Noche grande de folk con Saurom y Mägo de Oz en el Bahía Sound San Fernando
El Bahía Sound Folk reúne a un gran número de seguidores de ambas bandas
San Fernando/Bahía Sound San Fernando vivió el domingo una noche grande de folk metal con Saurom y Mägo de Oz como protagonistas. Los seguidores de ambas bandas no quisieron perderse esta cita única: por primera vez los dos grupos sobre el mismo escenario en San Fernando, un evento previsto para principios de agosto que tuvo que posponerse por problemas de salud de los dos vocalistas de los madrileños y que ayer se mantuvo a pesar de la llovizna que ya pasada la medianoche apenas molestó a los presentes.
Los componentes de Saurom fueron los primeros en pisar el escenario para encontrarse un recinto abarrotado. Los locales estuvieron arropados una vez más por su fiel público, que ya el año pasado no quiso perderse el concierto que ofrecieron por el 25 aniversario de su creación. Decía antes de esa ocasión Narci Lara que después de esos años de carrera tenían seguidores muy diversos: desde los 15 años a veinteañeros, gente de su edad que los apoyaban desde sus inicios y hasta personas de 50 o 60 años, que acudían a los conciertos con hijos o nietos. Todo cierto, el domingo se pudo comprobar en el Bahía Sound porque los asistentes podría decirse que eran un conjunto intergeneracional, pero igual de apasionados por el rock duro, el metal, el folk, la música celta o el rock más clásico que ha bañado la discografía de estos músicos isleños.
Puntuales se subieron al escenario y puntuales terminaron, después de hora y media de espectáculo muy bien acompañados arriba y abajo de las tablas, proyecciones de vídeos en las pantallas, estandartes con el nombre y su logo, una máquina de fuego y ropas con aires heavy. No faltó El carnaval del diablo, no faltó El círculo juglar, que pusieron en práctica con la ayuda del público que bailó y bailó, y saltó y saltó. Saurom agradeció el momento vivido, no en vano estaban en casa.
Tras un descanso que permitió cambiar el montaje del escenario, Mägo de Oz dio el relevo y los presentes volvieron a meterse en el ambiente. Era fácil, la banda madrileña acudió con una escenografía y vestuario que recordaba a un barco pirata, con cañones que disparaban confeti o un zancudo con luces led. La música no dejó de sonar a pesar de que chispeó casi a la una de la madrugada y siguió una hora más, tiempo en el que cantaron la mítica Fiesta Pagana.
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