Santiago Cordero
¡A comerse el turrón!
Decenas de miles de italianos participaron ayer en Roma de la concentración convocada por el opositor Partido Demócrata (PD) para pedir la dimisión del presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, y comenzar así a "reconstruir" el país. El PD lleva meses pidiendo a Berlusconi que dimita por que considera que no tiene la mayoría y que es incapaz de sacar al país del estancamiento, lo que ayer reiteró con un masivo acto en la Plaza de San Juan de Letrán.
Bajo el lema Reconstrucción, en nombre del pueblo italiano, decenas de miles de italianos procedentes de todas las partes del país llegaron a Roma para participar en la concentración en la que se eliminaron todas los referentes a los partidos políticos para privilegiar los colores rojo, verde y blanco de la bandera de Italia.
En la concentración participaron también los partidos opositores Italia de los Valores (IDV), Sinistra, Ecología y Libertad (SEL) y el mayor sindicato del país CGIL. En la plaza sobre todo se sintió la indignación de los italianos por la declaración de Berlusconi en la cumbre del G20, cuando dijo que en Italia no se sufre la crisis porque "los restaurantes están llenos, es difícil conseguir un sitio en los aviones y los hoteles están llenos los días festivos".
"Vergüenza" y "Vete a casa", fueron los principales gritos de los manifestantes cuando los organizadores emitieron en una de las pantallas gigantes esas declaración de Berlusconi.
"Al restaurante voy, si, pero para lavar los platos", se leía en una de las pancartas exhibidas durante el acto, en el que predominaban las que se invitaba a Berlusconi a "marcharse a casa".
La concentración también sirvió al PD a lanzar sus promesas en caso de elecciones anticipadas, pues durante su mitin, el líder opositor Pier Luigi Bersani prometió que su partido devolverá a Italia "donde tiene que estar", y recuperará "su dignidad".
"El euro no es la enfermedad sino la medicina, con la condición de que Europa no sea la de la derecha de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy", afirmó Bersani.
Mientras, el presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, se ha dado 72 horas para comprobar si aun cuenta con la mayoría, después de los últimos abandonos en su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), y ante el importante voto del próximo martes.
Así lo publican ayer los medios de comunicación italianos, que explican que Berlusconi fue informado a su llegada de Cannes (Francia) de la cumbre del G20 de que en estos momentos no tiene la mayoría en la Cámara de los Diputados.
Dichos medios informan de que el secretario general del PDL, Angelino Alfano; el coordinador nacional del partido, Denis Verdini, y el subsecretario de la Presidencia del Gobierno, Gianni Letta, acudieron durante la noche del viernes a la residencia romana de Berlusconi para informarle de que los diputados de la coalición se han reducido a 306.
Berlusconi, según la prensa italiana, ha pedido 72 horas para comprobar si tiene aún los "números" para seguir gobernando y en caso negativo buscar nuevos aliados, a pesar de que durante la cumbre del G20 reiteró que tenía la mayoría y que su Gobierno no caería.
Mientras se encontraba en Cannes, a Berlusconi le dieron la espalda otros dos diputados de su partido.
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