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Mikel Lejarza
Toulouse
La delegada provincial de Educación, Cristina Saucedo, anunció ayer que la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, a través del Ente Público Andaluz de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE), ha iniciado expediente de resolución de contrato a la empresa Brassica Group ante los reiterados "incumplimientos" del servicio de comedor escolar en más de medio centenar de colegios públicos gaditanos.
Saucedo insiste que la Junta está al día en los pagos de las facturas de Brassica Group, por lo que "García Gallardo miente". Además afirma que en Andalucía existen 40 empresas que dan este servicio en más de 1.500 comedores a más de 115.000 niños andaluces, "por lo que esto se reduce a un problema puntual con Brassica". Saucedo aprovechó para expresar su pesar por las molestias que se está ocasionando a los familiares de los niños y a las trabajadoras de los distintos comedores afectados.
Saucedo plantea también que el 60% de los ingresos de Brassica le llega de la subvención de la Junta, pero el otro 40% "es un ingreso directo de las familias por banco, por lo que el dinero le debe llegar mes a mes". "La Junta no le debe ni un euro", insiste.
El delegado del gobierno andaluz, Fernando López Gil, informó además de la apertura de un expediente de investigación para conocer la "cantidad" y la "calidad" de la alimentación que el Grupo Brassica ofrece en los comedores escolares andaluces con los que tiene contratado el servicio realizando auditorías. Saucedo aseguró, por su parte, que la Junta de Andalucía "no va a permitir que exista una falta de calidad alimentaria de los alumnos".
La delegada, además, ha indicado que Brassica tiene contratos "con algunos hospitales" y, aunque ha señalado que no existen problemas con ellos, sí ha añadido que "se revisarán".
Lo cierto es que más de 5.000 niños gaditanos de más de medio centenar de colegios repartidos entre la Bahía y el Campo de Gibraltar siguen sin comedor, con el consiguiente malestar entre los padres y trabajadores de los centros educativos. A esta protesta de los transportistas de Brassica que están dejando sin comida a los colegios se sumarán a partir del próximo viernes los 350 trabajadores de comedores que esta empresa gestiona en Cádiz.
Y el malestar seguía siendo ayer patente a la puerta de los centros afectados: "Me va a salir el corazón por la boca. No he podido correr más. Esto no es justo. ¡Es indignante, vamos!". Con estas palabras saludaba ayer, a las dos de la tarde, una acalorada y malhumorada María José a otras madres en la puerta del colegio público San Felipe de Cádiz, donde estudia y almuerza su hijo de nueve años. Estudia y almorzaba, pues ni ayer ni antes de ayer ha podido manejar la cuchara en el comedor del centro, con motivo de la huelga de transportistas de la empresa Brassica Group. "Si dejamos a nuestros hijos en el comedor del colegio no es por gusto, no es para quitárnoslos del medio un rato. Es por necesidad, pues somos muchos los padres que trabajamos y que nos resulta imposible recoger a nuestros hijos a las dos del mediodía y darles de comer. Mañana -prosiguió tras coger un poco de aire- no podré venir a recogerlo, ni tengo a nadie que pueda. Una papeleta...", compartió sofocada. Una madre no tardó en reaccionar y se ofreció para recoger hoy a su pequeño y llevarlo a casa de la abuela. María José, consciente de la situación por la que atraviesan los trabajadores de Brassica, aseguró entender la huelga que secundan. "Están en su derecho de hacer huelga porque llevan meses sin cobrar, pero esta situación es insostenible.
En otro corrillo, otras tres madres de alumnos de tres años se quejaban también por la suspensión del servicio del comedor. Belén y su pareja trabajan, y justo ayer la joven tenía el día libre. "Pero mañana no sé cómo lo vamos a hacer para recoger al pequeño". Vanesa, trabajadora también, dijo desconocer si hoy jueves podrá acercarse al colegio, ya que trabaja para una empresa de servicio a domicilio, así que no puede prever con tanta antelación si estará libre o no al mediodía.
Manolo también se encontraba en la calle San José de Cádiz, aguardando junto a la puerta lateral del colegio para recoger a su sobrina de cuatro años. Fue su hermana quien le telefoneó por la mañana para pedirle el favor, ya que ella, por motivos laborales, no podía acudir. "Mi sobrina almuerza en el comedor escolar, pero con esto de la huelga va a comer hoy en mi casa. Luego, por la tarde, le costará volver al centro para las actividades extraescolares", sonrió el joven.
