El triunfo de Meloni abre una nueva etapa histórica en Italia
Elecciones
La ultraderechista liderará una alianza que tendrá mayoría absoluta en la Cámara de diputados y el Senado
El líder progresista Enrico Letta abandonará la dirección del Partido Demócrata
Giorgia Meloni, del neofascismo al poder, los momentos clave de su ascenso
Roma/El triunfo de Giorgia Meloni, la nueva reina de la ultraderecha europea, abre una etapa sin precedentes en la historia política de Italia en las últimas décadas y ya se ha cobrado su primera víctima, el líder progresista Enrico Letta, que abandonará la dirección del Partido Demócrata (PD) en el próximo congreso de la formación.
La abrumadora victoria de Meloni -la primera mujer en convertirse en primera ministra en Italia cuando dentro de algunas semanas reciba el encargo del jefe del Estado- junto a la coalición que forma con el soberanista Matteo Salvini y el conservador Silvio Berlusconi dará lugar a un Gobierno de derechas "como nunca antes" ha tenido el país, en palabras de Letta.
La alianza formada por Hermanos de Italia (FdI), Liga y Forza Italia (FI), que obtuvo el 44,1% de los votos, tendrá mayoría absoluta la Cámara de diputados y el Senado, quedándose no muy lejos de la mayoría de tres cuartos que le habría permitido cambiar la Constitución sin consenso político ni la ratificación de los ciudadanos.
Y en ella el liderazgo de Meloni, de 45 años, es indiscutible: FdI, su partido, ha sido el más votado del país (26%); muy por delante de sus compañeros Salvini (8,8%) y Berlusconi (8,2%), dos pesos pesados en diversas época de la política italiana que tendrán que conformarse con ser meros comparsas de la política que mejor ha representado la opción de cambio en estas elecciones.
"Ahora trabajaremos juntos", dijo un Salvini que, acostumbrado a ser una estrella mediática, no pudo reprimir lanzarle un dardo a su aliada, al considerar que los italianos habían premiado "la oposición" de FdI, la única formación que no se integró en el Gobierno de unidad nacional de Mario Draghi.
El líder de la Liga y Berlusconi, que fueron esenciales para la caída de Draghi, tendrán que convivir juntos una larga legislatura y muchos se preguntan hoy si eso será posible, dados los egos y las distancias que les separan, aunque Salvini aseguró: "Nos mantendremos durante cinco años, sin cambios, y centrándose en lo que hay que hacer".
El que podría ser el próximo ministro del Interior, como él mismo ha manifestado, admitió que los resultados de la Liga habían sido "insatisfactorios", pero descartó su dimisión, a pesar del tremendo varapalo que le deja por debajo del 9%, frente al 17,3% de las últimas elecciones políticas y del 34% de las últimas europeas.
Meloni ha ganado a Salvini incluso en Lombardía, el bastión histórico de la Liga, duplicando los votos de su aliado: FdI sumó el 28% de los votos frente al 13,5% de Salvini, una hazaña impensable hace cuatro años, cuando la Liga obtuvo un 28% y FdI, un 4,1%.
Pero la gran victoria de Meloni ya se ha cobrado su primera víctima: Letta anunció que seguirá guiando el PD, pero sólo hasta el próximo congreso, previsto para marzo, que se adelantará tras el tremendo batacazo en las urnas.
El partido logró un 18,9, un resultado muy por debajo del 20% que se habían marcado y similar al 18,7% obtenido en las políticas de 2018, el más bajo de su historia. En cierto sentido, esta vez la derrota ha sido incluso peor, pues debido a la ley electoral obtendrá cerca unos 120 diputados y senadores, nunca tan pocos.
"Hoy es un día triste para Italia y Europa, nos esperan días duros", dijo Letta al comparecer ante la prensa para reconocer su derrota y anunciar que, "ante el desafío histórico" del momento, era necesario "un nuevo partido" en manos de la próxima generación y ya han comenzado a sonar algunos nombres.
El candidato más fuerte es el presidente de la región de Emilia-Romaña, Stefano Bonaccini, pero también se habla de una posible candidatura de su adjunta, Elly Schlein, que se ha convertido en uno de los iconos de la izquierda y de los derechos LGTB+, así como el actual ministro de Trabajo, Andrea Orlando.
Su unión con el Movimiento 5 Estrellas de Giuseppe Conte (15,5%) y los centristas Carlo Calenda y Matteo Renzi (7,74%), junto a otros aliados menores, que Letta intentó "con todas sus fuerzas" les habría dado la victoria: "Quisieron sustituirnos, pero no fue posible, somos la primera fuerza de la oposición y seremos duros e intransigentes".
En este desencuentro entre los partidos progresistas, el M5S sacó el mayor provecho, pues se situó con un 15,5% que le coloca como la tercera fuerza, tras FdI y PD, a pesar de que las guerras instestinas estuvieron a punto de costarles la existencia misma del partido.
"El M5 es el primer partido del sur" y "la lucha contra las desigualdades será nuestra estrella guía", dijo Conte, retando a Meloni sobre la medida estrella de su programa, la renta de ciudadanía, una subvención para los que tienen menos recursos que divide al país y que la derecha quiere eliminar a toda costa, alegando que es fraudulenta.
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