Miles de refugiados siguen entrando en Macedonia, aunque hay calma en la frontera
Solo el sábado llegaron a Gevgelija, la primera ciudad tras la frontera, 8.000 refugiados, lo que equivale a un tercio de la población de la localidad.
Macedonia sigue permitiendo la entrada de refugiados a través de su frontera con Grecia y, aunque la situación es de calma, persiste la preocupación por la llegada diaria de miles de personas. Según datos ofrecidos por el ministro del Interior macedonio, Mitko Cavkov, solo el pasado sábado llegaron a Gevgelija, la primera ciudad tras la frontera, 8.000 refugiados, lo que equivale a un tercio de la población de la ciudad. Tras visitar Gevgelija junto al ministro de Exteriores austríaco, Sebastian Kurz, Cavkov subrayó que el país balcánico recibe recursos demasiado limitados como para acoger a estas cantidades de refugiados "de golpe y sin instalaciones seguras".
Macedonia decretó el jueves pasado el estado de emergencia ante la masiva entrada de indocumentados, y la situación derivó en altercados con la policía, que empleó gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y balas de goma contra los que intentaban atravesar el paso fronterizo con Grecia. Cavkov aclaró que no era intención del Gobierno cerrar las fronteras, sino que intentaba gestionar ordenadamente la entrada de personas para proteger la vida de los refugiados. "Nuestra previsión es que esta escalada de llegadas seguirá en el futuro, y realmente no nos lo podemos explicar, porque este problema viene de un Estado miembro de la Unión Europea", concluyó Cavkov en alusión a la llegada de indocumentados desde Grecia.
La policía, cuya presencia se ha reducido notablemente en la zona durante las últimas horas, permite ahora el paso de grupos pequeños de personas, que atraviesan regularmente la frontera. Ambos ministros recorrieron también el centro de acogida, acondicionado con tiendas de campaña, que se puso en marcha el domingo para albergar a los refugiados y permitirles su registro, e intercambiaron algunas palabras con los indocumentados, tras lo que Kurz tildó la situación de "desastre humanitario". "Esto es un desastre para toda la Unión Europea y creo que hay una verdadera necesidad de centrarse más en este problema, y no sólo en la ruta hacia Italia, sino en todas las partes de los Balcanes occidentales", enfatizó el ministro austríaco. Así, Kurz abogó por un control férreo de las fronteras en todos los contornos comunitarios y culpó a Grecia de no hacer suficiente en este sentido.
Aunque las autoridades macedonias han conseguido estabilizar la zona, todo apunta a que la normalidad está lejos que restablecerse, ya que diariamente llegan al puerto ateniense del Pireo miles de refugiados con la intención de seguir su viaje hasta la frontera con Macedonia. Tan solo este lunes llegaron 2.500 refugiados procedentes de Lesbos, una de las islas griegas del mar Egeo. "La ardua odisea que enfrentan las personas que huyen del conflicto no termina en las costas de Grecia, sino que se ven obligadas a caminar largas distancias bajo el calor abrasador y dormir en campamentos miserables o en campo abierto", relató Gauri van Gulik, directora adjunta de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central. Para Van Gulik, los refugiados y solicitantes de asilo no ven otra alternativa a seguir con su viaje, lo que "contribuye al desastre que hemos visto en la frontera con Macedonia en los últimos días", enfatizó.
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