Jerez fue, es y será Circuito MotoGP
Una vuelta más
Aunque en 2024 iba a quedar fuera del calendario por un año, Junta y Ayuntamiento lo han salvado
Con 38 años de historia, el futuro del trazado precisa la tutela compartida con el gobierno andaluz
El circuito jerezano urge ya reformas y avances que en otras comunidades autónomas sí afrontan
Llegó el gran día. El Circuito de Jerez centra este domingo 30 de abril de 2023 la atención del mundo entero. Es el no va más. Así lleva ocurriendo, de forma ininterrumpida, desde el año 1987 por expresa influencia del motociclismo y esa incontestable afición que lo respalda cual marabunta humana. Este Gran Premio de España de MotoGP es uno de los acontecimientos deportivos más multitudinarios que se celebran en nuestro país y, por pura inercia de pasiones, las miradas de millones de aficionados se dirigen hacia esta ciudad andaluza para ver en acción a los mejores pilotos del planeta rodando sobre su trazado. La adrenalina sube enteros hasta límites insospechados.
Nos encontramos ante uno de los mayores espectáculos que existen, con más de cien mil aficionados viviéndolo en directo durante el fin de semana de carreras (unos 70.000 el domingo) y cifras que dan vértigo siguiéndolo por televisión (en torno a los 400 millones de espectadores en todo el mundo, que unidos a los de la prensa escrita y la radio alcanzan una audiencia estimada en 802.450.843 seguidores). Los números del hablan por sí solos: el impacto económico sobre la provincia de Cádiz supera los 25 millones de euros, cifra que llega a duplicarse en el caso de Andalucía, con un retorno mediático estimado en los 20 millones de euros (asisten 400 periodistas de los cinco continentes). Basta con multiplicar esas cifras por los 36 años que el Mundial lleva celebrándose, para certificar si ha merecido o no la pena. Sirva como muestra un botón: tanto los hoteles como el Circuito se llenan hasta la bandera y la economía vive su mejor momento.
Salvo por los datos actualizados y alguna figura retórica, esos dos párrafos de texto que acaban de leer, son idénticos (clónicos) al de un artículo que con la misma motivación escribí en 2016 reclamando un pacto institucional por el Circuito de Jerez, para que el trazado quedase al margen de las disputas políticas y alcanzara por fin la tutela compartida con el gobierno andaluz, renovándose así en todos los sentidos y garantizando su futuro a través del consenso. Esa asignatura pendiente, que no acaba de superarse, es el único camino posible para garantizar la continuidad de pruebas de élite como el Mundial de Motociclismo, pues debido a la alta competencia Jerez corría el serio peligro de quedar fuera del calendario en 2024, pero finalmente la Junta y el Ayuntamiento jerezano han logrado salvarlo, momentáneamente, de las temidas rotaciones establecidas por el elevado número de pruebas que concurren en nuestro país, que lejos de disminuir parece que van a más, pues a la pugna habitual con Cataluña, Valencia y Aragón, ahora propone unirse también Madrid, que incluso se proyecta como sede de la Fórmula 1 en 2027. Aquí el que no corre vuela y el camarón que se duerme la corriente se lo lleva.
Por ello no queda otra que administración local y autonómica hagan suyo el lema de que Jerez fue, es y será Circuito MotoGP. Esa es la eterna canción que algunos no nos cansaremos de repetir, pues desde su inauguración en 1985, este trazado ha sido uno de los principales motores de la región andaluza, pieza clave de su impulso turístico, germen de modernidad, riqueza y promoción turística sin igual. Pero al mismo tiempo, los elevados costes de su puesta en marcha, renovaciones y avatares diarios han recaído de forma muy especial sobre las mermadas arcas de una ciudad con récords de endeudamiento nacional. De ahí que el trazado jerezano suscite permanente preocupación por sus vicisitudes financieras, cuyas cargas (de profundidad) se han venido derivando durante estas casi cuatro décadas de existencia hacia el Consistorio de la población con mayor deuda acumulada en el ranking de las que superan los 100.000 habitantes. Razón de más para que administración local y autonómica busquen soluciones conjuntas (no revueltas) para un circuito que, en cuanto a gastos corrientes y de personal, se autofinancia con los ingresos de su alquiler de pista. El sol de Andalucía sigue atrayendo como un imán a equipos de competiciones del motor, llegados de todos los puntos del planeta.
