"El vecino verá normal que le suban tres euros al mes el recibo del agua"
Andrés Díaz | Presidente del Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana
El responsable del Consorcio encargado de llevar agua a un millón de gaditanos insiste en la necesidad de subir unas tasas "que son las más baratas de Europa" para garantizar el suministro
"La sequía ha hecho que ahora haya que tratar mucho más el agua para que sea apta para el consumo humano"
"Hacen faltas más instalaciones para que cuando vuelva a llover no se pierda tanta agua como años atrás"
El Consorcio de Aguas anuncia la subida de sus tasas para realizar nuevas inversiones
Andrés Díaz, elegido en Jerez nuevo presidente del Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana
Jerez/Desde mediados del pasado agosto, el Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana tiene un nuevo presidente en la persona de Andrés Díaz, de 40 años, del partido Andalucía por Sí (AxSí), propietario de una pequeña empresa de construcción que lleva su nombre y concejal desde 2011 en Paterna de Rivera, un municipio del que llegó a ser alcalde en el último mandato corporativo (2019-2023).
Al relevar en la Presidencia del Consorcio a Jorge Rodríguez, ex alcalde de Trebujena y coordinador provincial de IU, Andrés Díaz asume una responsabilidad importante en un momento crítico debido a la sequía actual. No es quien decide si se cierra o no el grifo, porque esa es una competencia exclusiva de la Junta de Andalucía, pero sí es quien debe velar para que todos los días se repita lo que él llama “el milagro del agua”, es decir, que el casi millón de habitantes que residen en los 20 municipios incluidos en este Consorcio tengan agua cada vez que abran el grifo.
–La diferencia entre ser alcalde y presidir este Consorcio de Aguas debe ser abismal.
–Pues sí, no tiene nada que ver. Aquí se gestiona, y se gestiona además algo muy importante, porque le damos agua a casi un millón de habitantes. Pero una Alcaldía son 200.000 problemas al día que te consumen muchísimo porque te vuelcas por intentar buscar soluciones. Presidir este Consorcio es un reto que afronto con mucha ilusión y muchas ganas. También es cierto que me ha tocado una época muy mala, con una sequía histórica peor incluso que la de 1995.
–¿Cómo llega usted a este cargo?
–Mi partido, AxSí, y el PP cerraron varios acuerdos de gobierno en ayuntamientos como los de Conil, Ubrique, Barbate, Villamartín o Paterna, pero en ningún momento se habló del Consorcio de Aguas. Y era normal porque hasta que no se constituyeron los gobiernos municipales no se pudo saber cómo quedaba la asamblea del Consorcio. A partir de ahí vi que ningún partido tenía mayoría absoluta en este organismo y como a mí el Consorcio me despertó mucha curiosidad en mi etapa de alcalde, pues me animé, se lo planteé primero a mi partido y luego a las otras formaciones políticas, y todas vieron bien mi candidatura y me votaron, excepto el PSOE, que se abstuvo aunque sin plantear otro candidato.
–Pues el secretario provincial del PSOE, Juan Carlos Ruiz Boix, incluyó su nombramiento en lo que él consideraba una OPA hostil que el PP le estaba haciendo AxSí.
–Me da rabia que haya políticos como Ruiz Boix que se aventuren a decir que este cargo me lo han regalado. A lo mejor la línea política de este señor es esa y no entiende que haya personas que seamos honradas, leales y que no queremos nada regalado. A mí nadie me ha dado nada ni me gusta recibir cosas gratis. Todo lo que tengo lo he peleado y no vivo de la política. A mí mis vecinos me dieron su confianza para ser concejal, después me postulé al Consorcio porque no había mayorías y ya está. Todo con total transparencia. Ruiz Boix se ha aventurado en sus críticas posiblemente porque él entiende que la política es así, que yo te doy a cambio de algo, pero todos no somos así. Si yo fuera así ahora seguiría de alcalde porque el PSOE me iba a votar para que no saliera elegido el candidato del PP. Pero por coherencia y por principios yo eso no podía aceptarlo.
–Históricamente el Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana ha sido noticia por las numerosas roturas de tuberías que suelen originar cortes en el suministro, y por las protestas laborales. ¿Ambas cuestiones siguen latentes o están ahora solapadas por la sequía que padecemos?
