Relevo en el PSOE-A: Varios 'huérfanos' y ningún delfín en Cádiz

La marcha de Espadas deja a la intemperie a dirigentes como Rafael Márquez, Irene García o el alcalde de Rota

Todas las familias que conviven en el PSOE gaditano aplauden la llegada de María Jesús Montero, que carece de una persona de total confianza en la provincia de Cádiz

María Jesús Montero, rodeada de dirigentes del PSOE de Cádiz tras un Foro Joly celebrado en la capital gaditana el pasado mes de febrero.
María Jesús Montero, rodeada de dirigentes del PSOE de Cádiz tras un Foro Joly celebrado en la capital gaditana el pasado mes de febrero. / Jesús Marín
Francisco Sánchez Zambrano

10 de enero 2025 - 05:59

Satisfacción general, sí, pero con algunos matices. La llegada de María Jesús Montero a la dirección del PSOE de Andalucía –a falta sólo de confirmación oficial– ha sido bien recibida por las diferentes familias que conviven en el socialismo gaditano, principalmente porque entienden que su figura puede aportar más garantías de éxito al partido con las vistas puestas en las elecciones andaluzas que se celebrarán en principio a mediados de 2026. Desde ese punto de vista, se puede afirmar que en la provincia no hay ni derrotados ni vencidos, aunque también es verdad que la marcha de Juan Espadas deja algunos huérfanos en el PSOE gaditano, dirigentes que tenían en el secretario general saliente a su principal valedor.

En este punto, los principales damnificados por la caída de Espadas son tres: el roteño Rafael Márquez, Irene García y, en menor medida, el alcalde de Rota, Javier Ruiz. Los dos primeros son actualmente parlamentarios andaluces precisamente por su afinidad con Espadas, que medió para que ocuparan puestos de salida en la candidatura del PSOE por Cádiz al Parlamento andaluz en las últimas elecciones autonómicas. Márquez es amigo personal de Espadas desde que ambos coincidieran en el Ayuntamiento de Sevilla, uno como alcalde y otro como cargo de confianza. Y a Irene García la aupó a la vicepresidencia segunda del Parlamento andaluz en agradecimiento a aquella arriesgada maniobra de 2021, cuando siendo la líder del PSOE gaditano rompió con Susana Díaz para apoyar a Espadas en las primarias que le llevaron a la secretaría general del PSOE-A.

Y aparte está el caso del alcalde de Rota, Javier Ruiz Arana, también amigo personal de Espadas y a quien éste empujó para intentar convertirlo en secretario general del PSOE de Cádiz, aunque finalmente ambos tuvieron que conformarse con un papel secundario como vicesecretario general del partido. Ruiz Arana es un activo evidente para el PSOE gaditano por su mayoría absoluta en el Ayuntamiento roteño pero también es cierto que se queda ya sin un padrino en instancias superiores para optar a otras responsabilidades.

Cuando María Jesús Montero se convierta en la máxima autoridad del PSOE andaluz –el 1 de febrero si hay primarias o antes si el otro aspirante, Luis Ángel Hierro, retira su candidatura o no reúne los avales necesarios– empezarán a vislumbrarse los cambios que querrá aplicar tanto en la dirección del partido como en el Grupo Socialista en la Cámara andaluza. En este segundo ámbito no se espera ninguna revolución, a la vista de que sólo faltará poco más de un año para unas nuevas elecciones, aunque seguro que sí aplicará alguna variación en cargos relevantes del grupo para que se visualice esta nueva etapa en el socialismo andaluz. En este punto, no se prevé el relevo de Irene García en la Mesa del Parlamento, aunque, a priori, sí parece más complicado que Rafael Márquez continúe como portavoz adjunto del Grupo Socialsta.

Y en lo referente a la parte orgánica, María Jesús Montero llega sin un delfín en la provincia de Cádiz, es decir, que carece de una persona de total confianza a la que se pueda situar de manera directa en su equipo de colaboradores más cercanos en la sede sevillana de la calle San Vicente. Esa afinidad que era la que por ejemplo tenía Juan Espadas con Rafa Márquez, no existe en la actualidad con ninguno de los dirigentes del PSOE de Cádiz, ni siquiera con Fran González, que es con quien más contacto ha mantenido al ser éste delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Cádiz, un organismo dependiente del Ministerio de Hacienda que Montero dirige desde junio de 2018.

Independientemente del habitual baile de nombres que se produce cuando llega un nuevo dirigente a la cúpula de cualquier partido político, lo cierto es que las dos corrientes que están llamadas a disputarse el control del PSOE de Cádiz en el congreso provincial que se disputará entre marzo y abril se sienten validadas tras el aterrizaje de Montero.

Los oficialistas, que dirigen actualmente el partido en la provincia, sacan pecho no tanto por la llegada de Montero y sí más por el adiós de Espadas. Precisamente, el secretario general del PSOE de Cádiz, Juan Carlos Ruiz Boix, llevaba tiempo reclamando cambios en la dirección regional del partido, sobre todo desde la derrota de las elecciones europeas del pasado mes de junio. De una manera u otra, los oficialistas de Cádiz consideran que este cambio en la cúpula del partido en Andalucía viene a respaldar sus tesis.

Pero no hay pesimismo en la corriente crítica que reúne a lo que era el irenismo y a lo que es el romanismo. Bien al contrario, este grupo entiende que la llegada de Montero servirá para afianzar el trabajo que ha venido desarrollando la dirección del PSOE andaluz en los últimos tres años. Y para eso se aferran al hecho de que Juan Espadas no se ha ido del todo, como se pudo visualizar en el acto de relevo celebrado la tarde del miércoles en Sevilla, donde acompañó en todo momento a Montero. De un modo u otro, destacan estos críticos, Espadas seguirá influyendo.

Luz verde al pulso por el control del partido en la provincia de Cádiz

A María Jesús Montero no le ha dado tiempo aún de pensar en las estructuras provinciales del PSOE en Andalucía. De momento se ha limitado a aterrizar, a lanzar sus primeros mensajes y ahora tocará cerrar su equipo de colaboradores en la dirección regional del partido y en el Grupo Socialista en el Parlamento andaluz. Será después cuando toque pensar en las ocho direcciones provinciales.

Sin embargo, y pese a que este capítulo no se ha abierto aún, en Cádiz se da por hecho que Montero dará luz verde al pulso que se espera en el congreso provincial de marzo o abril entre oficialistas y críticos para dirimir cuál de las dos corrientes se hace con el control del PSOE en el territorio gaditano.

Es una evidencia que a ningún líder le gusta que haya varias candidaturas en liza. Todos preferirían que hubiera una sola opción que aglutine a la mayoría de la militancia. Pero eso es una quimera que ahora ni se da en Cádiz ni en otras provincias andaluzas.

Así que todo apunta a que en primavera los socialistas gaditanos tendrán que elegir entre la continuidad de Ruiz Boix en la secretaría general o la llegada de un representante de la corriente alternativa, llámese Jaime Armario u otro dirigente. Otra cosa sería que Montero presionara para cerrar una ejecutiva de consenso, algo que logró Juan Espadas a finales de 2021 al incluir al alcalde de Rota, Javier Ruiz, como vicesecretario general, pero que, visto lo visto, no deparó el consenso esperado.

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