Cartel en el portal:'Tabaco en el 3ºB'

Los estanqueros detectan que los pisos estanco, casas particulares que venden tabaco de contrabando, se anuncian ya con descaro en algunas ciudades.

Tomás Valiente, Javier de Torre y Rocío Ingelmo. /Jesús Marín
Tomás Valiente, Javier de Torre y Rocío Ingelmo. /Jesús Marín
T.R.

07 de mayo 2015 - 05:01

El presidente de la Asociación de Estanqueros de Cádiz, José Bermúdez, explicó ayer que en Jerez han detectado carteles en algunos portales en los que se anuncia con descaro la venta de tabaco de contrabando en una determinada vivienda. Tabaco en el 3º B, informa, por ejemplo, uno de esos pasquines que vienen a revelar a qué punto ha llegado el problema que trae de cabeza a los estanqueros. Bermúdez participó ayer en la capital gaditana, en el Palacio de Congresos, en una jornada técnica sobre el contrabando de tabaco organizada por el Grupo Joly y Altadis. Allí reclamó, en nombre de sus colegas, actuaciones más contundentes contra los vendedores de cajetillas introducidas ilegalmente en España. Algunos participantes lo secundaron en esa demanda. Otros, en cambio, se mostraron partidarios de golpear a las grandes organizaciones que distribuyen el tabaco de contrabando en lugar de concentrar esfuerzos en perseguir el menudeo. Es más efectivo, argumentaron.

La jornada fue inaugurada por el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Cádiz, Ignacio Romaní, la directora de Asuntos Corporativos y Legales de Altadis, Rocío Ingelmo, y el director de Diario de Cádiz, David Fernández. Además de alguna discrepancia entre los ponentes (la principal, sobre a quién perseguir con prioridad) hubo coincidencias y una principal: la ausencia de rechazo social al contrabando de tabaco, a la venta ilegal de tabaco.

El director de la Asesoría Jurídica de Altadis, Ignacio Millán, alertó precisamente sobre ese aspecto al inicio de su ponencia: "Tenemos la sensación de que se está banalizando este delito. Parece que el daño no es tanto, que se piensa: ya recauda bastante Hacienda, no pasa nada". Sin embargo, el contrabando de tabaco repercute en nuestras pensiones, en los subsidios, en las partidas destinadas a la enseñanza, dijo. "No es demagogia. Es un delito con consecuencias graves, y afecta también a pequeñas empresas y laboralmente".

Millán señaló que la situación es tan preocupante, que la OLAF ha reprochado a España que mantenga una actitud permisiva con el contrabando de tabaco. Explicó también cómo ese delito alienta la creación de organizaciones criminales y tiene un efecto corruptor, genera otros delitos: el cohecho y la omisión de perseguir delitos, entre otros. Millán anotó además la más que preocupante vinculación del contrabando de tabaco con la financiación de grupos terroristas.

En una mesa redonda posterior que moderó Francisco Sánchez Zambrano, redactor jefe de Diario de Cádiz, Miguel Ángel Arrocha, administrador de Aduanas e Impuestos Especiales de La Línea, afirmó que un problema principal al que se enfrentan es que "no existe rechazo social al contrabando". "No lo hay o no existe en la medida en que deseamos todos", matizó.

Arrocha explicó que desde mediados de 2010 se vive un cambio de ciclo en la tipología del contrabando de tabaco. En años anteriores, por ejemplo, había un predominio de cigarrillos falsificados que llegaban en contenedores procedentes de países asiáticos (China, principalmente) a los puertos de Valencia, Algeciras y Barcelona y cuyo destino principal era el Reino Unido e Irlanda. Pero ahora se observa un descenso de los cigarrillos falsificados que llegan desde China y han aumentado las aprehensiones de contenedores de Emiratos Árabes Unidos, Tailandia, Vietnam y Malasia.

