El hombre que hizo que el Rey se olvidara del protocolo
Controversias
Don Juan Carlos mandó callar al presidente venezolano cuando interrumpió a Zapatero en una Cumbre Iberoamericana
"Ahora yo entiendo la furia del rey (Juan Carlos de España) (...). Señor rey, yo le digo lo siguiente: tenemos 500 años aquí y nunca nos callaremos, mucho menos a la voz de un monarca". 14 de noviembre del 2007, es respuesta al famoso "¿por qué no te callas?" del Rey Juan Carlos. Sucedió en la Cumbre Iberoamericana que se celebraba en Chile con la presidenta Michelle Bachelet como anfitriona. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendía a su antecesor, José María Aznar, de las acusaciones de Hugo Chávez, y éste no cesaba de interrumpirle. Y en ese momento, el rey Juan Carlos dejó a un lado el protocolo y la ecuanimidad que había mantenido a lo largo de más de tres décadas de reinado para mandar a callar al mandatario venezolano, harto de sus provocaciones.
Extrovertido, carismático y lenguaraz, no sólo consiguió romper la calma del Rey, sino que Chávez dejó una serie de frases para la historia, fundamentalmente contra EEUU y el capitalismo, que servirán para comprender el legado de un proyecto socialista y nacionalista que ha polarizado la vida en Venezuela y de América Latina.
"No quisiéramos que esa tarea nos hubiera tocado. Pero nos ha tocado frenar, frenar, frenar la locura imperialista que ahora se ha desatado como nunca antes jamás en mucho tiempo", reconoció Chávez, sonriente, mientras recibía la visita en su país de el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, en medio de crecientes tensiones por el programa nuclear con fines militares de Teherán.
Leal a sus declaraciones de amistad, fue prácticamente el único líder mundial en apoyar a ultranza al fallecido ex dictador libio Muamar el Gadafi -un "mártir", dijo- derrocado en octubre de 2011 tras más de 40 años al frente del país, y siguió siendo un fiero defensor del presidente sirio, Bashar al Asad, al que consideró "víctima de una arremetida fascista".
Desde su programa de radio y televisión, Aló presidente, Chávez hizo del ejercicio del poder un espectáculo mediático erigiéndose en antagonista de la "hegemonía imperialista" y en dominante absoluto de cuanto ocurría en su país, y mucho de cuanto sucedió en la región, con un protagonismo que a nadie deja indiferente.
Se convirtió en un azote para EEUU y sus dirigentes. El 20 de diciembre de 2006, ante la Asamblea de las Naciones Unidas, aludió al presidente George W. Bush como "el diablo". "En este lugar huele a azufre", apostilló.
Con el Gobierno de EEUU mantuvo un duro pulso y a él señaló como responsable de lo que le "pudiera ocurrir" porque "está detrás de todas las conspiraciones" contra el pueblo venezolano. "Si viniera alguna agresión contra Venezuela, pues no habrá petróleo ni para el pueblo ni para el Gobierno de EEUU. Sépanlo yanquis de mierda", zanjó en septiembre de 2008, después expulsar al embajador estadounidense en Venezuela en solidaridad con Bolivia, que había hecho lo propio al considerar que EEUU instigaba las protestas contra el Ejecutivo de Morales.
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