De no ser por el pasivo que arrastra, cercano a los 12 millones de euros, el trazado que comparte nombre con Ángel Nieto sería rentable y autosuficiente. El Ayuntamiento de Jerez abona cada año su parte del canon por la organización del Gran Premio de España de MotoGP, mientras que la Junta afronta una cantidad superior por el mismo concepto. Ni que decir tiene que, con los ingresos de taquilla y el positivo impacto económico de este multitudinario evento, se justifica plenamente la inversión. De hecho, la Junta de Andalucía se promociona también en grandes premios de otros países, por el gran retorno publicitario que supone para la región, apoyada en la empresa española Dorna, que gestiona el Campeonato con el incombustible Carmelo Ezpeleta al frente, principal valedor de Jerez. Por ello sería lo suyo que, si el ayuntamiento jerezano permite finalmente ampliar el accionariado de la sociedad pública Cirjesa que controla, se produzca una apuesta aún más firme por parte de la máxima institución autonómica, como lo hacen también el resto de administraciones homónimas en Cataluña, Aragón y Valencia desde sus inicios. Porque el circuito jerezano urge ya reformas y avances que en otras comunidades sí afrontan.
Desde finales de 2022 y durante estos primeros meses de 2023, he visitado con asiduidad el Circuito de Jerez, observando de cerca la febril actividad que allí se desarrolla casi de sol a sol y, sobre todo, poniendo especial atención en la labor ingente de sus experimentados trabajadores. Durante cinco años fui jefe de prensa en este trazado y conozco sobradamente el trabajo incansable que se lleva a cabo para que todo esté 'de dulce' cuando llega el Gran Premio de España de MotoGP. Pero en esta ocasión he querido poner toda mi atención en cómo se reformaba la seguridad en dos de sus curvas y se llevaban a cabo diversas mejoras con un esfuerzo descomunal del equipo de mantenimiento dirigido por Pablo Fernández que, inasequible al desaliento, casi vive en el Circuito desde que éste abrió sus puertas hace 38 años. Bajo la coordinación general de su director Cayetano Gómez, con una dedicación también ejemplar y meritoria, han seguido alquilando las instalaciones para entrenamientos y competiciones durante esas obras y hasta sólo unos días antes de recibir a este Mundial de MotoGP. Aún no me explico cómo pueden dar abasto y, a su vez, he podido corroborar todo lo que son capaces de hacer con lo mínimo que se les permite, por lo que llego a preguntarme ¿de qué serían capaz si tuviesen más medios y tiempo? Y lo tengo muy claro, Jerez volvería a tener el trofeo como mejor Gran Premio del Mundial, pues no olvidemos que ya han pasado casi cuatro décadas desde que se construyó y, con su actividad frenética de alquileres y las limitadas inversiones que recibe, no pueden actualizarlo como merece, pues como en el Circuito de Jerez nunca descansa, es difícil adecentarlo de arriba abajo como dios manda.
Voy a acabar este artículo repitiéndome una vez más: todo lo que acabo de exponer aquí son valoraciones personales, movido quizá por mi deseo de atisbar un horizonte prometedor para el Circuito de Jerez, que pasaría indefectiblemente por la estabilidad económica y una gestión más eficaz bajo el paraguas de la máxima institución autonómica. Se dice que el sentido común es el más común de los sentidos y, para ejercitarlo, nada mejor que sondear a la propia sociedad jerezana, consultándoles qué ven más conveniente. Así de fácil. Lo que nunca debería influir en estos casos es la ideología, que ya tenemos experiencia sobrada de lo nefasta que resulta. Los egos hay que dejarlos fuera, hay mucho en juego. Basta con recurrir al inolvidable poeta sevillano Antonio Machado para ver claro que a Jerez le llegó la hora de Andalucía: "Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar". ¿Oído cocina?
(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.
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