Una alianza que reabre la vida en las marismas del Guadalquivir
Sostenibilidad
Deloitte y Salarte apuestan por recuperar el ecosistema de las marismas con un proyecto de revitalización ambiental y social comprometido con la biodiversidad y las comunidades locales
Esta alianza genera un precedente en innovación y sostenibilidad para las generaciones futuras, a través de la restauración ecológica y la promoción de empleo en la Costa Noroeste
Dos organizaciones han unido fuerzas en una alianza destinada a recuperar un terreno de gran importancia estratégica en la Costa Noroeste: un valioso tesoro natural situado en las marismas que se extienden entre el río Guadalquivir y el Parque Nacional de Doñana. Este ambicioso proyecto, respaldado por la colaboración entre la multinacional Deloitte y la ONG gaditana Salarte, tiene como objetivo la revitalización ambiental y social de un espacio singular. La firma de un histórico convenio de colaboración entre ambas entidades marca el inicio del proyecto denominado Alianza Marismas del Guadalquivir-Doñana, que promete convertirse en un modelo de integración entre la conservación ambiental y el desarrollo sostenible.
Este proyecto representa un hito significativo, ya que Deloitte se posiciona como la primera empresa del ámbito privado en sumarse activamente a la protección de este entorno único. Su implicación va más allá de la inversión económica: se trata de un compromiso con la sostenibilidad que busca generar un impacto duradero tanto en la biodiversidad como en las comunidades locales. En un esfuerzo conjunto, Deloitte y Salarte están decididas a restaurar el equilibrio natural de las marismas, al tiempo que crean nuevas oportunidades basadas en los principios de la economía azul, un enfoque que promueve el uso sostenible de los recursos acuáticos para el crecimiento económico, la mejora de los medios de vida y la salud de los ecosistemas.
El convenio firmado permitirá la recuperación de hasta 140 hectáreas de marismas situadas entre las localidades gaditanas de Sanlúcar de Barrameda y Trebujena, dos municipios emblemáticos de la Costa Noroeste. Las zonas específicas de intervención incluyen las históricas Salinas de San Carlos y Santa Teresa, en el término municipal de Sanlúcar, y el Codo de la Esparraguera, en el municipio de Trebujena. Este espacio, caracterizado por su biodiversidad y su importancia ecológica, ha sufrido durante décadas los efectos del abandono y la degradación ambiental.
Entre las acciones principales que se llevarán a cabo en el marco del proyecto destacan la restauración de los sistemas mareales, esenciales para garantizar la regeneración natural de las marismas; la conservación de hábitats críticos que sustentan numerosas especies de flora y fauna; y el desarrollo de modelos de gestión innovadores que optimicen los servicios ecosistémicos. Estas acciones estarán enfocadas en actividades como la acuicultura sostenible, el turismo responsable y la investigación científica, que contribuirán a diversificar las oportunidades económicas en la región.
Más allá de la restauración ambiental: un compromiso con las personas
La recuperación de las marismas no es solo una cuestión ecológica; el proyecto también persigue objetivos sociales y económicos que beneficiarán directamente a las comunidades locales. Deloitte y Salarte buscan no solo preservar el entorno natural, sino también fomentar el desarrollo humano y el bienestar en la zona. Para lograrlo, ambas entidades han diseñado un plan integral que combina la recuperación del ecosistema con la creación de empleo y la revalorización de oficios tradicionales.
La alianza promueve la recuperación de prácticas laborales que han sido parte del patrimonio cultural de la región, como la extracción de sal artesanal y la pesca sostenible. Estas actividades, adaptadas a los estándares modernos, serán clave para generar oportunidades económicas en consonancia con el entorno natural. Además, el proyecto contempla una colaboración continua con centros de formación locales para capacitar a las nuevas generaciones en competencias relacionadas con la gestión sostenible de los recursos naturales. Esto contribuirá a fortalecer el tejido social y económico, sentando las bases para un desarrollo a largo plazo.
