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Fracasa otra asonada militar contra la presidenta filipina

Miguel F. Rovira (Efe) / Manila

30 de noviembre 2007 - 02:50

Las fuerzas de seguridad aplastaron ayer el motín llevado a cabo por el grupo de militares atrincherados en un hotel de Makati, el distrito financiero de Manila, y que exigían la dimisión de la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, a la que acusan de corrupción.

Después de casi siete horas de desafío, el grupo de renegados encabezado por el senador y ex oficial del Ejército, Antonio Trillanes, y el general Danilo Lim, se rindió a las tropas que irrumpieron en el lujoso establecimiento hotelero. "Vamos a salir por la seguridad de todo el mundo", dijo Trillanes a los periodistas, después de que un vehículo blindado tumbara la puerta principal y el humo de los gases lacrimógenos disparados por las fuerzas especiales comenzase a extenderse por amplio vestíbulo del hotel.

Trillanes y Lim, sometidos a juicio por su implicación en el motín que tuvo lugar en 2003 y en el que participaron cerca de 300 oficiales, salieron esposados del hotel Península, del que sus huéspedes fueron desalojados apenas dos horas antes.

Tras poner fin al motín, el ministro filipino del Interior, Ronaldo Puno, anunció que había sido impuesto el toque de queda desde la medianoche hasta las cinco de la mañana, en Manila y en las provincias circundantes a la capital.

Al mismo tiempo, el Gobierno puso a la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas en estado de máxima alerta con la finalidad de impedir movimientos inusuales de tropas, y ordenó reforzar la seguridad en torno al Palacio de Malacañang, residencia oficial de la presidenta filipina.

También soldados fuertemente armados y policías montaron controles en las principales carreteras del país para interceptar a posibles seguidores de los amotinados, cuando estos ya habían sido detenidos y conducidos a una lugar no precisado.

La presidenta Macapagal Arroyo, que mantiene para el próximo 3 de diciembre su prevista visita de Estado a España, apareció en la televisión estatal para tranquilizar a la población, parte de ella casi habituada a los motines y las intentonas de golpe de Estado.

"Una vez tras otra hemos demostrado al mundo la estabilidad de las instituciones de nuestra democracia y la fuerza de nuestro Gobierno", dijo la mandataria.

Macapagal Arroyo, que ha resistido ya a dos intentonas de golpe de Estado desde que asumió la presidencia en 2001, es cada vez más impopular a causa de los escándalos por corrupción, y pese a que durante su mandato la economía de Filipinas ha registrado un notable crecimiento.

En el motín participaron cerca de una veintena de soldados armados con fusiles ametralladores M-16, que portaban en el hombro brazaletes rojos con la figura del sol, además de cerca de otras treinta personas, que vestían ropas civiles, y que prestaban apoyo desde el exterior a los rebeldes.

Los dos líderes rebeldes y su grupo de soldados se atrincheraron en el hotel después de marchar por las calles de Makati, en las que en ocasiones gritaron consignas mediante las que pedían a la gente que retirara su apoyo a la presidenta filipina.

El ex presidente Joseph Estrada, a quién Macapagal indultó el pasado octubre tras ser condenado a cadena perpetua por corrupción fue depuesto en 2001 por medio de una revuelta popular pacífica promovida por sus detractores, entre ellos políticos, miembros de la jerarquía eclesiástica católica y empresarios de otros clanes familiares descontentos con la pérdida adquisitiva.

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