¿Por qué dedicar también el Faro de Trafalgar a las copas y el turismo?
polémica
Ecologistas y voces ciudadanas no entienden que la explotación de un lugar emblemático haya de pasar a manos privadas
El actual proyecto aún está pendiente de aprobación por parte de Demarcación de Costas
El Faro de Trafalgar ya tiene empresa para montar el restaurante y centro de interpretación
El Ayuntamiento de Barbate defiende la reconversión del Faro de Trafalgar
Pues fueron más de cinco mil muertos que el mar tragó o devolvió, parecido número de heridos. Los tres altos mandos que participaron en la batalla (Nelson, Gravina, Villenueve) fallecieron a consecuancia, ya fuera por las heridas, ya fuera suicidándose (el francés). Inscrita dentro de las guerras napoleónicas, la batalla de Trafalgar invitó a Tucídides a cenar y la balanza del mundo se inclinó hacia Inglaterra y el mundo anglosajón. Es mucho lo que nos contempla desde nuestro tómbolo.
El actual faro, que se remonta a 1860, se incluyó hace años dentro del proyecto Faros de España, concebido para dar otros usos a unas estructuras ya en su mayoría automatizadas. No obstante, el de Trafalgar es uno de los faros, por ejemplo, en los que no se permite la actividad hotelera. El edificio ya vio un anterior proyecto, concedido a Floatel, para desarrollar un hotel de lujo, que terminó parando Demarcación de Costas.
La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz–entidad de la que depende– volvió a sacar a concurso en 2019 la explotación del mismo. La licitación no pudo retomarse hasta 2023, debido al contencioso iniciado por la empresa adjudicataria de ese primer concurso.
Finalmente, a primeros de año, el BOE publicaba que las instalaciones del Faro de Trafalgar pasaban a ser gestionadas en forma de concesión a la empresa Pentágono Colón SL, Finalmente, a primeros de año, el BOE publicaba que las instalaciones del Faro de Trafalgar pasaban a ser gestionadas en forma de concesión a la empresa Pentágono Colón SL,la firma de los “hermanos Cebolla” que está detrás de varios locales de ocio en Sevilla.
"Nadie ha dicho que el proyecto del Faro de Trafalgar sea ilegal"
“Nadie ha dicho que el proyecto del Faro de Trafalgar sea una actuación ilegal –puntualiza Lola Yllescas, de Enebro Ecologistas en Acción–. Lo que decimos es que por el significado histórico, cultural y medioambiental que tiene el tómbolo de Trafalgar, nos parece que no merece convertirse en un espacio de uso privilegiado. No queremos que un sitio con el valor de Trafalgar se convierta en un espacio de uso privado”.
El proyecto ganador incluye, en principio, restaurante y centro de interpretación, pero ecologistas, vecinos y ciudadanos –reunidos bajo la plataforma El faro no se vende– son escépticos al respecto: “Van a tenerel bar funcionado hasta las dos –se teme Lola Yllescas– y, al fin y al cabo, no va a aportar nada distinto: un restaurante más de los muchos que hay por la zona. El trabajo que genere tampoco será tanto, como sabemos: fijos discontinuos y se acabó”.
“La cuestión –abundan desde Enebro– es por qué dedicar un sitio tan emblemático a las copas y al turismo. Esto forma parte de nuestro patrimonio e historia, pues vamos a dejarlo sin comercializar: conservemos al menos sitios con este rango”.
El patrimonio histórico en manos privadas, el epicentro de las protestas
Que la explotación de un emplazamiento histórico termine en manos privadas está en el núcleo de las protestas de ecologistas y vecinos:“No entendemos por qué ahora Puertos del Estado no puede seguir haciéndose cargo del faro, si lo ha hecho siempre –apuntan los ecologistas–. La Autoridad Portuaria no necesita dinero. No entendemos la necesidad de sacarlo al mercado económico”.
Una postura a la que se ha unido la diputada de Sumar por Cádiz, Esther Gil de Reboleño, que registró el pasado mes de febrero en el Congreso una pregunta al respecto. Cabe recordar que el proyecto aún no ha sido aprobado, pendiente todavía del dictamen –como ocurrió con el cacareado hotel de lujo– de Demarcación de Costas. No obstante, la respuesta gubernamental recoge que “el proyecto seleccionado desarrolla su diseño orientado a la minimización de los posibles impactos ambientales, tanto en la fase de construcción como de explotación e incluye documento ambiental con análisis y propuesta de medidas para garantizar la protección ambiental, del medio atmosférico, la fauna, la flora y el paisaje”.
Desde Autoridad Portuaria, indican que la actual concesión fue la mejor oferta de las cinco que se presentaron a concurso, teniendo en cuenta los cuatro criterios de selección: económico, el plan de explotación, el proyecto básico presentado y el estudio económico financiero. Dentro de la propuesta, “se plantea la contratación de 22 personas residentes en el ámbito de influencia del faro para la temporada baja que, en temporada alta puede llegar a 41, así como la posibilidad de contratación de personas mayores de 50 años, en situación de riesgo de exclusión social y paridad en la plantilla”, añaden.
Desde la APBC, también especifican que el establecimiento previsto se regirá “respetando los horarios que el municipio tiene fijados para este tipo de actividades”.
