Martín y Ducati, divorcio traumático

Mundial de Motociclismo

Aunque hoy logre el título de MotoGP, el piloto madrileño dejará la dominante Ducati e irá a Aprilia 

El poderoso fabricante italiano le aseguró pasar al equipo oficial, pero acabó eligiendo a Marc Márquez

Apenas hubo pilotos que tras optar a la corona con la mejor moto, marchasen a otra marca inferior

Jorge Martín tumba la Ducati en una de las curvas del trazado de Montmeló.
Jorge Martín tumba la Ducati en una de las curvas del trazado de Montmeló. / CHIQUI CHAMORRO - AGENCIA 1PHOTO

Perseguir un sueño da sentido a la vida, hasta tal punto que una vez alcanzado te aferras a no perderlo de vista, o bien buscas metas más ambiciosas. Llegados a la ansiada cima, es habitual afrontar una cumbre más alta, o bien repetir en otras cotas de semejante altura. Así suele ocurrir en la mayoría de los casos, lo contrario puede considerarse como atípico o anormal. Por eso el título que Jorge Martín puede lograr este domingo 17 de noviembre en el Mundial de MotoGP, suscita ya, de forma anticipada, la lógica incógnita de si será el de un campeón efímero. Para muchos, ese calificativo resultará aventurado y peyorativo, ya que por efímero se entiende algo de corta duración, breve o caduco. Pero en honor a la verdad, tal acepción no tiene porqué resultar negativa. De hecho, la intrahistoria que hay detrás resulta apasionante: conquiste o no el título de la categoría reina, el motociclista madrileño dejará la dominante Ducati para volar a Aprilia. Sin duda, un divorcio insólito y traumático, pues apenas hay precedentes de pilotos que, tras optar a su primera corona en la máxima cilindrada con la mejor moto, se marchen a otra marca claramente inferior. ¿Será para bien? ¿Dejará de aspirar al número 1 en los próximos años? Imagínense… 

El sueño inicial de Jorge Martín era lograr este ansiado título, pasando así del equipo satélite Pramac al oficial de Ducati, como compañero de su máximo rival y bicampeón Pecco Bagnaia, contando para ello con el incuestionable aval de la fidelidad durante 4 años, un subcampeonato (2023) y el inequívoco liderazgo en esta temporada. Teniendo en cuenta esos notables antecedentes, tras el Gran Premio de Cataluña de mayo, los de Borgo Panigale informaron al piloto español de que finalmente era él el elegido Pero donde dijo ‘digo’, el poderoso fabricante italiano acabó diciendo Marc Márquez. A todas luces, un jarro de agua fría y duro golpe psicológico. Tanto es así que al acabar la séptima prueba del Mundial 2024, celebrada a principios de junio en Italia, el de San Sebastián de los Reyes firmó un contrato con Aprilia, la marca de menor presupuesto en el Campeonato. Ya no había vuelta atrás. 

Jorge Martín a Aprilia y Marc Márquez, al equipo oficial de Ducati.
Jorge Martín a Aprilia y Marc Márquez, al equipo oficial de Ducati. / motogp.com

Márquez, metido por medio

Este desenlace recuerda a las intrigas palaciegas del Imperio romano, donde un simple gesto del emperador determinaba una terrible condena. Según el veterano y afamado periodista Manuel Pecino, hay un solo relato verídico y cronológico de los acontecimientos. Es éste: “Una semana antes de Mugello, Ducati comunicó al mánager de Martín que se habían decantado por el madrileño. Exultante por ello y a modo de despedida, Jorge Martín se lo comunica a su actual equipo durante una cena celebrada dos días antes del Gran Premio de Italia. La idea que le habían transmitido a él es que pasaría a la estructura oficial y, al mismo tiempo, Marc Márquez habría aceptado formar parte de la satélite. Pero como por contrato Pramac era el único que podía tener esa moto oficial y no el de Gresini, -donde milita el seis veces campeón de MotoGP tras abandonar Honda- Marc dijo que no consentiría cambiar de equipo bajo ningún concepto. Así las cosas, Ducati se vio obligada a alterar todos sus planes, dieron marcha atrás y confirmaron el fichaje de Márquez. Martín queda frustrado y se va a Aprilia, mientras que la escudería Pramac (vinculada a Ducati durante dos décadas) se cambia también a Yamaha. Además, en cascada, de Aprilia se van los dos pilotos, junto a los ingenieros de pista y hasta el responsable del proyecto… Antes de tal decisión, pregunté a Dall’Igna -director general de Ducati- cuál iba a ser el criterio que utilizarían en su elección. El genuino técnico me dijo que había dos: “El primero es que quiero un piloto ganador desde la primera hasta la última carrera del año”. Yo le interpelé que tanto Jorge como Marc lo podían ser, respondiéndome Gigi con el segundo y premonitorio criterio: “Debo saber a qué piloto voy a descartar, consciente de que se convertirá en mi rival”. No hay más preguntas, señoría, quedaba claro que Ducati no quería tener a Marc Márquez como oponente, era y es el más temido. 

