Cameron consigue la mayoría absoluta a costa de laboristas y liberaldemócratas

Los 'tories' suman 331 escaños, mientras los laboristas se quedan en 232. El partido de Clegg se desploma y el Partido Nacionalista Escocés arrasa y se convierte en tercera fuerza. Cameron promete el referéndum para dejar la UE.

Cameron diseña su primer Gobierno con mayoría absoluta
Cameron consigue la mayoría absoluta a costa de laboristas y liberaldemócratas
Dpa

08 de mayo 2015 - 07:03

El Partido Conservador de David Cameron logró, contra todo pronóstico, la mayoría absoluta en el Reino Unido al conseguir 331 de los 650 escaños del Parlamento británico. La mayoría de los sondeos preelectorales habían vaticinado para el Partido Conservador un máximo de 285 escaños, por lo que el resultado final tomó por sorpresa a muchos analistas políticos.

Cameron subrayó su compromiso con la unidad territorial del Reino Unido, tras reunirse con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham para pedirle el encargo de formar gobierno y continuar otros cinco años al frente del Ejecutivo británico. "Vamos a gobernar como el partido de una sola nación", afirmó. El premier prometió a los parlamentos regionales de Escocia, Gales e Irlanda del Norte mayores posibilidades de influir en la política nacional y reiteró su intención de convocar, a más tardar en 2017, un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE). "Esta es la victoria más dulce de todas", había asegurado ya antes Cameron ante miembros de su equipo de campaña.

La jornada electoral dejó tres perdedores y el mismo número de dimisiones: las de los líderes del Partido Laborista, Ed Miliband, del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, y del populista de derechas Nigel Farage, cabeza del partido euroescéptico UKIP, que ha logrado un solo escaño, no aquel por el que competía Farage.

El otro vencedor de la jornada, después de los conservadores, fue el Partido Nacional Escocés (SNP), que logró 56 de los 59 escaños que se disputaban en Escocia, arrebatando muchos de ellos a los laboristas.

El Partido Laborista, principal rival de los conservadores, consiguió 232 escaños, lejos de los 258 que obtuvieron en las elecciones de 2010. Miliband felicitó a Cameron y anunció su dimisión como jefe de su partido diciendo que era hora de ceder el cargo a otra persona. "La responsabilidad por el resultado es exclusivamente mía", subrayó.

El líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, también dimitió, tras aceptar la responsabilidad por la "catastrófica" pérdida de escaños. Los liberal-demócratas, que hasta ahora han formado parte de la coalición de gobierno encabezada por Cameron, tenían 57 escaños y han conservado sólo ocho. "Ahora ha quedado dolorosamente claro que esta ha sido una cruel noche de castigo para los liberal-demócratas", admitió Clegg, quien ha sido viceprimer ministro en el primer gobierno de Cameron. Clegg, sin embargo, ha conseguido mantener su escaño.

Por su parte, el líder del partido derechista UKIP, Nigel Farage, culpó de su derrota a los electores potenciales de su partido que terminaron por votar por los conservadores por miedo a la eventual formación de un gobierno de coalición entre el Partido Laborista y el Partido Nacional Escocés, una posibilidad que algunos periódicos de la derecha habían calificado como un escenario "pesadillesco".

La participación en las elecciones alcanzó alrededor de un 66 por ciento, un nivel similar al registrado en los comicios de 2010. En Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, felicitó a Cameron por su victoria electoral y expresó su disposición a "cooperar de forma constructiva con el nuevo gobierno británico", según aseguró el portavoz de Juncker, Margaritis Schinas. Respecto al referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, el portavoz recordó que Juncker ya se había comprometido en el pasado a buscar un "acuerdo justo" con Londres.

Shinas subrayó que la Comisión Europea va a examinar "de manera educada, amistosa y objetiva" cualquier solicitud de introducir cambios en la relación del Reino Unido con la UE. Sin embargo, una línea roja para el Ejecutivo europeo es la libre circulación de personas, anclada en los tratados de la UE, que permite a los ciudadanos comunitarios buscar trabajo en otros países miembros del bloque.

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