El apeadero de Río Arillo: eje clave del tranvía de la Bahía al enlazar con los trenes de Cercanías
La parada se convierte en una pieza vital del TramBahía al articular las correspondencias con los trenes en el trayecto entre Cádiz y Jerez
La mitad de los recorridos que parten de Chiclana se queda en este punto, desde donde hay que hacer transbordo para completar el recorrido hasta la capital gaditana
Casi 2.000 viajeros subieron al tranvía de la Bahía de Cádiz en su día de estreno
De los 37 trayectos que el tranvía de la Bahía realiza durante las jornadas laborales, 18 se quedan en el apeadero de Río Arillo, uno de los puntos clave del trazado desde el que no solo parte la conexión física con la vía del tren que permite completar el recorrido y llegar hasta la capital gaditana sino que también se vertebran las correspondencias con los trenes de Cercanías. Es lo que permite, por ejemplo, a un chiclanero que se monte en la parada de Pelagatos llegar hasta el aeropuerto de Jerez haciendo el correspondiente transbordo. O, a la inversa, que un vecino de Puerto Real se monte en un Cercanías para enlazar en este punto con el tren tranvía y terminar su recorrido en Chiclana. Esa era, de hecho, el caso de uno de los viajeros que hoy hacía uso del flamante medio de transporte a su paso por Río Arillo. "Estoy probando a ver qué tal...", explicaba.
Todo, en realidad, depende de los tiempos de espera y de las correspondencias, que por el momento no han dado problemas. En las poco menos de 24 horas que lleva funcionando el tranvía, los horarios estipulados se han ido cumpliendo.
La puesta en marcha del TramBahía en la jornada del miércoles incide también en el relevante papel que asume el apeadero de Río Arillo, que es el punto en el que mejor se visibiliza esa nueva movilidad que persigue el proyecto metropolitano al enlazar también con el servicio de Cercanías, lo que abre un nuevo abanico de posibilidades a los viajeros.
De hecho, la construcción del apeadero fue una de las actuaciones más complejas que tuvo que sortear el tranvía para su puesta en marcha. Y una de las obras más complicadas por las características físicas del terreno y por sus afecciones y cercanías a la CA-33 y al Parque Natural: con trenes y vehículos pasando constantemente, que obligaron a trabajar siempre de noche.
Ahora es el punto de destino de la mitad de los trayectos que parten de Pelagatos y atraviesan San Fernando. Así que para los viajeros que se dirigen hacia la capital gaditana -en estos casos, no así con los tranvías directos- no hay más remedio que bajarse y hacer transbordo, lo que se hace fácilmente sin tener que cambiar de andén. Simplemente hay que bajarse en una vía (la del tranvía, la 4) para esperar a que llegue el tren de Cercanías por la que está a su lado (la 2).
Las correspondencias están previamente establecidas y se pueden consultar en todas las paradas del tranvía. El tiempo de espera es normalmente de unos minutos. Por ejemplo, el tranvía que este miércoles ha llegado a las 10.52 horas ha enlazado con el Cercanías que ha parado en este punto a las 10.56, en el que los pasajeros han subido para continuar su trayecto hasta la capital gaditana. El anterior tranvía que se quedaba en Río Arillo, llegaba a este punto a las 10.14 y enlazaba con el tren a las 10.19 horas, si bien los tiempos de espera varían minuto arriba o abajo en función de la franja horaria y del encaje entre el TramBahía y los Cercanías.
Para algunos de los que este jueves se han subido "para probar" con el tranvía, que sigue dando sus viajes iniciales, este parón, a pesar de ser de tan solo unos minutos y podría equivaler a una parada larga, supone "una incomodidad". "Hay que enterarse bien de los que llegan directos a Cádiz", apuntaba uno de estos viajeros descartando la idea de los transbordos por parecerle una historia demasiado complicada. "Yo me he subido hoy para ver si me viene bien cogerlo para ir al trabajo", explicaba.
"Lo que pasa es que aquí no estamos acostumbrados a hacer transbordos, solo a los transportes directos. Pero esto es lo normal en muchas ciudades", insistía otro de los pasajeros al ofrecer otra versión en defensa del transporte público.
La vía férrea ocupa el espacio central del apeadero de Río Arillo en sus dos sentidos y, en los extremos, se emplazan las del tranvía. Para desplazarse entre ambas existe una plataforma peatonal en la que se puede subir también con ascensor y que permite cruzar con seguridad por encima de las vías del tren.
La ventaja del apeadero es, precisamente, su capacidad para enlazar con el Cercanías, no tanto para ir hacia Cádiz, que es algo que se puede hacer igualmente en la mitad de los recorridos del tranvía sin necesidad de bajarse, como para dirigirse hacia cualquier otra de las estaciones de Cercanías que cubren el recorrido entre este punto y Jerez. Eso sí, en este caso, las correspondencias no son tan ágiles.
Así, un chiclanero que se monte en el tranvía en Pelagatos a las 5.20 horas (el primer tranvía del día) llega a Río Arillo a las 6.08 horas y puede hacer transbordo con el Cercanías que pasa por ese punto a las 6.28 para terminar su trayecto en el aeropuerto de Jerez a las 7.11 horas. Aunque no siempre los tiempos de espera son tan largos, dependen -evidentemente- de la franja horaria y esa, a primeras horas, es la que brinda peores conexiones. Ese mismo recorrido se puede hacer en el tranvía de las 9.39 llegando a las 11.12 al aeropuerto y esperando 13 minutos en el apeadero.
O viceversa, el tren de Cercanías que sale de la estación de Jerez a las 8.30 horas llega a las 9.03 a Río Arillo y enlaza con el TramBahía en sentido hacia Chiclana a las 9.12. En este caso llegaría al final del trayecto, en Pelagatos, a las 9.58 horas.
Río Arillo es también el punto en el que se relevan los conductores del tranvía con los maquinistas de Renfe antes de adentrarse en la vía férrea o al dejarla atrás (en el caso de los trayectos que proceden de la capital), un cambio que se lleva a cabo durante el tiempo parada habitual, es decir, que no lleva más de unos minutos.
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