En palabras de Adolfo Gutiérrez de Gandarilla, socio responsable de Deloitte en Andalucía y Extremadura: “Estamos encantados de formar parte de un proyecto tan emblemático como la Alianza Marismas del Guadalquivir-Doñana. Nuestro compromiso con la sostenibilidad se centra en potenciar el capital natural y ayudar a las comunidades locales a gestionar sus recursos de manera responsable”. Por su parte, Juan Martín Bermúdez, presidente de Salarte, subrayó: “El apoyo de Deloitte es crucial para llevar a cabo acciones que no solo beneficien a la biodiversidad, sino también a las generaciones futuras. Queremos enseñarles la importancia de preservar y aprovechar el entorno de forma sostenible, garantizando su conservación para el futuro”.
Un impacto estratégico para la región
La colaboración entre Deloitte y Salarte pone de manifiesto cómo una alianza entre el sector privado y el tercer sector puede generar un impacto transformador en la región. Ambas entidades coinciden en que su compromiso va más allá de una simple intervención puntual; se trata de un esfuerzo a largo plazo que busca sentar un precedente en la gestión sostenible de los recursos naturales.
Gracias a esta alianza, la región se convertirá en un laboratorio vivo de innovación ambiental, social y económica. Desde la protección de especies emblemáticas hasta la creación de nuevos modelos de negocio sostenibles, la Alianza Marismas del Guadalquivir-Doñana pretende demostrar que es posible equilibrar la conservación del medio ambiente con el progreso humano.
En este contexto, el proyecto se erige como un referente en la provincia de Cádiz y en toda Andalucía, consolidándose como un ejemplo inspirador para futuras iniciativas de conservación ambiental y desarrollo sostenible. Este modelo colaborativo no solo beneficia a las comunidades locales y a la biodiversidad, sino que también establece una hoja de ruta para otros proyectos en los que la sostenibilidad sea el eje central.
La Alianza ya genera vida en las marismas
La ONG Salarte lidera un ambicioso proyecto de restauración, custodia y gestión de humedales en las comarcas del bajo Guadalquivir, Doñana y la Costa Noroeste. La Alianza Marismas del Guadalquivir-Doñana constituye un compromiso innovador que reúne a titulares y propietarios de fincas, gestores, agricultores, acuicultores, pescadores, científicos, universidades, administraciones públicas, sociedades de cazadores y ONGs que buscan recuperar una red de 11,500 hectáreas de humedales costeros y marismas en las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz, con el objetivo de custodiar 13,800 hectáreas en 2027. Los miembros de la Alianza están comprometidos en recuperar el patrimonio natural del bajo Guadalquivir, las marismas de Doñana y el golfo de Cádiz, buscando conservar el capital natural y los servicios ecosistémicos que garantizan la calidad de vida de sus habitantes, y recuperar el equilibrio de un ecosistema único en Europa.
De esta forma, el objetivo primordial de la Alianza es el de asegurar la calidad de vida de los seres vivos que habitan en sus orillas, ofrecer garantías a una organización tan importante en la comarca como la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar para facilitar que traigan el mejor pescado del atlántico, los esteros del Guadalquivir produzcan camarones, doradas y lubinas de calidad, y para que Doñana continúe siendo el humedal más importante de Europa, despensa del suratlántico europeo y refugio para miles de aves acuáticas.
La Alianza ya trabaja en el área conocida como el Paleocauce de los Olivillos, en el término municipal de La Puebla del Río, con el objetivo de restaurar 60 hectáreas de marisma, una acción urgente ante la drástica reducción de humedales, el descenso de las precipitaciones y la menor disponibilidad de agua, factores que afectan significativamente el cultivo de arroz en la zona. Estas condiciones, sumadas a la escasez de áreas inundadas en el Espacio Natural de Doñana, hacen de la Corta de Los Olivillos un área prioritaria para nuevas intervenciones de restauración.
