Decenas de muertos al estallar una fábrica de munición en Yemen
Las autoridades locales atribuyen la explosión a una acción de Al Qaeda
Al menos 70 civiles murieron en la explosión de una fábrica de municiones de la provincia de Abyan, en el sur de Yemen, que había sido asaltada por miembros de Al Qaeda, indicó un responsable de la Administración local.
"El balance de víctimas aumentó al menos a 70", indicó Mohsen Salem Said, miembro del Consejo de Janfar, en la provincia de Banyan.
Un portavoz atribuyó a Al Qaeda la responsabilidad en la explosión, afirmando que la red terrorista atrajo a los civiles hacia una "trampa mortal", y anunció una investigación, pero señaló que la explosión se produjo por la pólvora almacenada en la fábrica.
"Hubo una serie de explosiones y un incendio destruyó la fábrica", dijo, dando cuenta de "decenas de muertos y heridos".
En un anterior balance, Said indicó que en la explosión murieron al menos 40 personas y otras 90 resultaron heridas, entre ellas niños.
Las víctimas son civiles que ayer entraron en la fábrica para tratar de recuperar armas y municiones un día después de una operación comando de Al Qaeda, que atacó esta unidad de producción militar y se llevaron cajas de municiones.
El comando, integrado por unas 30 personas encapuchadas, embarcó las cajas de municiones a bordo de cuatro camionetas antes de abandonar el lugar.
La fábrica de municiones llamada "7 de octubre" está situada cerca de Jaar, un bastión de Al Qaeda, cuyos miembros se enfrentaron el domingo al Ejército por el control de esta ciudad.
La planta, heredada de la era soviética y cuando la ex República de Yemen del Sur era aliada de Moscú, producía balas para los fusiles de asalto kalashnikov.
El domingo, el comando de Al Qaeda neutralizó a los guardias y los civiles aprovecharon la falta de vigilancia para entrar en la fábrica.
La detención de armas es una especie de deporte nacional en Yemen, cuya población es de 24 millones y donde el número de armas de fuego está estimado en 70 millones de unidades.
La situación en la provincia de Abyan ilustra el escaso control que ejerce el poder central del presidente Ali Abdala Saleh en importantes regiones del país.
El presidente Saleh reconoció implícitamente ante dirigentes de su partido, el Congreso Popular General (CPG), que no controlaba todo el país. También aludió a la escasez de gas y combustible en la capital, señalando que había carreteras cortadas por los opositores y los rebeldes, y denunció las "pretensiones" de la oposición de hacerse con el control de provincias enteras.
Saleh, aliado de EEUU, lucha por mantenerse en el poder después de dos meses de revueltas tras 32 años en el cargo.
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