Seúl, Tokio y Pekín obvian los temas espinosos en su primera cumbre desde 2019
China saca a relucir el excesivo acercamiento de sus vecinos a EEUU
El objetivo del encuentro era promover el reinicio total de la cooperación trilateral
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Seúl/Corea del Sur, Japón y China lograron acercar posturas este lunes en su primera cumbre trilateral en cuatro años, en una cita en la que no se mencionó Taiwán y en la que Pekín evitó pronunciarse sobre el inminente lanzamiento de un satélite por parte de Corea del Norte.
El creciente escenario de tensión en el estrecho de Taiwán y la propia isla de Formosa, en torno a la cual el Ejército chino insiste en realizar ejercicios y distintos despliegues militares intimidatorios, no tuvo cabida en la cumbre de este lunes celebrada en Seúl entre el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y los primeros ministros japonés y chino, Fumio Kishida y Li Qiang.
Es habitual que Tokio y Seúl insistan en la importancia de mantener el statu quo y la libertad de navegación en la zona, algo que ha llevado a Pekín a replicar en numerosas ocasiones que todo lo relacionado con la isla, a la que considera una provincia rebelde sobre la que ostenta soberanía, es un asunto interno.
Lo que si se sacó a relucir fue el descontento de China con lo que considera un excesivo acercamiento de sus dos vecinos a su principal antagonista, Estados Unidos, y que ha influido a la hora de retomar estos encuentros a tres bandas.
Franqueza y transparencia
Li subrayó en una rueda de prensa posterior a la cumbre la necesidad de "promover el reinicio total de la cooperación trilateral con una actitud franca y medidas transparentes basadas en principios de no exclusividad y no discriminación".
"Debemos resolver suspicacias y malentendidos a través de un diálogo honesto, defender las relaciones bilaterales con un espíritu de autonomía estratégica, promover un mundo multipolar y oponernos a la confrontación de bloques y al faccionalismo", añadió el primer ministro chino.
Sin embargo, Li mantuvo silencio con respecto al tema que condicionó parcialmente la cita: los planes, dados a conocer este lunes, de Corea del Norte para lanzar un nuevo satélite al espacio antes del 4 de junio.
Tanto Yoon como Kishida recordaron que las sanciones de la ONU prohíben a Pyongyang usar tecnología propia de misiles balísticos, necesaria en este tipo de lanzamientos, e instaron al régimen de Kim Jong-un a dar marcha atrás.
En los últimos años China no sólo se ha mostrado tibia con respecto a las insistentes pruebas armamentísticas norcoreanas, sino que incluso ha brindado un apoyo velado a estos programas al enviar delegaciones a desfiles militares en Pyongyang y evitar aprobar nuevos paquetes de sanciones de la ONU.
La declaración conjunta publicada al término de la cumbre se limitó a recordar la importancia de "reafirmar la paz, la estabilidad y la prosperidad en la península coreana y el noreste de Asia" y la "desnuclearización de la península" coreana, sin hacer mención al programa de modernización armamentístico por el que Pyongyang lleva apostando desde 2021 o a la cooperación militar con Moscú, básica para poner en órbita su primer satélite el año pasado.
La importancia de las cumbres anuales
Las tres partes se centraron principalmente en exhibir su voluntad de volver a convertir tanto estas cumbres como las reuniones de cancilleres tripartitas en citas anuales, tal y como sucedió entre 2008 y 2012.
La declaración compartida hizo hincapié en que estos eventos deben volver a celebrarse "de manera regular y sin interrupción" y que esta novena cumbre celebrada este lunes "tiene un importante significado para revitalizar la cooperación trilateral".
A su vez, el foco se puso en el elemento capital que condiciona las relaciones entre los tres países, el económico y comercial, ya que China es el mayor socio comercial tanto de Japón como de Corea del Sur.
Pekín logró que se mencionara en la declaración final que los vecinos retomarán las conversaciones para un futuro tratado de libre comercio (TLC), las cuales quedaron en suspenso en 2020 en paralelo al avance de la pandemia y de la creciente desconfianza de Seúl y Tokio hacia Pekín, dada su falta de transparencia en este terreno.
Este lunes, China no solo logró que se subrayara la necesidad de hablar de nuevo sobre un TLC que ha venido proponiendo desde hace tiempo, sino que impulsó también la firma de un memorando de cooperación específico para "futuras pandemias", muestra de que Japón y Corea del Sur parecen dispuestas a tratar de reforzar una confianza mutua que el Covid, la creciente competencia entre Pekín y Washington o la incesante conversación sobre "bloques" ha deteriorado en los últimos años.
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