponen. Y el cascabel, en la mesa, espera a quien se atreva a tomarlo…
(*) Juan Martínez, técnico con 27 años de experiencia en MotoGP, que en su día ayudó a conquistar títulos a Doohan y Rossi, trabajó también para Hayden y Gibernau, entre otros. Es comentarista de grandes premios en DAZN y director de la empresa Andreani MHS (importadora de suspensiones Öhlins).
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