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La Línea, en la trayectoria de caída de la nave rusa 'Progress'

La nave da una vuelta a la Tierra cada 9 0 minutos y hasta el viernes no se sabrá el punto exacto de entrada

Imagen del lanzamiento de la nave.
Redacción La Línea

05 de mayo 2015 - 05:01

La Línea está entre las ciudades que se encuentran en la trayectoria de caída de la nave rusa Progress M-27M, que según estimaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) reingresará en la atmósfera terrestre el próximo sábado. En esta trayectoria hay ciudades de todo el mundo, ya que los restos del carguero espacial no tripulado completan una vuelta completa a la órbita terrestre en 90 minutos, de ahí que hasta poco antes de que se produzca su vuelta a la atmósfera no se conozca el lugar exacto del impacto.

"El día antes de la reentrada, es decir, 8 de mayo, vamos a ser capaces de predecir el momento de reingreso con un mayor grado de confianza. También será posible excluir ciertas áreas de la tierra/mar sobre las que pueda caer", señala la ESA, que también destaca que el riesgo de que los restos de la nave espacial caigan sobre alguien son muy remotos. "En seis décadas de vuelos espaciales ninguna persona ha sido golpeada por un escombro de un satélite o nave que reingresa en el planeta", informa la agencia.

"Es muy importante entender que el riesgo en terreno de cualquier persona es extremadamente pequeño", aclara la ESA. "El riesgo para la población no es igual a cero, pero es muy bajo", afirma Holger Krag, experto de la agencia espacial europea. Las probabilidades de que alguna persona sea alcanzada por los restos de Progress M-27M son de 1 en 3.200, según el Programa de Desechos Orbitales de la NASA.

Entre las ciudades españolas que están en la órbita del carguero, además de La Línea están Lérida, Pamplona, Logroño, Zaragoza, Reus, Tarragona, Tortosa, Valencia, Palma, Ibiza o Marbella, además de la zona sur de la isla de Gran Canaria. Si el Progress M-27M, que pesa más de siete toneladas, mantiene su trayectoria actual, la mayor parte se desintegrará en la atmósfera terrestre. Los componentes de titanio y acero inoxidable no se fundirán y, por lo tanto, podrán caer a algún punto de la Tierra, aun por determinar, ya que la trayectoria de la nave puede cambiar.

La ESA asegura que está "en estrecho contacto" con las agencias rusas y estadounidenses para controlar el momento del impacto de la nave. A la fecha apuntada por la agencia hay que aplicar un margen de error de más o menos dos días.

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