En esta primera fase, Salarte ha iniciado la reinundación de 30 hectáreas de este emblemático paleocauce, que llevaban cuatro años sin recibir agua durante la temporada estival. Gracias a las autorizaciones obtenidas en mayo de 2024, Salarte implementó un plan técnico que ha asegurado una lámina de agua estable durante los meses de verano, coincidiendo con la época de cría y muda de numerosas especies de aves acuáticas. Las intervenciones incluyeron un bombeo inicial para garantizar la circulación de agua y gradientes adecuados en la columna de agua. Además, se contó con la colaboración clave de los arroceros, quienes aportaron agua decantada para recuperar el entorno ecológico de la madre vieja del Guadalquivir, el cauce original por donde navegaron Magallanes, Colón y muchas tripulaciones que cruzaron el Atlántico.
Esta primera etapa de recuperación es solo el comienzo. Salarte planea continuar con la restauración de las Cortas de La Isleta y Los Olivillos, expandiendo sus intervenciones a otras zonas del bajo Guadalquivir en los próximos años, consolidando su compromiso con la biodiversidad y la sostenibilidad. Además de la reinundación, el proyecto incluye la restauración de otras 30 hectáreas mediante la retirada de fangos y vegetación invasora, la integración de ganado para controlar parte de la vegetación en una primera fase, el desbroce manual, la creación de nuevos canales para alimentar la marisma seca y la adecuación de vetas, muros e islas centrales, que servirán como áreas de nidificación para aves acuáticas como las limícolas, que dependen de estos humedales para su supervivencia.
El proyecto no solo busca devolver un hábitat esencial a las aves y fauna acuática, sino también contribuir al equilibrio del Guadalquivir y sus marismas, restaurando un entorno perdido que afecta tanto a la fauna como a las comunidades humanas que dependen del río. Gracias al compromiso de agricultores y acuicultores de la región, esta primera fase de 30 hectáreas representa hoy un refugio y una fuente de alimento para especies amenazadas y en peligro de extinción. “No se trata solo de devolver a los patos lo que nunca debió arrebatárseles, sino de recuperar un equilibrio esencial en el ecosistema del Guadalquivir, garantizando que quienes viven y trabajan en sus orillas puedan seguir haciéndolo en el futuro”, señala Juan Martín, presidente de Salarte y promotor de la Alianza.
Tras un año de trabajo, los esfuerzos de restauración ya muestran resultados palpables. Actualmente, las 30 hectáreas reinundadas albergan cientos de patos coloraos, cuchara, porrones comunes y pardos, ánades frisos, azulones, cercetas comunes y pardillas, calamones, somormujos, zampullines, fochas, garzas imperiales, cigüeñuelas, avocetas, agujas colinegras y colipintas, pagazas, charranes y aguiluchos, entre otros taxones. Más de 3,000 aves descansan y se alimentan en estas marismas, que hoy representan un entorno propicio para su desarrollo.
Este éxito ha generado gran expectación en las comarcas. Alcaldesas como Lola Prósper (La Puebla del Río), Carmen Álvarez (Sanlúcar de Barrameda) y Modesto González (Coria del Río) han solicitado visitas técnicas para incluir nuevas marismas y zonas húmedas de sus municipios en la Alianza para su recuperación y gestión.
Beneficios y objetivos adicionales
- Impacto en la biodiversidad y la pesca local: Las marismas restauradas no solo son esenciales para numerosas especies de flora y fauna, sino que también fortalecen las pesquerías locales. Javier Garat, presidente de CEPESCA, advierte que “si no hay agua en la marisma, no hay pesca en el Golfo de Cádiz”.
- Mitigación del cambio climático: Estas zonas funcionan como tanques de tormenta, retienen agua, reducen inundaciones y capturan carbono, ayudando a combatir el cambio climático.
- Control de plagas: La reinundación también fomenta el equilibrio trófico, promoviendo la proliferación de especies insectívoras que controlan plagas como los mosquitos transmisores del virus del Nilo, según investigadores del CSIC.
- Producción sostenible: Según el científico José Pedro Cañavate, “cada hectárea de marisma rehabilitada produce una tonelada de alimentos al año”, contribuyendo al desarrollo económico y la fijación de población rural mediante empleos verdes.
El proyecto se erige como un ejemplo de cómo la restauración ecológica puede armonizar biodiversidad, desarrollo económico y bienestar social en un esfuerzo conjunto por un futuro más sostenible.
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