Salmond anuncia su dimisión
El hasta ahora ministro principal escocés y líder del Partido Nacionalista Escocés abandonará ambos cargos para que Escocia se beneficie "de un nuevo liderazgo" en la negociación con Londres para lograr más autonomía.
El líder independentista Alex Salmond anunció que dimitirá como líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) y como primer ministro del Gobierno autónomo tras la derrota en el referéndum de independencia. En una rueda de prensa, Salmond explicó que Escocia se beneficiará "de un nuevo liderazgo" en la nueva fase de negociación con Londres para lograr más autonomía.
El veterano político, que gobierna en mayoría en Escocia desde 2011, dijo que dejará el cargo en el congreso anual de su partido, que se celebrará del 13 al 15 de noviembre, cuando se elegirá a su sucesor o sucesora. Sin dar más detalles, indicó que "hay un número de candidatos eminentemente cualificados y muy adecuados para ser líderes". Uno de los nombres que sin duda sonará será el de su número dos en el partido y en el Gobierno, la viceministra principal Nicola Sturgeon, piedra angular de la campaña del referéndum y de la expansión del SNP en el territorio escocés.
"Hemos perdido el voto del referéndum pero Escocia aún puede llevar la iniciativa política", afirmó Salmond. "Para mí, mi tiempo como líder casi ha terminado, pero para Escocia la campaña continúa y el sueño nunca morirá", aseveró. Salmond justificó su decisión diciendo que tuvo que plantearse si era la persona más adecuada para llevar el país hacia adelante, y concluyó que "otros" están mejor posicionados. El ministro principal aseguró que no planea retirarse de la política e indicó que se pueden hacer "muchas cosas" sin ser el líder de un partido o de un gobierno.
Llamamiento a la unidad para reconstruir el futuro de Escocia
En una rueda de prensa unas horas antes, Salmond llamó a la unidad para reconstruir el futuro de Escocia y exigió a los partidos británicos que cumplan su promesa de entregar más autonomía. Tras conocerse la victoria del no en el referéndum de independencia, Salmond compareció ante sus correligionarios, que le recibieron con una ovación, para asegurar que "acepta" el veredicto de las urnas y pidió a los escoceses que hagan lo mismo.
"Acepto el veredicto del pueblo y llamo a toda Escocia a que haga lo mismo y acepte el veredicto democrático del pueblo escocés", dijo con solemnidad tras constatar la derrota del independentismo, con un 45% de los votos frente al 55% de los unionistas. Dos de los 3,6 millones de residentes en Escocia que ejercieron su derecho al voto -un récord absoluto de participación del 84,5%- decidieron en la consulta del jueves que esta región continúe perteneciendo al Reino Unido. Salmond recordó, no obstante, que 1,6 millones de escoceses, casi la mitad de los votantes, se pronunciaron a favor de la secesión y les agradeció el apoyo. "Es importante decir que nuestro referéndum fue un proceso consensuado y acordado y que Escocia ha decidido por mayoría que, en este momento, no quiere convertirse en un país independiente", aseveró.
En un mensaje que quiso fuera de unidad "para todas las campañas y todos los escoceses", alabó el proceso democrático del referéndum y constató que "otorga un enorme crédito a Escocia". "Una participación del 85% es una de las más elevadas en el mundo democrático para cualquier elección o referéndum", afirmó, para añadir: "Esto ha sido un triunfo para el proceso democrático y para la participación en política". Salmond subrayó también que, descartada la independencia, los tres grandes partidos del Reino Unido -conservadores, laboristas y liberaldemócratas- deben cumplir "con rapidez" sus promesas de más autonomía, que esperan tanto los independentistas como el resto de los escoceses.
El primer ministro británico, David Cameron, confirmó que se empezará un proceso de transferencia de competencias fiscales y de gestión de servicios a Escocia al tiempo que anunció una revisión del sistema de gobierno autonómico en todo el Reino Unido. Cameron -que se mantuvo hasta casi el final al margen de la campaña del no por el recelo que su partido provoca en Escocia- confió en que para noviembre se pueda acordar un plan a fin de que la legislación correspondiente esté redactada en enero de 2015.
Pese al mensaje unificador de Salmond, la sociedad escocesa aún debe recuperarse del trauma e inevitables fricciones surgidos durante la campaña del referéndum. Tras el bullicio de la víspera de la consulta, muchas calles en Escocia amanecieron en silencio y sin las banderas y consignas que en los últimos días habían adornado ventanas, balcones y solapas.
En Glasgow, la mayor ciudad escocesa y que votó sí, Josh Brown, activista de Independencia Radical, se confesaba "destrozado" por la derrota, aunque elogió el movimiento social nacido de la campaña independentista. "Hemos construido en Escocia un movimiento que ha inspirado a los más pobres y a la clase trabajadora a plantar cara y a luchar por un futuro mejor", declaró, para agregar: "Seguiremos luchando". Los partidarios del no mantenían en general la discreción por respeto a sus compatriotas y valoraban "los esfuerzos que pusieron en una excelente campaña, que ha conseguido que Escocia sea tenida más en cuenta", apuntaba Sam Hill, trabajadora de hostelería en Edimburgo.
Salmond pidió a los escoceses, en el día en que "hay que unificar Escocia", que no lamenten lo que se ha perdido sino que valoren lo que han ganado. "No nos quedemos con la distancia que ha faltado, sino con la que hemos recorrido, y tengamos confianza en que es grande en Escocia el movimiento que va a llevar a esta nación hacia adelante e iremos hacia adelante como una nación unida", manifestó.
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