"Tuve que tomar una decisión, no quería seguir más carreras con eso en la mente, Lo pasé mal, porque a nivel emocional, a nivel mental, no fue fácil", comentó Jorge tras ese fichaje por Aprilia y, respecto a si entendía que Ducati se hubiera decidido por Marc Márquez, Martín era claro: “No es una cuestión de entender o no. Al final son las circunstancias y las cosas que pasan. No tengo mucho más que demostrar y hay cosas que no puedo controlar. A partir de ahí, todo es adaptarse y estoy muy feliz con lo que ha pasado”, añadiendo que "tampoco me sorprendió, después de tantos años intentando ir ahí y no salía, al final era como que no tenía que pasar. Creo que todo pasa por algo. No es que tuviese que demostrar nada, pero lo he demostrado, y me quedo con eso. Quiero confiar en mí, quiero confiar en mi futuro. Voy a un sitio donde me quieren, donde van a darlo todo por mí y eso me alegra. Pienso que puede ser un gran proyecto. Teníamos otras alternativas encima de la mesa, mi sueño era ser piloto oficial, tener un soporte, que un proyecto vaya en torno a mí. Ahora voy a poder desarrollar la moto a mi gusto, van a empujar para que yo gane. Creo que seré mucho más feliz donde voy a ir que en otro sitio, podré seguir creciendo y ser mejor piloto a partir del año que viene”, afirma un optimista Martín.

El madrileño puede convertirse en el cuarto español campeón de MotoGP tras Lorenzo, Márquez y Mir.
El madrileño puede convertirse en el cuarto español campeón de MotoGP tras Lorenzo, Márquez y Mir. / Ducati Team

Aprilia, la nueva ‘casa’ de Jorge en Noale, ha acaparado 19 títulos desde 1992, todos en las pequeñas categorías de 125 cc y 250 cc, porque MotoGP aún se les hace de rogar. Su primer año en la máxima cilindrada fue 1994, manteniéndose hasta 2004 y volviendo después en 2013 con la voz cantante de Aleix Espargaró (se retira ahora e irá a Honda como probador), logrando un salto de calidad a partir de 2015, consiguiendo hasta ahora un total de 4 victorias, 17 podios 7 poles y 7 vueltas rápidas, a las que en menor medida ha contribuido Maverick Viñales, que también vuela a KTM para 2025. Ellos ceden el relevo a Jorge Martín que, a sus 26 años de edad lleva 10 temporadas en el Mundial de Motociclismo, siendo muchas veces tan rápido que honra a su apodo de ‘Martinator’. Al cuarto año de competir en Moto3, el madrileño logró el primer título para la capital de España (2018), pasando después a Moto2 (5º en 2020) y por último a MotoGP (2021). Con su inconfundible dorsal 89, ha disputado hasta ahora 172 grandes premios, el peor de todos Portugal 2021, donde una horrible caída le provocó, además de ocho fracturas, plantearse la retirada. En total, se ha anotado 18 triunfos entre las tres categorías (8 en la reina), más 59 podios, 41 ’poles’ y 13 vueltas rápidas. Jorge sabe muy bien cuan pedagógico puede ser lo efímero, pues sus padres tuvieron que pedir préstamos para que él siguiera corriendo, y mira dónde ha llegado: “Superaron sus propios límites. Quizás yo era un niño y no lo entendí en su momento porque para mí era un hobby, pero el esfuerzo que ellos han puesto en este sueño que hemos conseguido ahora, no tengo palabras de agradecimiento. Un ejemplo puede ser que los dos estaban en el paro y que teníamos que pedir dinero a mi familia para seguir peleando, te hablo de 500 euros al mes. Nunca podré devolverles todo lo que han hecho por mí.” 

Sabemos que todo lo efímero es transitorio y fugaz, o bien se transformará en otra cosa. Para los filósofos, lo efímero suele tener connotaciones negativas o positivas. Aunque solemos valorar más aquellas cosas que perduran, lo efímero también nos permite disfrutar con intensidad de nuestra existencia, a sabiendas de que no será para siempre. Una burbuja y una chispa son efímeras, lo mismo que fenómenos atmosféricos como la niebla, la bruma o los relámpagos. Incluso las nubes son efímeras ya que, tarde o temprano, desaparecen del cielo. Por curioso que resulte, una de las frases más atinadas de lo efímero, que le va como anillo al dedo a Jorge Martín, sostiene que “el talento no sirve de nada si no va acompañado de determinación, planificación, perseverancia y disciplina. El talento es efímero, la determinación eterna.” Justo lo que el piloto español ha demostrado a raudales este año para estar luchando hoy por ser campeón del mundo de MotoGP y, quién sabe si con Aprilia va y demuestra que lo efímero puede ser insuperable…

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.

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