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San Fernando/Como todo museo –o, en este caso, centro de interpretación– el de Camarón que en La Isla va a abrir sus puertas el próximo 2 de julio coincidiendo con el 29 aniversario de su muerte, cuenta una historia: la de su vida y obra. Aunque a punto de cumplirse casi 30 años sin Camarón, poco queda que añadir al relato de ese niño de humildes orígenes que nació en Las Callejuelas, que soñaba con ser torero pero cuya voz terminó asombrando a todos y revolucionando el flamenco para siempre. Así que se trata más bien de cómo contar esa historia. Es el gran reto que encara el espacio consagrado al cantaor que el Ayuntamiento de San Fernando ha levantado junto a la Venta de Vargas y que se abrirá al público de manera gratuita –aunque con cita previa– a partir del día 6.
La propuesta elaborada por Reina de Corazones (proyecto museológico) y Womack (proyecto museográfico) rehuye intencionadamente del formato tradicional para ceder protagonismo a la tecnología, al audiovisual, a las grandes pantallas, a su música, a los testimonios en primera persona, para dejar que el visitante interactúe y se adentre libremente en el universo Camarón.
Así que más que un recorrido por una colección de recuerdos y curiosidades enmarcados en vitrinas –que también las hay– la ambiciosa propuesta que hace el nuevo centro de interpretación es embarcarse en una experiencia que, como hiciera el cantaor isleño, deje huella.
De esta manera, este nuevo espacio expositivo, como todos, puede verse en 10 minutos o puede llevar horas si uno se detiene en la historia que cuenta cada uno de los elementos cuidadosamente seleccionados que se muestran en las vitrinas, visiona el repertorio de vídeos que da contenido a la muestra –ahí se ha querido dar protagonismo a Camarón en primera persona– o se recrea en la evolución de su cante. El centro, desde luego, invita a dejarse llevar.
El relato propuesto en estos 1.200 metros cuadrados de superficie repartidos en dos plantas destaca así por su aparente sencillez. La vida de Camarón se resume con tres palabras: Origen, Leyenda y Revolución, que a su vez dan nombre a los tres espacios en los que se divide el contenido expositivo que se muestra.
Así, el recorrido que se plantea al visitante nada más entrar el centro de interpretación y encontrarse con la llamativa presencia de uno de sus Mercedes expuesto en el vestíbulo –es una de las imágenes del Museo que más ha trascendido por ahora– es también un camino ascendente por su vida y obra que va desde sus primeros años en La Isla hasta los tablaos y las noches madrileñas, la pareja inolvidable que formó con Paco de Lucía, la transformación de Camarón en un icono gitano, la revolución que supuso para el flamenco La leyenda del tiempo...
Pero esa ruta de emociones en torno al mito musical que harán las visitas discurre también en paralelo a la faceta más personal del artista, de la que no se olvida el Museo: hay fotos y recuerdos de álbumes familiares, enseres personales, algunas de sus prendas, instrumentos de su colección particular, notas manuscritas... Se habla así de la persona pero también de sus influencias, de esa incansable curiosidad musical que le llevaba a interesarse siempre por cosas nuevas, a grabar y tomar nota de todo, de cómo llegó a convertirse en un mito para el flamenco...
Y La Isla, como no podía ser de otra manera, forma parte también del relato que se adentra en la vida y persona de Camarón. Por ella comienza Origen –la primera de las tres partes en las que se divide el contenido expositivo– al narrar la infancia y los primeros años de vida de José Monje Cruz.
Aquí, la luz inunda la planta baja del edificio, donde comienza este recorrido, a través de las cristaleras y de un vestíbulo que se abre literalmente –a través de unos ventanales– a la plaza Juan Vargas para formar parte de ella (o para que ella forme parte del Museo). Ahí se emplaza también el espacio que se reserva para la celebración de distintas actividades vinculadas a Camarón y al flamenco: conferencias, mesas redondas, presentaciones... Así se materializa ese afán de hacer del centro de interpretación un espacio abierto y dinámico.
Es justo lo contrario de lo que ocurre en la primera planta del edificio, por las que el visitante se adentrará en el relato que se hace con Leyenda y Revolución. Ahí no hay luz natural. Es un contraste intencionado. El discurso se articula a partir del concepto de cámara oscura en busca de esa inmersión en el universo Camarón. Las grandes pantallas toman el protagonismo para que el propio cantaor tome la palabra a partir de la proyección de testimonios grabados en los que habla de su trayectoria, de su forma de sentir el cante, de la pureza del flamenco... Se quiere que el visitante se abstraiga y se deje llevar mientras su voz suena con poderío.
Una gran vitrina de unos 12 metros y una 'gramola' interactiva con fragmentos y vídeos de toda su discografía sirven de colofón al recorrido. En la primera se muestra su legado: premios, reconocimientos, los premios Grammys, discos de oro, la Llave de Oro del cante que se le concedió a título póstumo... La segunda permite al visitante explayarse con la obra del cantaor.
La visita se remata con uno de los elementos más originales del Museo: un pequeño plató croma que permitirá al visitante llevarse de recuerdo fotos con Camarón e, incluso, desde ese mismo punto compartirlas a través de las redes sociales.
La azotea del edificio, pensada también para acoger actuaciones en directo o actos similares, completa un espacio que tampoco se olvida de los más pequeños –hay una zona de ludoteca especialmente pensada para ellos, el 'Pequeño Camarón' donde está previsto que se lleven a cabo talleres– y que también se concibe como espacio para el estudio y la investigación del flamenco y de la obra de Camarón. El Ayuntamiento isleño, en este sentido, pretende firmar proximamente convenios para poder acceder desde distintos terminales a fondos documentales del Centro Andaluz del Flamenco, de RTVA y RTVE.
En la construcción del Museo Camarón, que se ha levantado junto a la Venta de Vargas, se han invertido más de 4 millones de euros que se han financiado en su mayor parte (hasta 3,5 millones) a través de la Iniciativa Territorial Integrada (ITI) gracias al convenio que la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento isleño firmaron en octubre de 2017, lo que permitió empezar a dar pasos para hacer realidad el proyecto.
Fue en enero de 2019 –y después de un largo proceso previo– cuando se colocó la primera piedra para dar comienzo a los trabajos, que culminaron a finales del pasado verano. De hecho, en un primer momento se llegó a hablar incluso de su apertura con motivo del Día Internacional del Flamenco. No obstante, la evolución de la pandemia y la necesidad de tramitar y adjudicar los contratos necesarios para asegurar la gestión de este equipamiento cultural de cara al futuro postergaron su apertura hasta ahora.
Para La Isla, inaugurar el Museo que ha esperado durante casi 30 años supone todo un hito.
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