'Misión' en Larnland

Rota/La Infantería de Marina está de misión en Larnland. Bajo mandato de la ONU, alrededor de 1.200 infantes forman parte de la fuerza conjunta-combinada de la operación para estabilizar un país que ha sufrido una serie de desórdenes políticos y criminales, y bajo amenaza del terrorismo y la insurgencia.

Larnland es ficticio, esta misión en una simulación del ejercicio FTX-FIM 18, pero el parecido con la realidad no es coincidencia. “Este entorno inestable se adapta muy bien a los escenarios actuales”, explica el capitán Fernando Herráiz. “Es lo que llamamos entorno asimétrico, con muchos frentes abiertos que obliga a mantener la tensión en diferentes zonas”.

Efectivos de la Brigada de Infantería de Marina, de la Fuerza de Protección y de la Fuerza de Guerra Naval Especial participan en este adiestramiento, junto con unidades de la flotilla de aeronaves de la Flota y unidades de países aliados como EEUU, Italia y Portugal. Es el mayor ejercicio de los que cada año realiza la Infantería de Marina y es continuación de Gruflex, que acaba de terminar, pero ya en tierra. De hecho, utiliza el mismo escenario de estas importantes maniobras una vez realizada la proyección desde la mar a Larnland, país donde están la Base de Rota, el Retín y otras instalaciones de la Bahía, como los cuarteles de San Fernando.

En el puesto de mando, que visitamos en Rota, 220 personas mantienen su operatividad 24 horas. El planeamiento, la conducción, las comunicaciones y la protección se llevan a cabo aquí. “Ayer tuvimos una incidencia con un vehículo que fue robado y en su interior iban terroristas con intención de inmolarse”, cuenta el teniente coronel Nuñez Rodríguez. Es una de las diferentes incidencias a las que van a tener que enfrentarse, como manifestaciones por parte de la población a favor o en contra de su presencia, desactivación de explosivos, más vehículos sospechosos, convoys humanitarios paras ongs,... De algunas somos testigos.

En el puesto de mando y en los controles del aeropuerto

Por la noche, han recibido el aviso de que alguien ha abandonado un artefacto explosivo en las inmediaciones de la base. “Una patrulla lo ha descubierto y nos han alertado”, explica el sargento López poco antes de comenzar el protocolo y de que actúen los perros de la unidad cinológica. El subteniente Baena añade que los desactivadores, que actúan en pareja, luego analizarán el explosivo con el robot y uno de ellos acudirá a terminar la operación. Es una situación parecida a la que se ha tenido que enfrentar en el Líbano, pone de ejemplo a los periodistas.

La zona del aeropuerto, que no tienen que imaginar porque es real, está controlada por el Tercer Batallón Mecanizado de Desembarco, con su vehículos Piraña. Están colaborando con el ejército local en la seguridad de la zona y “formando también al personal de la fuerza de Larland”, afirma el teniente coronel Rafael Moreno.

En uno de los registros aleatorios en el ‘check point’ han localizado a dos sospechosos en un vehículo, apunta el capitán Lafuente. Los efectivos realizan un minucioso registro. “Al suelo, hay un arma en el vehículo”, gritan a un compañero que simula ser el enemigo.

Hoy, tras varias jornadas en Cádiz y tras ser parte de las Gruflex otras dos semanas, acabarán el ejercicio. Es el único que permite el adiestramiento integrado de la Infantería de Marina, destacan, aprovechando las capacidades específicas de todas sus unidades.

De este modo, la brigada de infantería de Marina es reforzada por la Fuerza de Protección con sus capacidades específicas, tales como sus unidades de seguridad y protección, unidades de policía naval y unidades cinológicas de desactivación de explosivos y seguridad y combate. Asimismo, la Fuerza de Guerra Naval Especial lleva a cabo su adiestramiento avanzado en operaciones especiales en el ámbito marítimo y litoral.