–Esos problemas siguen latentes. Hay que tener en cuenta que nuestras conducciones son muy antiguas, de los años 60, y están obsoletas, y nuestra cuadrilla no da abasto reparando averías. Y, por otro lado, aquí históricamente el tema laboral ha sido un problema, porque hay muchas plazas en la plantilla sin cubrir. Pero aquí estamos para intentar dar soluciones a ambas cuestiones.
–¿Y esa plantilla no se puede aumentar?
–No es que se pueda aumentar, es que hay que hacerlo. En esta plantilla, de unos 110 trabajadores aproximadamente, se han ido jubilando operarios y no se han sustituidos. Creo que en esta cuestión la gestión del Consorcio se ha dejado un poco a la deriva porque las plazas están, la consignación presupuestaria también está y sólo queda hacerlo, que es en lo que estamos ahora. Aquí hace falta una RPT (Relación de Puestos de Trabajo) porque la plantilla está haciendo muchos turnos, está trabajando muy forzada.
–Para evitar las continuas roturas de las tuberías que originan cortes de suministro en los municipios afectados, ¿no es posible hacer una sustitución integral de todas ellas?
–Pensar en sustituirlas es imposible porque supondría una inversión brutal. Es que son muchísimos kilómetros de tuberías, desde Guadalcacín y Los Hurones hasta toda la costa, desde Trebujena hasta Tarifa. Eso sería una locura. Hay aprobado un proyecto de reparaciones que está acordado con la Junta y de una inversión muy grande, de cerca de 550 millones de euros, y hasta ahora se ha invertido una parte muy pequeña. Hay muchas averías y roturas. Las de arterias de gran nivel son pocas, afortunadamente, pero las roturas pequeñas son más habituales. Y a veces no da tiempo a cubrirlas todas, pese a que nuestra cuadrilla trabaja a marchas forzadas. Puedo decir con satisfacción que el equipo de las brigadas hace un trabajo magnífico y es el mejor patrimonio que tiene este Consorcio. Ellos hacen que la magia de abrir el grifo y que salga agua potable se produzca.
–Es decir, que el Consocio necesita inversiones como el comer.
–Es lo que desde el primer momento le llevo pidiendo a los representantes de los ayuntamientos en la asamblea general. De ahí la propuesta de subida de tasas que ahora estamos negociando. Es que es necesario para actualizar las nóminas del personal pero también para las inversiones, para mantenimiento, para energía, para productos químicos, cuyos costes se han multiplicado por dos o por tres desde 2017. Y, por supuesto, está el tema de la sequía que lo que ha hecho ha sido incrementar los costes de productos químicos y de personal porque ya el agua no llega con tanta calidad como antes y necesita muchos más productos para que sea apta para el consumo humano.
–¿Y los ayuntamientos han aceptado de buen grado esa subida de las tasas o ha habido rechazo?
–Hay de todo. También hay algunos que no terminan de verlo.
–¿Cómo cuál?
–No, no, prefiero no señalar a ninguno.
–¿Y está usted convencido de que saldrá aprobada esa subida de las tasas?
–Seguimos negociando y mi idea es elevarla a la asamblea cuanto antes, porque tiene que ser aprobada por mayoría absoluta. Yo lo que tengo claro es que este Consorcio necesita dinero y, en mi humilde opinión, creo que esta actualización de las tasas se tendría que haber hecho como mínimo hace cuatro años. Los cánones que tenemos que abonar a la Junta de Andalucía, con la subida de ellos, es algo que tenemos que incrementar en la tasa por imperativo legal. Es que llevamos muchos años sin subir las tasas que, por cierto, son las más baratas de toda Europa. Yo sólo soy el presidente elegido por los ayuntamientos y mi cometido es exponer la situación actual y decirle a los alcaldes y concejales que hay que tomar cartas en el asunto porque ya vamos tarde. A partir de ahí ya le toca a la responsabilidad de los miembros de cada ayuntamiento aquí representados. Es verdad que ha habido algunos posicionamientos contrarios a la subida. También me han llegado algunas informaciones de que a lo mejor es que hay algunos ayuntamientos o gobiernos a los que les interese más que esto sea algo privado y no público. Pero es que aquí no estamos hablando de cortar un árbol o de arreglar una plaza. Estamos hablando del agua, que es un bien primordial. El agua es vital y en la coyuntura histórica actual, con la sequía que sufrimos, con unas instalaciones muy dejadas, con el parque de vehículos sin renovarse desde hace muchos años, pues todo eso necesita inversiones. Desde aquí tenemos claro que hay que hacer un ejercicio de conciencia y por supuesto hay que tomar cartas en el asunto y ser responsables porque no hay nada más importante para el día a día que agua en nuestras casas.
