WikiLeaks desvela que EEUU pidió a sus diplomáticos que espiasen a políticos extranjeros y a la ONU
La web filtra a través de cinco diarios 250.000 documentos que aseguran que Washington incluso pidió informes sobre Ban Ki-moon.
Londres/Los 250.000 documentos filtrados por la web WikiLeaks revelan que el Gobierno de EEUU dio instrucciones a sus diplomáticos para que espiasen a políticos extranjeros y altos funcionarios de la ONU, entre ellos el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. El Departamento de Estado, bajo el mandato de Hillary Clinton, pidió a su personal en el extranjero que recopilara información como las tarjetas de crédito, horarios de trabajo, y en algunos casos hasta datos biométricos de candidatos latinoamericanos. Esta información forma parte de la filtración masiva de documentos diplomáticos que la web WikiLeaks ha entregado a cinco publicaciones en todo el mundo, y que pretendía dar a conocer a través de su propia web.
Sin embargo, WikiLeaks denunció que su servidor había sido atacado y que no iba a estar operativo, por lo que la única manera de acceder a la información que había recabado es a través de las cinco publicaciones que tuvieron los documentos previamente, El País (España), The New York Times (EEUU), The Guardian (Reino Unido), Der Spiegel (Alemania) y Le Monde (Francia).
Los esfuerzos por aislar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y una solicitud de información sobre la salud mental de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, son algunas de las informaciones contenidas en los más de 250.000 mensajes del Departamento de Estado norteamericano obtenidos por WikiLeaks. Los documentos revelan que diplomáticos de Estados Unidos recibieron órdenes de espiar a la ONU e incluyen aportaciones históricas sobre la liberación del líder surafricano Nelson Mandela o el conflicto por las Islas Malvinas.
El resto de los documentos se irán revelando en sucesivas entregas, pero entre los ya publicados figuran algunos que dan cuenta de "los esfuerzos por cortejar a países de América Latina para aislar al venezolano Hugo Chávez" o de "las permanentes presiones que se ejercen sobre los diferentes gobiernos, desde Brasil a Turquía, para favorecer los intereses comerciales o militares de Estados Unidos".
Además, se habla, según El País, de las "sospechas que Cristina Fernández de Kirchner, despierta en Washington, hasta el punto de que la Secretaría de Estado llega a solicitar información sobre su estado de salud mental". Asimismo, agrega que "hay cables de gran valor histórico, como el que revela la apuesta de la diplomacia norteamericana por el derrocamiento del general panameño Manuel Antonio Noriega o el que detalla ciertos movimientos de Estados Unidos durante el golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelaya en Honduras".
Entre las informaciones difundidas por El País hay un documento enviado el 28 de diciembre de 1966 desde la embajada estadounidense en Argentina, seis meses después del golpe de Estado del general Juan Carlos Onganía y 15 años antes de la Guerra de Malvinas, que enfrentó a Inglaterra y Argentina por las islas australes, en el que se alerta que Argentina planea aumentar sus aguas territoriales abarcando en su nueva configuración a las Malvinas.
El rotativo español también hace referencia a que el Departamento de Estado pidió el año pasado a funcionarios de 38 embajadas y misiones diplomáticas que le envíen información sobre Naciones Unidas, incluido su secretario general, y en especial sobre funcionarios de países como Sudán, Afganistán, Somalia, Irán y Corea del Norte.
Similares peticiones de información fueron cursados a embajadas estadounidenses en distintos países, aunque es especialmente llamativo el caso de Paraguay, donde, según el diario, para las elecciones presidenciales de abril de 2008 "se solicita información más propia de una ficha policial: el escáner del iris, huellas dactilares y el ADN de cuatro candidatos presidenciales". n el documento se nombra a la entonces ministra de Educación Blanca Ovelar, al ex vicepresidente Luis Alberto Castiglioni, al ex general Lino Oviedo y a Fernando Lugo, actual presidente. Asimismo, "la Secretaría de Estado inquiere sobre la corrupción oficial, el lavado de dinero, las relaciones de Paraguay con Cuba, Venezuela, China, Taiwán y Rusia, la existencia de yacimientos de hidrocarburos en la región del Chaco paraguayo, el narcotráfico y la construcción de mezquitas en el país latinoamericano, limítrofe con Argentina, Brasil y Bolivia".
Críticas sobre políticos considerados aliados
Los documentos revelan, además, la postura crítica de Estados Unidos ante los gobiernos considerados incluso aliados. El presidente afgano, Hamid Karzai, por ejemplo, es descrito como una "personalidad débil", movida por "paranoia" y las "teorías conspirativas", indicó Der Spiegel. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, es evaluado con escepticismo, mientras que cada línea del informe de la embajada sobre el gobierno keniata destila desprecio, indica el semanario.
El Departamento de Estado norteamericano requirió asimismo informaciones sobre si el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, realmente cerró negocios privados con el primer ministro ruso, Vladimir Putin. Putin es descrito como un "macho alfa" y el presidente Dmitri Medvedev como "débil" y "vacilante". De acuerdo con El País, en los documentos se habla de las "fiestas salvajes" del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y se expone la desconfianza profunda que despierta en Washington. En cuanto al presidente francés, Nicolas Sarkozy, dice que se vigila de cerca "cualquier movimiento para obstaculizar la política exterior de Estados Unidos".
Los documentos también describen la creciente confianza en sí misma de China y reflejan las intensas actividades estadounidenses para bloquear a Irán. Asimismo, algunos papeles incluyen algunos datos casi de color. Así, por ejemplo, se dice acerca del líder revolucionario libio Muammar al Gaddafi que ya casi no viaja sin la compañía de una pulposa enfermera ucraniana o que la esposa de Medvedev, Svetlana, lleva listas negras con aquellos funcionarios que no considera suficientemente leales a su esposo.
En cuanto a la canciller alemana, Angela Merkel, de los documentos estadounidenses se desprende tras un encuentro con el presidente estadounidense Barack Obama en 2009: "Merkel es metódica, racional y pragmática" y dice que bajo presión reacciona "con entereza pero evita los riesgos y rara vez es creativa". Internamente, la jefa de gobierno es llamada en los informes "Angela Teflon Merkel" porque muchas cosas le resbalan.
Según Der Spiegel, los documentos abarcan el período que va de 1966 a febrero de 2010, aunque el 90 por ciento de los documentos son del período posterior a 2005. Sólo el seis por ciento es "secreto", el 40 por ciento es "confidencial". La mayor parte del material procede de la embajada de Ankara, seguida de la representación estadounidense en Bagdad.
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