La Sierra acaricia el lleno con el puente

Los alojamientos hoteleros llegan hasta un 90% de ocupación durante el primer tramo del puente de la Constitución y la Inmaculada. El sector turístico apunta a que las reservas bajarán a partir de mañana

A tope, ayer, el centro de recepción de visitantes del Parque de Grazalema, en El Bosque, en la primera jornada de puente.
A tope, ayer, el centro de recepción de visitantes del Parque de Grazalema, en El Bosque, en la primera jornada de puente.
E. Armario / Sierra

05 de diciembre 2010 - 05:01

Hasta la Sierra de Cádiz llegaron ayer los coletazos de la huelga de los controladores aéreos, que ha chafado literalmente el puente de la Constitución y la Inmaculada a miles de personas en toda España. "Debían estar aquí dos compañeros más de nuestro grupo. Han perdido los vuelos de avión, el alquiler de coche y la habitación de hotel", explicaba Montse Fernández, una visitante procedente de Cataluña, en las instalaciones del Centro de Visitantes del Parque Natural en El Bosque, quien junto con un grupo de una decena de amigos ha escogido el destino Sierra para pasar este puente.

Como ellos, cientos de personas estrenaron ayer este acueducto vacacional en la comarca, donde el sector prevé una afluencia de entre el 70 y el 90% en los establecimientos hoteleros y alojamientos rurales. De hecho, municipios como Grazalema o El Bosque rozaban ayer el 95% de su ocupación, que se mantendrá a lo largo del primer tramo de este puente. La tendencia será más floja a partir de mañana, el martes y miércoles. "Durante este fin de semana estamos al 97%. Después bajará la cosa", apuntaron desde la dirección del hotel Puerta de la Villa, en Grazalema.

Y es que la meteorología está siendo clave en las reservas y en los desplazamientos. Muchos visitantes no han cerrado destino hasta última hora ante la inestabilidad de la climatología. "Todo el mundo que nos llama pregunta antes de reservar por el tiempo", añadió ayer Rosa Pinto, que regenta el Centro de Visitantes de El Bosque. Para estos días, esta oficina tiene ya comprometidos los 320 cupos diarios permitidos para acceder a la reserva del Parque de Grazalema.

Pese al cielo, la comarca acogió ayer con satisfacción la primera jornada de puente, que para los pequeños pueblos cercanos al parque de Grazalema es una oportunidad importante para activar sus negocios relacionados con los productos de la tierra y la artesanía. A mediodía, las calles de El Bosque se llenaban para disfrutar del sabor a pueblo. Igual que en Benaocaz o Villaluenga del Rosario, donde su arquitectura y paisaje natural son un reclamo en sí. Ya son típicas las imágenes de colas a las puertas de la quesería Payoyo, donde el respetable, sobre todo de las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla, le quitaba de las manos el género a Carlos Río, uno de los propietarios de esta afamada firma, con despacho en Villaluenga. "Estamos al completo también en nuestra granja escuela de las Hazuelas", respondía.

Aunque la crisis está limitando los bolsillos y el sector turístico constata que la gente no es tan alegre de ojo. Por ejemplo, Ubrique era un punto de atracción para muchos en busca de productos artesanos en piel. Victoria, que atiende en la tienda Piel Galván, constata que "está la cosa más tranquila. La gente mira mucho antes de decidirse. Cuando había más disponibilidad se llevaban regalos para toda la familia". Pese a los bolsillos, el sector turístico tira de ingenio para avanzar. Por ejemplo, el Centro de Información Turística, en Grazalema, inauguró ayer el germen de lo que será el futuro museo artesanal, rescatando un antiguo molino de harina de hace 200 años del pueblo para enseñar a los turistas y locales la manera de hacer pan. Decenas de personas se acercaron para verlo y degustar antiguos platos recuperados.

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