Rusia amenaza con otra 'guerra fría' si no hay una defensa antimisiles común
Medvedev advierte, en su tercer discurso sobre el Estado de la nación, que si no se alcanza un acuerdo, su país se verá obligado a "tomar la decisión de desplegar nuevos medios de ataque"
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, advirtió ayer que si en diez años no hay acuerdo para crear una defensa antimisiles común, habrá otra carrera armamentista.
"En los próximos 10 años nos espera la siguiente disyuntiva: o alcanzamos un acuerdo sobre defensa antimisiles y creamos un mecanismo conjunto de cooperación o comenzará una nueva carrera armamentista", dijo Medvedev ante el Parlamento, en su tercer mensaje sobre el Estado de la nación.
Desde la Sala de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin, en un discurso transmitido en directo por radio y televisión, el presidente advirtió que de no haber acuerdo en defensa antimisiles, Rusia se verá obligada a "tomar la decisión de desplegar nuevos medios de ataque". Recordó que durante la reciente Cumbre OTAN-Rusia, celebrada en Lisboa, "compartió consideraciones" sobre la creación de una "posible estructura de defensa antimisiles europea que conjugue los potenciales de Moscú y la Alianza y garantice a todos los países de Europa la protección contra los ataques de cohetes".
Mientras, Medvedev indicó que el próximo año Rusia deberá reforzar sus defensas aérea y antimisiles. Con ese fin propuso unir las ya existentes defensas aérea y antimisiles, así como los sistemas de alerta de ataque de cohetes y de control del espacio. "Deberán funcionar bajo un mando estratégico único", remarcó. Al mismo tiempo, dijo, "Rusia está dispuesta a trabajar conjuntamente con todos los países interesados para consolidar el mecanismo de no proliferación de tecnologías para la construcción de cohetes".
En general, el presidente volvió a calificar de "tarea fundamental" la creación de un "nuevo Ejército, altamente tecnológico y móvil" y adelantó que próximamente será instituida una "estructura especial" que se encargará de la "búsqueda y desarrollo de tecnologías punta" para las Fuerzas Armadas. A ello se asignarán 20 billones de rublos, 490.000 millones de euros.
Al mismo tiempo, el presidente ruso destacó que en la reciente cumbre de Lisboa se tomó la decisión de desarrollar una cooperación basada en la indivisibilidad de la seguridad, la confianza mutua y la predictibilidad. Según Medvedev, esto permite valorar "con optimismo, en cualquier caso con cauteloso optimismo, las perspectivas de la iniciativa rusa sobre un tratado de seguridad europea".
Sin embargo, la mayor parte de la hora y cuarto de su discurso se dedicó a temas internos, en particular al compromiso de su gestión con los programas sociales y la modernización de la economía.
Medvedev habló largamente de los problemas de la infancia, las familias numerosas, los pensionistas, los minusválidos; de la necesidad de establecer plazos para que los funcionarios atiendan las peticiones de los ciudadanos.
El hincapié del mensaje en los problemas sociales hizo que fuera interpretado por algunos analistas como un discurso electoral, de cara a las presidenciales de 2012.
Tanto Medvedev como su antecesor y actual primer ministro, Vladimir Putin, no han desvelado quién de los dos presentará su candidatura, pero han declarado en reiteradas ocasiones que llegarán a un acuerdo sobre ello.
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