París-Bruselas: Conexión yihadista
Los terroristas que atentaron en la capital belga son de la misma célula que atacó la francesa en noviembre y amigos de Salah Abdeslam, el cerebro, detenido la semana pasada Un kamikaze dejó un 'testamento'
Dos de los tres terroristas suicidas que atentaron el martes en Bruselas, los hermanos Ibrahim y Khalid El Bakraoui, fueron identificados formalmente ayer por las autoridades belgas, que los tenían fichados por su largo historial de delincuentes y que los vinculan a los atentados de París.
El coordinador de la lucha antiterrorista de la UE, Gilles de Kerchove, afirmó ayer que los autores de los ataques en la capital belga son miembros de la misma célula yihadista que organizó los atentados de noviembre en la francesa.
En una entrevista en la televisión pública belga RTBF, De Kerchove explicó que los rápidos avances de la investigación sugieren que los autores pertenecen al grupo de Salah Abdeslam, considerado el presunto cerebro del aparato logístico de los atentados de París del 13-N y que fue detenido en Bruselas el pasado viernes.
En esta línea, el coordinador europeo de la lucha antiterrorista descartó que los autores del doble atentado del martes -que mató a 31 personas y dejó heridas a otras 300- pertenezcan a un grupo paralelo fuera del radar de las fuerzas de seguridad. Además, el experto concedió que es posible que se sigan produciendo nuevos atentados en territorio europeo porque "cuanta más presión se ejerce sobre el Estado Islámico (EI) en Siria e Iraq", más tentados se sienten los yihadistas a perpetrar ataques contra los países que se involucran en su combate.
Ibrahim, de 29 años y de nacionalidad belga, como su hermano, es uno de los dos yihadistas que se hicieron saltar por los aires en el aeropuerto de Bruselas al activar las cargas explosivas, al igual que otro hombre, al que no se ha conseguido poner un nombre, afirmó en conferencia de prensa el fiscal federal, Frédéric Van Leeuw.
Sin embargo, a última hora de la tarde -y sin confirmación oficial- el diario De Standaard y la cadena de televisión pública RTBF revelaron que ese segundo terrorista suicida del aeropuerto de Zaventem es Najib Laachraoui, sospechoso de estar directamente vinculado con la organización de los ataques yihadistas de París.
Laachraoui, de 24 años y nacionalidad belga, según el servicio antiterrorista francés, formó parte de la red que llevó a cabo los atentados que se produjeron en París el pasado 13 de noviembre, y que mataron a 130 personas. Su ADN se encontró en el material explosivo utilizado en la capital francesa.
Los servicios secretos lo tenían en su punto de mira, en particular porque tenían constancia de que había viajado a Siria en febrero de 2013. En septiembre pasado fue objeto de un control en la frontera entre Austria y Hungría en el que dio una identidad falsa -Sufiane Kayal-, acompañado de dos presuntos miembros de los organizadores de los ataques de París: el francés Salah Abdeslam, arrestado el viernes pasado en Bruselas, y el argelino Mohamed Belkaïd, abatido por la Policía tres días antes también en la capital belga.
Las fuerzas del orden arrestaron el martes en el distrito bruselense de Schaerbeek a una persona en relación con los atentados de Bruselas, pero la Fiscalía no comunicó su identidad ni dio detalles sobre su posible implicación. Otra persona quedó en libertad tras ser interrogada.
El fiscal federal belga precisó que el sospechoso en busca y captura llevaba una bolsa grande con la mayor carga explosiva de los tres, pero la deflagración no se produjo en el momento en que las activaron los otros dos cómplices, sino de forma controlada cuando intervinieron los artificieros.
La pista de los tres miembros del comando del aeropuerto se pudo remontar gracias al testimonio del taxista que los llevó hasta Zaventem, que indicó a los investigadores la dirección, en el distrito de Anderlecht en la capital belga, de la que habían salido con unos pesados equipajes que no dejaban manipular. En esa dirección se encontraron más explosivos (15 kilos de tipo TATP, 50 litros de acetona, 30 litros de agua oxigenada) que, según algunos medios, no se llevaron para el atentado porque esperaban como taxi un furgón de gran capacidad -por una confusión con la plataforma de reserva-, en lugar del vehículo más pequeño que los fue a buscar.
Junto a la vivienda de Schaerbeek, en una papelera en la calle, había un ordenador que contenía el testamento de Ibrahim El Bakraoui, un documento en el que decía sentir que la Policía le pisaba los talones y que si perdía tiempo corría el riesgo de "terminar en una celda" como otro hermano, que está en prisión.
Más allá de su actividad terrorista, los dos hermanos El Bakraoui arrastraban un largo historial como delincuentes comunes.
Policías belgas, ayer en
un registro en el distrito
de Anderlecht-Bruselas.
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