La directora de San Felipe, Elena Jueza, comentó que el pasado martes, primer día del paro, no se quedó ningún niño en el centro a la hora del almuerzo. Todas las familias se las "apañaron" para recoger a los alumnos, por lo que los monitores no tuvieron que atender a ningún pequeño. Y lo mismo ocurrió en el resto de comedores de la provincia cuyos comedores está siendo gestionado, hasta ahora, por Brassica.
REACCIONES
María Torrecillas: "Nos estamos apañando a base de favores, es una situación insostenible"
Muchos padres de alumnos de la provincia se enfrentan estos días a una situación con la que no contaban, al tener que prescindir del servicio de comedor escolar. Es el caso de María Torrecillas, madre de un niño de 5 años y una niña de 7, escolarizados en el colegio Costa Oeste, en El Puerto. La madre trabaja en el Palacio de Congresos de Cádiz y llega a su casa pasadas las tres de la tarde, mientras que el padre es funcionario municipal y sale a las tres. Imposible, por tanto, recoger a los niños a las dos de la tarde, por lo que escogieron precisamente ese colegio por ofrecer servicio de comedor y aula matinal, ya que ambos salen de casa antes de las nueve de la mañana.
Aunque los padres sabían de la huelga de monitoras convocada para los días 11, 17 y 18 de este mes, la supresión del servicio de comedor el pasado martes les pilló totalmente con el paso cambiado. De hecho, el padre de los niños se enteró minutos antes de las dos de la tarde escuchando la radio, de manera que tuvo que movilizar urgentemente a un familiar para que acudiera cuanto antes a recoger a los pequeños. Como explica María, estos días se están apañando "a base de pedir favores a familiares y a otros padres, pero esta situación no se puede prolongar, es insostenible", asegura. María comprende la desesperación de las monitoras del comedor, que llevan meses sin cobrar, y pide a la administración una solución de urgencia ya que como dice, "las familias no podemos estar con esta intranquilidad". En caso de que el problema se prolongase, esta madre tendría que buscar alguna otra fórmula para que alguien pudiera recoger a los niños del colegio y atenderlos al menos durante una hora hasta su llegada, algo que no es fácil de solucionar.
Antonia "Mi hija tuvo que pedir a un vecino que recogiera a la niña del colegio"
Dos señoras conversaban ayer, a las dos de la tarde, en la puerta del colegio gaditano San Felipe. Antonia explicaba a una madre afectada por la suspensión temporal del comedor escolar que su nieta, que estudia en un centro de Puerto Real y cuyo servicio de comedor también es gestionado por Brassica Group, tuvo que ser recogida del centro al mediodía del martes por un vecino de su hija, a quien le pidió el favor al no poder ella trasladarse a la escuela por motivos laborales. "Mi hija trabaja aquí en Cádiz y sale sobre las dos, por lo que no le da tiempo de estar a esa hora en el colegio. Mientras que coge el coche y llega, tarda un buen rato, así que le pidió a un vecino que recogiera a la pequeña, e incluso comió en su casa. El favor -añadió- se puede pedir uno o dos días, pero no más...".
Extracto de la carta de García Gallardo a la responsable del ISE
García Gallardo dice que sospecha que "no hay mucho interés por parte del ISE porque todo se solucione". La última prueba, según él es que, a pesar del conflicto, la directora general del ISE, Aurelia Calzada, no le concede una cita hasta el 17 de enero. Aún así, él le insiste en una misiva enviada ayer mismo. "Durante largos años hemos colaborado con la institución que usted dirige y nunca hemos tenido ningún problema. Durante 2011 y 2012, como usted sabe, ISE Andalucía nos ha pagado las facturas con enormes retrasos, hasta de 8 meses. Pero desde mediados de 2012, ninguna entidad financiera ha admitido el riesgo de la Junta de Andalucía, y si antes podíamos esperar pagando los intereses que fueran necesarios al banco, desde hace 6 meses eso no es posible, lo que ha complicado la situación".
La carta sigue: "Necesitamos que ISE cumpla el contrato que tiene formalizado con nuestra empresa, que al menos no nos demore el pago más de 30 días de la fecha establecida". "Utilizo este medio para rogarle nos abonen las facturas detalladas en la relación adjunta para poder realizar el abono de las nóminas". "Tan pronto usted dé la orden de pago podremos normalizar la situación". El escrito se adjunta con una relación de facturas "impagadas" fechadas entre enero y junio de 2011 y de otras de noviembre de 2012. En total: unos "presuntos" 549.894,86 euros.
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