La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Dónde está el listón de la vergüenza?
François Hollande se convirtió ayer en nuevo presidente de Francia, cumbre de una larga carrera forjada en el aparato de su partido pero sin estar en el Gobierno y tras seguir la estela de su mentor, François Mitterrand.
Al igual que el gran padre del socialismo moderno francés en 1981, Hollande llega al Palacio del Elíseo como esperanza de quienes quieren dar un golpe de timón ideológico en Francia, como reemplazo del hiperactivo mandato de un Sarkozy desgastado por la crisis económica.
"El cambio es ahora", eligió Hollande como eslogan electoral tras el que reunir a la mayoría de los franceses dispuestos a terminar con una década de Gobiernos de derechas y meses después de imponerse en unas elecciones primarias en el Partido Socialista (PS), formación que él mismo dirigió desde 1997 hasta 2008.
Sólo tres años antes, cuando abandonó el puesto de primer secretario del PS, Hollande era un hombre solitario, alejado de la primera línea política y con pocos fieles que creyeran en el resurgir del líder de la "síntesis", diputado y responsable de la región rural de Corréze (centro).
La estocada final a su etapa como líder del aparato llegó en 2007, cuando su pareja sentimental y madre de sus cuatro hijos, Ségoléne Royal, perdió las presidenciales contra Sarkozy. Separado de Royal y animado por su nueva pareja, a la que ha definido como la mujer de su vida, la periodista Valérie Trierweiler, Hollande se dedicó entonces a preparar su carrera hacia el Palacio del Elíseo, pivotando desde el ala más centrista del Partido Socialista.
Para ello se sometió a una gran transformación, física y personal. Amante de la buena mesa y del fútbol, perdió peso y cambió su carácter, de forma que el Hollande bromista e irónico dejó paso a un político más reposado y "normal", según su propia definición.
De padre médico con convicciones de extrema derecha y madre trabajadora social de izquierdas, a sus 57 años, Hollande, que estudió Derecho, Políticas y Comercio, ha trazado un programa que aúna rigor financiero y políticas de inversión para fomentar el crecimiento.
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