Conciertos de Bahía Sound: Amaral da color al verano de San Fernando
El potente directo de Amaral da alas a La Isla en su apuesta por la música en una de las noches más señaladas del ciclo
San Fernando/El potente directo que Amaral ofreció anoche en el escenario de Bahía Sound encumbró al verano isleño en su apuesta por recuperar los grandes conciertos y dejó bien clara su capacidad para brindar espectáculos de primera. Lo que de antemano se adivinaba ya con el prestigio que avala al dúo zaragozano tras más de 20 años de trayectoria y con unos cuantos himnos de la música española a sus espaldas se demostró en una faena redonda y una puesta en escena llena de vitalidad, enérgica y optimista que asombró y emocionó a un público cómplice y entregadísimo de antemano, que disfrutó de lo lindo, coreó con entusiasmo viejos y nuevos temas y aplaudió sin descanso durante toda la velada.
Era una de las grandes apuestas del programa de Bahía Sound y desde luego no defraudó a nadie. Eva Amaral y Juan Aguirre desembarcaron en San Fernando con la gira Salto al Color, un trabajo discográfico maduro, versátil, heterogéneo y algo experimental en cuyo fondo, sin embargo, sigue en cierto modo presente esa música que forma parte ya de unas pocas generaciones.
Y algo de esa dualidad tuvo el concierto, que arrancó directamente en modo espectáculo con Señales para poner al público a tono con dos clásicos del repertorio: El universo sobre mí y Marta, Sebas, Guille y los demás. Al público desde luego no le hizo falta que le animaran para corear con fuerza el conocido estribillo de "son mis amigos"...
Lo cierto es que con sus temas, con su música, consiguieron dar color a esa noche de verano junto al marco único de la Bahía que recordó –aunque fuera solo por un rato– a esos buenos tiempos y a esos buenos directos de la prepandemia. La gente se dejó llevar por el momento, que para eso están los conciertos...
Eva dio las gracias al auditorio por compartir una velada dedicada "a celebrar la vida" y no dio tregua en un escenario en el que lo dio todo y en el que el grupo –esta vez, a diferencia del acústico del verano pasado, venía el equipo al completo– mostró un directo a la par exquisito y lleno de fuerza, que fue tomando cuerpo con temas de Salto al color como Bien alta la mirada, Lluvia, Nuestro tiempo, Soledad, Ruido, Juguetes rotos y hasta con la peculiar versión de Ondas do mar de Vigo y Mares igual que tú. con los que cantó al mar que esta vez tenía tan cerca del escenario.
Claro que a lo largo de un espectáculo que duró dos horas también echó mano de trabajos anteriores: Hoy es el principio del final, Lo que nos mantiene unidos, Nocturnal, Cuando suba la marea o El blues de la generación perdida.
Pero Amaral, en su noche isleña, cantó Revolución para hacer vibrar al público –para muchos fue difícil quedarse sentado en el sitio que tenían asignado– y rescató indispensables de su repertorio: con Cómo hablar, Moriría por vos y No quedan días de verano brindaron al auditorio los momentos más especiales de un concierto que puso en primera línea al Bahía Sound.
La versión de Nada de Nada de Cecilia o Rosita –una de sus primeras canciones– puso el colofón a una noche que acabó con la misma energía con la que comenzó. Entre la multitud, Kamikaze, Tambores de la rebelión y Hacia lo salvaje dieron fe de ello.
Aunque el final de este concierto redondo llegaría tras Sin ti no soy nada, Salir corriendo y Llévame muy lejos con uno de los mejores temas de su último trabajo discográfico, ese "canto a la libertad" que son esos Peces de colores "en un mundo en blanco y negro que a veces es hasta marrón".
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