Al menos 27 muertos en un atentado contra una mezquita en Kuwait
Hay más de 200 heridos. El objetivo del ataque, reivindicado por el Estado Islámico, fue la mezquita del Iman al Sadik, situada en en la capital kuwaití, durante de la oración del viernes.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) perpetró un atentado contra la mezquita chií del Imán Al Sadik, situada en el centro de la capital kuwaití, en el que perdieron la vida al menos 27 personas y 227 resultaron heridas. El ataque, lanzado por un terrorista suicida, sorprendió a los creyentes de esta rama del islam que participaban en la oración del mediodía del viernes, el principal rezo de la semana y el más concurrido entre los musulmanes, especialmente en el mes sagrado de Ramadán. El emirato de Kuwait, situado en el golfo Pérsico, cuenta con unos cuatro millones de habitantes, el 92 por ciento de los cuales profesan el islam. De ellos, el 30 por ciento pertenece a la minoría chií, mientras que el resto son musulmanes suníes.
En el comunicado difundido por los yihadistas del EI, se acusa a los chiíes de promover el politeísmo y de intentar extender su ideología entre los suníes, credo al que pertenecen los seguidores del grupo extremista. La televisión oficial kuwaití ha entrevistado y tomado declaraciones de jeques de ambas comunidades, que no han dudado en condenar lo sucedido y en llamar a la unidad de los ciudadanos de ambos credos. Por su parte, el Ministerio de Interior ha calificado lo ocurrido de "crimen cobarde" y ha insistido en su compromiso de detener a los culpables y presentarlos ante la justicia lo antes posible. El Ministerio también ha subrayado que el objetivo del ataque es "desgarrar la unidad nacional" de este emirato.
Varias páginas de información kuwaití han mostrado imágenes captadas por las cámaras de seguridad de cómo el supuesto terrorista entra en el templo antes de detonar la carga que lleva oculta. El supuesto terrorista va ataviado con una túnica tradicional y atraviesa el edificio cuando ya todos los creyentes se encuentran en la gran sala de oración, que también sufrió numerosos destrozos.
Es la segunda vez en poco más de un mes que el EI, que incluso considera infieles a los musulmanes suníes que no comparten su misma interpretación rigorista del islam, atenta contra la minoría chií en el golfo Pérsico. El pasado 22 de mayo, el EI asumió la autoría de un atentado suicida contra otra mezquita chií en la población saudí de Al Qadih, en el este de Arabia Saudí, donde murieron una veintena de personas y un centenar resultaron heridas. Al igual que ahora, entonces los terroristas eligieron la oración del mediodía del viernes, para intentar matar al mayor número posible de personas.
La conmoción mostrada por distintas personalidades religiosas en el país es aún mayor, por tratarse del mes sagrado de Ramadán, celebrado indistintamente por las diferentes ramas del islam. A pesar de su carácter sagrado, los grupos radicales islámicos en distintos países suelen elegir esta época del año para redoblar sus ataques.
Lo ocurrido en Kuwait, que ha coincidido con un asalto terrorista a hoteles de Túnez y con un ataque contra una fábrica en Francia en la que ha perecido una persona, se produce solo cuatro días después de que el EI instara a los musulmanes a lanzar ataques con motivo del comienzo del Ramadán. En una grabación de audio, el portavoz de la agrupación yihadista, Abu Mohamed al Adnani, animó a sus seguidores a realizar "conquistas en este mes sagrado y a exponerse al martirio", porque, según dijo, "la yihad en Ramadán no es como en otros meses". En su alocución, Al Adnani instó a los creyentes a convertir este mes en "una calamidad para los infieles", entre los que citó a los cristianos, a los chiíes y a los que denominó "musulmanes apóstatas".
El vicesecretario de Interior kuwaití, Suleiman Al Fahd, mostró el jueves en declaraciones recogidas por los medios nacionales su preocupación por la situación de la seguridad en la región. Al Fahd anunció que se habían tomado medidas de prevención para evitar cualquier eventualidad como consecuencia de la inestabilidad que azota a su vecino Iraq y a Siria, donde el EI declaró hace casi un año un califato en el que impone su ley a hierro y fuego.
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