Una de las novedades del nuevo período, señaló Miguel Ángel Arrocha, es la aparición del fenómeno de las cheap whites o marcas baratas. Son de dos tipos: las fabricadas en Europa y comercializadas a un precio que oscila entre los 2,5 y los 3 euros, cuyo consumo aumenta en España; y la que podrían corresponder al concepto de illicit whites: las fabricadas Emiratos Árabes Unidos y países asiáticos para ser suministradas casi exclusivamente a mercados de contrabando y cuyo coste es inferior a un euro.

Arrocha aseguró que la colaboración de Gibraltar en la lucha contra ese contrabando de tabaco "no consta". Una colaboración regular y en condiciones, precisó. El administrador de Aduanas discrepó con Ignacio Millán respecto al informe de la OLAF. Dijo que señala a Gibraltar, no a España. La inactividad de las autoridades gibraltareñas, anotó, está relacionada con unos datos de exportación de tabaco hacia Gibraltar desproporcionados, que no se corresponden con la demanda de una población de 29.000 habitantes. Por ejemplo, en 2011 fueron enviadas a Gibraltar 127.259.250 cajetillas; en 2013, 117.543.555.

Arrocha comentó que en La Línea se ha incrementado el contrabando por vía marítima ante la presión en tierra, donde hay hasta lanzamientos a través de la Verja: compran el tabaco en Gibraltar, lo lanzan al otro lado de la frontera, otros lo recogen y lo trasladan en ciclomotores a las guarderías o almacenes clandestinos.

El teniente coronel de la Guardia Civil Ramón Clemente destacó algunas de las más importantes y recientes intervenciones contra el contrabando de tabaco, como un golpe que desmanteló una fábrica clandestina en Sevilla. Allí se empaquetaban 65.000 cajetillas al día. La operación, con una investigación que se prolongó durante siete meses, deparó 11 detenidos, 64.500 cajetillas intervenidas y también 35 toneladas de tabaco a granel.

Clemente abogó por esas operaciones que golpean a las grandes organizaciones que distribuyen el tabaco de contrabando. Cree que es lo más efectivo y considera que es el mejor camino, que debe ser lo prioritario, teniendo en cuenta que la Guardia Civil no dispone de más medios.

Un estanquero de San Martín del Tesorillo intervino en el coloquio posterior y se mostró partidario de otra fórmula: dijo que los vendedores de tabaco de contrabando no temen a las multas y que si se optase por el cierre de establecimientos, si hubiese una presión importante sobre los vendedores, el efecto sería mayor, el problema disminuiría. Puso como ejemplo que en Málaga subieron las ventas en los estancos cuando la Policía actuó contra los vendedores de tabaco que se situaban en los semáforos. "Apretando un poco las clavijas se hace mucho daño", afirmó.

"Entiendo su desazón, pero no tenemos medios infinitos", respondió el teniente coronel Clemente, partidario de "ir más arriba", contra las organizaciones distribuidoras. "No podemos dividirnos ni multiplicarnos. Si falla un vendedor, la organización busca otro. Pero desmantelando una fábrica de tabaco quitamos del mercado una cantidad ingente de cajetillas", comentó.

José Bermúdez enlazó luego, en la siguiente mesa redonda, con su colega al reclamar acciones más contundentes contra los vendedores, contra los establecimientos que despachan tabaco de contrabando (también pidió cierres) y contra un grave fenómeno detectado en la provincia de Cádiz: los pisos estanco, que hasta se anuncian porque se sienten impunes. "En algunos hay más tabaco que en los estancos", afirmó.

Juan Moreno, de la Unión de Consumidores de Andalucía, dijo que les preocupa la sensación de normalidad con la que la población vive ante el contrabando de tabaco y la creciente disponibilidad del acceso al tabaco, incluso para los menores. Moreno comentó que se está permitiendo de manera flagrante la ilegalidad y propuso pedir a los Ayuntamientos que expliquen cómo están llevando la lucha contra la venta ilegal de tabaco. "Es que no la llevan", apuntó Bermúdez, que relató una anécdota. Dijo que en una reunión, un responsable de la Policía Local comentó que como él no fumaba, no sabía distinguir una cajetilla legal de otra.

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