La oposición ucraniana exige al unísono el fin del régimen presidencialista
Klitschko, el opositor con más gancho, cree que federalizar el país lo partiría en dos
La oposición ucraniana dio ayer un nuevo paso en su guerra abierta contra el presidente, Viktor Yanukovich, al proponer la limitación de sus facultades a través de la reforma de la Constitución. "Frenemos la dictadura. Retornemos a la Constitución que convierte a los diputados en sujetos de adopción de decisiones y no en meros aprietabotones", aseguró el opositor Vitali Klitschko durante la sesión de la Rada Suprema (Legislativo).
Las tres formaciones opositoras con representación parlamentaria plantearon el retorno a la Carta Magna promulgada durante la Revolución Naranja de 2004, en la que Yanukovich tuvo que renunciar a la presidencia. Ese texto, que distribuía el poder ejecutivo entre el presidente, el Gobierno y el Parlamento, fue enmendado en 2010 para convertir a Ucrania en una república presidencialista.
"Debemos regresar a la reforma constitucional. Si no lo hacemos, la sociedad puede estallar", dijo Klitschko, líder del partido UDAR y considerado el opositor con mayor gancho electoral. Seguidamente, Klitschko, campeón mundial de boxeo de los pesos pesados, abordó este asunto con Yanukovich, al que planteó que la reforma constitucional ayudaría a "bajar la temperatura" del antagonismo en la sociedad.
"Yanukovich me dijo que todo debe transcurrir en el marco legal y que la reforma de la Constitución podría llevar hasta medio año. Nosotros no disponemos de ese tiempo. Estoy convencido de que este asunto debe resolverse con urgencia", aseveró. Además, se mostró totalmente en contra de la federalización del país, argumentando que eso daría la puntilla a la independencia de Ucrania, país dividido prácticamente en dos entre el este rusoparlante y el oeste ucraniano y más europeísta.
En respuesta, la presidencia ucraniana descartó el retorno a la Carta Magna de 2004 por la vía rápida, con el argumento de que sería un paso "anticonstitucional" y agravaría las tensiones en el país, escenario de protestas antigubernamentales desde el pasado 21 de noviembre. El oficialismo recuerda que en su momento la Constitución de 2004 fue muy criticada por las instituciones europeas, que advertían sobre el estallido de una crisis debido a la incapacidad del Parlamento de formar un Gobierno estable y a la difícil cohabitación entre un presidente y un primer ministro de distinto signo político.
Mientras, en una muestra de que en el seno del oficialismo existe diversidad de opiniones, el diputado Nikolai Rudkovski abogó por aprobar esta misma semana una nueva ley sobre referéndum con el fin de convocar un plebiscito para reformar el sistema político y electoral. En su opinión, los ucranianos deben decidir si quieren una república presidencialista o parlamentaria, un sistema mayoritario o minoritario, y si desean ingresar en la Unión Aduanera con Rusia o aliarse con la UE.
Las encuestas muestran que la mayoría de los ucranianos está a favor de la reforma como única salida a la crisis política, postura que es compartida por la Unión Europea. Por otra parte, la tensión en las relaciones entre Ucrania y Bruselas aumenta en víspera de la llegada a Kiev de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que se reunirá con el presidente, la oposición y representantes de la sociedad civil. La Cancillería ucraniana citó ayer al embajador de Alemania en Kiev después de que el ministro de Exteriores germano, Frank-Walter Steinmeier, abogara por amenazar a Kiev con sanciones.
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