Los mosquitos del Virus del Nilo en Cádiz: síntomas, cómo se contagia y prevención
Este lunes ha fallecido otra persona en Sevilla, que es la provincia más afectada
La Diputación de Cádiz aprueba la puesta en marcha de un servicio de detección y tratamientos de mosquitos en La Janda
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Este lunes se ha notificado una nueva muerte como consecuencia de la picadura del mosquito que transmite el virus del Nilo en Sevilla, hasta ahora epicentro de la crisis que también alcanza la provincia de Cádiz. La Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, a través de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, ha informado de que esta última semana se han confirmado seis nuevos casos de Virus del Nilo Occidental (VNO) en la provincia de Sevilla, uno de ellos con resultado de muerte. A ello se suma una infección más detectada en la localidad jienense de Linares.
La persona fallecida se suma a las otra seis víctimas registradas oficialmente con el virus como la causa principal del fallecimiento, además de una séptima en la que el impacto del mismo fue el desencadenante de su muerte, aunque no su causa. En Cádiz, por el momento se ha estrechado la vigilancia en los municipios de Tarifa, Barbate, Vejer, Benalup-Casas Viejas, Medina Sidonia y Jerez, donde se ha detectado presencia del virus en las capturas realizadas. De hecho, la Diputación de Cádiz ha aprobado la licitación del servicio de detección y tratamiento de mosquitos en la comarca de La Janda con un presupuesto de 173.573 euros. Con todo, el peligro está cerca y hay que estar alerta.
Síntomas
En el 80 por ciento de los casos, las personas que contraen esta enfermedad no presentan síntomas, mientras que el 20% restante sí que lo hacen, y se caracteriza por fiebre, dolores de cabeza, cansancio, dolores corporales, náuseas, vómitos y, a veces, erupción cutánea (del tronco) y agrandamiento de ganglios linfáticos.
En cuanto a los síntomas de afección grave (también llamada enfermedad neuroinvasora, como la encefalitis o meningitis del Nilo Occidental o poliomielitis del Nilo Occidental) son dolores de cabeza, fiebre elevada, rigidez de nuca, estupor, desorientación, coma, temblores, convulsiones, debilidad muscular y parálisis. Se calcula que aproximadamente 1 de cada 150 personas infectadas llegan a padecer una afección más grave. Esta puede presentarse en personas de cualquier edad, si bien los mayores de 50 años y las personas con inmunodeficiencia tienen el mayor riesgo al respecto. El periodo de incubación suele durar entre 3 y 14 días.
Contagio
El Virus del Nilo suele ser el resultado de las picaduras de mosquitos que se infectan cuando pican a otras aves ya infectadas, en cuya sangre circula el virus durante algunos días. El virus pasa a las glándulas salivales del mosquito, que cuando pica puede inyectar el virus a los seres humanos y los animales, en los que luego se multiplica y puede causar enfermedad.
Se transmite también por el contacto con otros animales infectados o con su sangre u otros tejidos. De hecho, se han producido unos pocos casos de infección en seres humanos por trasplantes de órganos, transfusiones sanguíneas y a través de la leche materna e incluso se ha notificado un caso de transmisión transplacentaria de la madre al feto.
Hasta la fecha no se ha confirmado ningún caso de transmisión de persona a persona por el contacto social ordinario; tampoco se ha producido la transmisión del virus al personal sanitario cuando se toman las precauciones ordinarias de control de infecciones, aunque se conocen casos de transmisión del virus a personal de laboratorio.
Prevención
La principal medida es la concienciación sobre los factores de riesgo y la educación con respecto a las medidas que pueden adoptar para reducir la exposición al virus.
- Protección personal y comunitaria contra las picaduras de mosquitos mediante el uso de mosquiteros, repelente de insectos, uso de ropas de color claro (camisa de manga larga y pantalón) y evitar las actividades al aire libre en horas en que los mosquitos pican más.
- Reducir el riesgo de transmisión de los animales a los seres humanos. Hay que usar guantes y otras ropas protectoras cuando se manipulan animales enfermos o sus tejidos y durante las operaciones de matanza de animales.
- Reducir el riesgo de transmisión por transfusión sanguínea o trasplante de órganos. Es decir, las restricciones a la donación de sangre y órganos y las pruebas de laboratorio para el tamizaje se deben considerar cuando hay brotes epidémicos en las zonas afectadas, una vez que se haya evaluado la situación epidemiológica local o regional.
Tratamiento
- Una vez infectado, como aún no hay vacunas para contrarestar el viruso, el tratamiento de los pacientes afectados consiste en la hospitalización, administración de líquidos por vía intravenosa, apoyo respiratorio y prevención de infecciones secundarias.
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