La acusada de asesinar a su tía en La Isla niega que le prendiera fuego a su casa: "Éramos como madre e hija"

Tribunales

La procesada defiende que no vació las cuentas bancarias de la víctima, de 84 años, sino que se dedicó a realizar transferencias a su favor para asumir los gastos de manutención de la anciana

Niega que discutiera con su tía por dinero y asegura que la madrugada del incendio estaba en su casa con sus hijos

El fiscal pide 29 años de cárcel para la acusada de asesinar a su tía en San Fernando al incendiar su casa

La acusada sale de la Audiencia escoltada por la Policía Nacional.
La acusada sale de la Audiencia escoltada por la Policía Nacional. / Lourdes De Vicente
Julia Alarcón

24 de mayo 2024 - 18:37

Cádiz/La acusada de asesinar a su tía de 84 años de edad en San Fernando negó este viernes ante un jurado que prendiese fuego al domicilio de la anciana la madrugada del 20 de septiembre de 2021 hasta en cuatro puntos diferentes de la vivienda. Asimismo, declaró que no se apropió del dinero que su tía tenía depositado en el banco sin su consentimiento, sino que ésta le ordenó realizar transferencias a su favor para hacer frente a los gastos de su manutención, así como a su propio sueldo por la asistencia que le prestaba.

En la primera sesión del juicio con jurado que se celebrará hasta la próxima semana en la Audiencia Provincial de Cádiz, la procesada, que se enfrenta a una petición de 29 años de prisión por parte de la Fiscalía, manifestó que mantenía una relación muy estrecha con su tía. "Éramos como madre e hija", indicó.

La encausada explicó que hacía "muchos años" que trabajaba para su tía, primero limpiando por horas y después encargándose de su cuidado, labor que desempeñaba prácticamente a diario. "Ella no quería contratar a nadie de fuera", comentó la sobrina, para luego añadir que su tía a veces le pagaba "por días y en mano y otras, por transferencia".

A preguntas de la fiscal, reconoció que vendió joyas de su tía en establecimientos de empeño, si bien aclaró: "Lo hice porque mi tía me regaló esas joyas, me las entregó de forma voluntaria y yo las vendí. No me apoderé de ellas en contra de voluntad", precisó la acusada.

Cuestionada por las 127 transferencias on line que realizó a su favor desde la cuenta bancaria de su tía por un valor total de más de 11.000 euros, justificó esos movimientos alegando que obedecían a los gastos generados por su tía. "Tenía que pagar medicinas, traslados en taxi para revisiones hospitalarias, compras de alimentación, arreglos de electrodomésticos... Además, en esa suma estaba incluido mi sueldo mensual, de unos 400/600 euros", enumeró.

La Fiscalía también interrogó a la procesada por dos reembolsos de un fondo de inversión de su tía, tasado en 18.000 euros, que acabaron en una cuenta donde ella era cotitular, así como por un reintegro en efectivo de 8.500 euros que ella efectuó en un periodo de cuatro meses. Según la sobrina, esas cuantías se destinaron a asumir más gastos de la víctima.

Asimismo, la encausada testificó que no tenía problemas financieros a la fecha de los hechos. "Me había separado, tenía a mis dos hijos a mi cargo, pero era una persona solvente económicamente, pues cobraba unos 300 euros de desempleo y trabajaba en negro como esteticista y como cuidadora de perros". En este punto, indicó que tenía unos 40.000 euros ahorrados y que prestó 7.000 euros a su pareja para que pudiera adquirir una moto.

Respecto al incendio en la vivienda de su tía la madruga del 20 de septiembre de 2021, la encausada afirmó que esa noche se encontraba dormida en su domicilio y que la Policía fue a buscarla tras el siniestro para interrogarla por una posible disputa con su tía. Fue entonces cuando se percató de que tenía dos llamadas perdidas en su móvil (que había dejado en modo silencio) del servicio de teleasistencia activado por la víctima.

Así pues, negó que accediera a la casa de la anciana y que prendiera fuego hasta en cuatro puntos diferentes del inmueble. También negó que mantuviera una discusión previa con su tía ni que ésta le recriminara el vaciado de sus cuentas de ahorro, no obstante, la fiscal le recordó que ambas tuvieron una larga conversación por teléfono aquella tarde que se prolongó durante 51 minutos.

Rescatada la víctima de las llamas, fue trasladada al hospital Puerta del Mar de Cádiz, hasta donde se desplazó la acusada, para lo cual dejó solos a sus hijos menores en su domicilio, aseveró.

Entre las 2:42 y la 4:05 horas de la madrugada del 20 de septiembre, recibió 12 llamadas del servicio de teleasistencia, a las que no contestó porque "estaba pendiente" de la evolución de su tía. Sin embargo, en esa franja horaria sí habló por teléfono con una vecina del bloque siniestrado durante 12 minutos, puntualizó la Fiscalía. "En todo ese tiempo, usted no preguntó ni una sola vez por el estado de salud de su tía. Su máximo interés era saber qué vecino le había dicho a la Policía que habían discutido la tarde antes", le recriminó la representante de la acusación pública.

La víctima falleció al día siguiente, 21 de septiembre, por inhalación oxicarbonada e insuficiencia respiratoria aguda. El día 22, la acusada admitió ante el tribunal popular que se fue al bingo y la semana siguiente, a un spa para relajarse.

Llamada a la vecina

Antes de la declaración de la acusada, se reprodujo en sala la grabación de una conversación telefónica mantenida entre ésta y una vecina del bloque afectado por el incendio la misma madrugada que sucedieron los hechos.

Durante la charla, la vecina le pregunta con insistencia a la procesada si estuvo en la casa de su tía la tarde antes del fuego, a lo que ésta responde reiteradamente que no. Del mismo modo, la encausada muestra su sorpresa al saber que un vecino ha manifestado que ella tuvo una discusión con su tía en su vivienda esa misma tarde.

En una segunda conversación telefónica esa madrugada, también reproducida como prueba, esa vecina advierte a la sobrina que la casa "está fatal" y que "el fuego ha sido muy raro". La encausada, por su parte, dice que le ha preguntado a su tía, durante su visita al hospital, si se había dejado la vitrocerámica o el calefactor encendidos. También habla de que “alguien pudo haber tirado algo por la ventana”, hipótesis que la vecina rechaza, pues corrobora que la anciana la dejó cerrada.

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