–¿De aprobarse esa subida de tasas ¿la tendría que asumir obligatoriamente la ciudadanía?
–Será cada ayuntamiento el que decida si esa subida repercute o no en la ciudadanía pero lo normal es que sea así, claro. Pero es que yo creo que si a un vecino le suben el recibo del agua tres euros al mes lo va a ver normal porque, por ejemplo, hemos estado pagando la luz cuatro veces más de lo que lo hacíamos antes, y el litro de aceite lo pagamos tres veces más caro, y por un kilo de patatas pagamos ahora dos o tres veces más, y lo mismo pasa con la gasolina. Entonces que subamos el recibo del agua un 10% creo que es entendible. Insisto, tenemos el agua más barata de toda Europa y es normal que se suba el recibo del agua.
–¿Cree usted que llegaremos a sufrir restricciones como las que vivió esta provincia hace tres décadas? ¿Qué margen tenemos si no llueve con cierta regularidad?
–Como dije antes, estamos en un momento histórico, con una sequía mucho peor que la de 1995. Si ahora no ha habido restricciones es porque se creó el pantano de Guadalcacín y se hizo el trasvase del Guadiaro al Majaceite. Sin esas obras posiblemente ahora no tendríamos agua. La decisión de si hay o no restricciones es del comité de sequía de la Junta, que es precisamente el que aprobó la reducción de un 20% en el consumo humano, que ahora estamos implantando, y de un 50% regadíos. Nosotros somos una herramienta que tiene el cometido de coger ese agua, depurarla y llevarla a todos los grifos de los municipios consorciados. Si la situación se agravara pues me imagino que se tomarán medidas más duras ¿Cuándo? Con las últimas restricciones y si todos los ayuntamientos cumplen, aunque tienen que hacerlo por ley, creo que al menos podríamos llegar hasta verano con las medidas actuales.
–El Consorcio ha iniciado una campaña de sensibilización sobre la necesidad de ahorrar agua. ¿Eso no se hacía hasta ahora?
–Yo creo que no, pero si se hacía sería de una manera muy tímida porque a mí no me llegó nada. Nosotros hemos iniciado esa campaña de concienciación porque la política de ahorro del agua es clave. Estamos empezando ya esas campañas en los colegios y ya hemos hablado con el rector de la UCA recién elegido para hacer lo propio en la Universidad. Lo que queremos sobre todo es que la gente conozca cómo funciona el ciclo del agua, porque hay mucha gente que lo desconoce aún.
–Parece mentira pero hace apenas una década, en la primavera de 2013, todos los pantanos de la provincia estaban desembalsando agua, incluido el de Guadalcacín, que no lo había hecho hasta ese momento.
–Volvemos a lo mismo. Si aquí se hicieran las inversiones necesarias, podríamos contar con más instalaciones para eso, para que, si este año o el que viene llueve mucho, no se pierda tanta agua y no se deje en olvido los momentos malos que estamos viviendo ahora. Le pongo un ejemplo: en la Sierra de San Cristóbal, en El Puerto, tenemos construido un depósito que no está activo, que no está cargando agua. Y eso hay que recuperarlo, porque se dejó olvidado. Y también hay que ir actualizando las instalaciones y las maquinarias que tenemos. O las llaves de paso, que son antiquísimas.
–¿Y es usted partidario de construir desaladoras?
–Creo que sería una magnífica opción y más en Cádiz donde tenemos el agua del mar ahí al lado. Es algo de lo que no se está hablando pero que se podría ir poniendo encima de la mesa. Estoy pensando sobre todo en el consumo agrícola, que se lleva un porcentaje muy amplio de agua.
–De cero a diez, y siendo diez la puntuación más alta, ¿cuánto le preocupa la sequía?
–Yo soy por lo general muy optimista, aunque es verdad que hace un mes era más optimista que ahora. Pues digamos que mi preocupación por la sequía llega a un siete. Pero si me hace la pregunta en referencia a la situación económica del Consorcio y a la necesidad que hay de invertir, ahí la preocupación me subiría hasta un ocho.
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