“En la zona, en agosto, hay restaurantes que cierran a las cuatro de la mañana”, apunta Estela, en nombre de la plataforma ciudadana. Entre sus líneas de protesta está el hecho de que la propuesta no responde a “las necesidades reales del pueblo: en la última década, desde Chiclana a Tarifa, hemos vivido un proceso de depredación turística muy fuerte. Esta protesta es un pie en pared, un hasta aquí hemos llegado, con esta dinámica en la que estamos viendo derribos de viviendas ilegales en El Palmar, una playa que se está semiprivatrizando, una macrourbanización en Zahora...”
“Estamos en un punto de saturación absoluta a nivel turísrico –abunda Lola Yllescas–, con una población que se multiplica por cinco en verano”. La zona de Los Caños pasa de 21.000 a 100.000 habitantes en el periodo estival.
Sin red ni agua potable en la zona del Faro de Trafalgar
“Y mientras –continúa Estela–, yo misma veo cómo esta propia iniciativa ha reunido a muchísima gente de la provincia, y de otros puntos, porque no hace falta ser de aquí para apreciar el valor de este lugar: pero luego no hay tantos vecinos. ¿Por qué? Porque se tienen que ir. Porque han dejado de estar aquí permanentemente, porque no hay una estructura sólida de trabajo: tu fuerza económica principal no puede ser el turismo. Mientras aquí no hay trabajo, ni agua potable, ni un red básica de saneamiento, hay voluntad para que sigan adelante proyectos como este”. El asunto de las aguas residuales en el entorno de Barbate y Zahara, de hecho, es una problemática eterna que vendría a solucionarse en parte con la construción de la nueva depuradora, que se prevé esté en marcha a mediados de 2026.
“Pedanías como El Palmar o Zahora y gran parte del litoral atlántico no tienen una gestión de residuos que funcione –indica Estela–. Y vendes un plan de turistificación con muchísimo dinero cuando ni siquiera me estás ofreciendo lo básico”.
Tampoco es que, al respecto, la licitación vaya mucho más allá de lo que son las actuales circunstancias. En el pliego de condiciones del concurso de adjudicación se especifica que “el Faro de Trafalgar no tiene agua potable”, sino que cuenta con el recurso de un pozo semisalobre en la carretera de acceso “que podrá ser utilizado por el adjudicatario, debiendo hacerse cargo este de su mantenimiento”. Igualmente, se admite que “las dependencias del Faro de Trafalgar no están conectadas a la red de saneamiento municipal”, así que, como mínimo, “el sistema de depuración deberá consistir en un fosa estanca”, de la que se retirarán las aguas periódicamente o se emplearán, depuradas, para riego.
En estos momentos, la zona del tómbolo de Trafalgar se está incorporando al Parque Natural de la Breña, pero ya por sí mismo es ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y lugar de interés comunitario, ya que pertenece a la Red Natura 2000: es decir, que cuenta con proteccion local, autonómica y europea. “Actualmente –continúa Yllescas–, tenemos un sistema dunar bien conservado, laguna temporal, plan de protección de aves... En caso de deterioro, tocará pedir cuentas al gobierno central”.
Y es que en esta escena entran en juego, también, las distintas competencias. Mientras que la construcción y el último tramo de acceso quedan bajo Autoridad Portuaria, el resto del entorno cae bajo jurisdicción de Demarcación de Costas. Así, “la zona de aparcamiento es exterior a la concesión, por lo que se restringe el acceso de vehículos”, indican desde la APBC, apuntando además que, entre las mejoras ofrecidas por el concesionario, “destaca un plan específico de limpieza de arenas en la carretera del faro y mejoras en la torre”.
Para la plataforma El faro no se vende, el subrayar los valores históricos y naturales dentro del proyecto forma parte de una estrategia, “cuando quien lo va a poner en marcha no es una empresa cultural, sino hostelera. Un centro de interpretación –continúan– es algo más que un espacio estanco, no es algo estático, cuentan de continuo con gente especializada”. De hecho, de los 838.850 euros de la inversión total que supone el proyecto, son 123.600 los que van a parar a este espacio. “Además –continúan– muy cerca hay una antigua torre vigía que también se vería afectada por la planificación”. La almenara de periodo medieval está catalogada, además, como Bien de Interés Cultural.
Estela destaca, además, la importancia que tiene el faro como símbolo de identidad para la zona: “La gente lo siente como algo suyo –comenta–. En el momento en el que lo expropias para el turismo, deja de asumirlo como propio”.
“¿Que quieres poner un restaurante en un lugar así? –prosigue–. Muy bien, hazme una buena gestión de residuos, respeta las restricciones, oriéntalo al público en primera instancia. Cuando tocas algo tan único, lo tienes que tener en cuenta”.
La propuesta tras diez años en el limbo
Con un coste total de 838.850 euros, el proyecto adjudicado a la empresa Pentágono Colón SL –pero aún pendiente de autorización– incluye dos espacios diferenciados. Así, dentro de la propuesta vencedora del concurso público, el Faro de Trafalgar acogería un centro de interpretación –con un coste de 123.600 euros– que se dividiría, a su vez, en dos espacios: uno interior, con una superficie de 100m2, donde se distribuirán vvarias salas expositivas relativas al propio faro y a la histórica batalla de Trafalgar; y otro exterior, complementario, donde también se analizarán la flora y la fauna autóctona, entre otros conceptos. Por su parte, el proyecto de restauración tendría al frente al chef Germán Franco, fundador de varios restaurantes en Sevilla. La oferta de restauración plantea una carta con productos propios tanto de la zona como de Andalucía, con especialidad en arroces y variedad de carnes y pescados.
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