Cada vez más, y más jóvenes

Casas de apuestas

La proliferación de estos establecimientos y, sobre todo, de la modalidad on line favorece que haya bajado la edad de las personas adictas al juego

Tamara García

14 de octubre 2018 - 01:32

Cádiz/El dato y el testimonio, ambos son iguales de demoledores. "Aumenta en un 60 % con respecto al pasado año el número de personas que han acudido a algún centro de la Federación Andaluza de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Fejar) para iniciar su tratamiento", indica la cifra. "Estamos viendo lo que nunca, chicos y chicas que acuden a los grupos con menos de 30 años, y no son pocos... Las casas de apuestas deportivas y la posibilidad de apostar a través del ordenador o del móvil, de los adelantos de la tecnología, está destrozando a nuestros hijos", sentencia la madre de un joven jugador de nuestra provincia. Escalofriante la cifra; tremendo el testimonio. "Y no pasa nada, parece que no pasa nada, los famosos, muchos de ellos ídolos para los jóvenes, se prestan a hacer anuncios de estos negocios, las televisiones emitiendo por la noche programa de apuestas, anuncios a todas horas del día... Ellos ganando dinero a costa de la ruina de nuestras casas".

En la de esta vecina de San Fernando la desgracia entró hace algo más de dos años, un día disfrazado de otro cualquiera, cuando la pareja de su hijo se presentó frente a ella con una frase lapidaria en los labios: "Ya no puedo más".

Un resumen, un titular, la punta de un iceberg que escondía una historia sumergida durante años que dejó helada a la madre de un joven que tenía 33 años en aquel momento. "Mi hijo era adicto al juego, me dijo su pareja, y lo era desde hacía años, desde los veintitantos y que ella ya no podía más, no podía más con las mentiras, con los cambios de humor, con las deudas... El mundo se me vino abajo, yo no sabía nada, como se dice, fui la última en enterarme, y empezó el calvario, un calvario que él ya llevaba tiempo soportando porque el juego es una enfermedad".

La ruleta y las apuestas, físicas y on line. "Creo que iba por ahí la cosa". ¿Qué hago? ¿Cómo afrontamos esto? Se abrió el abismo bajo sus pies pero, afortunadamente, su hijo ("destrozado, estaba destrozado") quiso darle la vuelta a la situación ("lo importante, como en cualquier otra adicción, es que la persona quiera hacer algo, sino, nada podemos hacer los que estamos cerca").

Así, entraron en contacto con los grupos de familia Gam-Anón donde recibieron apoyo tanto el afectado como su madre. Se trata de grupos de apoyo donde se practica la terapia espejo. No hay terapeuta sino que son los propios protagonista de la pesadilla los que se reúnen, cuentan sus experiencias y se apoyan, sin menoscabo de que el enfermo reciba su tratamiento psicológico o psiquiátrico de manos profesionales. Hay grupos de familiares y grupos de adictos. Por separado y con el anonimato asegurado.

"Mi hijo al menos conservó el trabajo pero todo lo demás lo perdió. Se quedó sin nada, bueno sí, con muchas deudas que intentamos agrupar y resolver pero claro, tampoco puedes quitarle el problema económico porque ellos tienen que ser conscientes y responsables también de las consecuencias del juego", reflexiona esta madre que habla serena pero con un poso de tristeza en su voz de los problemas de autoestima y de inseguridad que desarrolla el adicto y del injusto pero "irremediable, a veces, sentimiento de culpabilidad" de los familiares. ¿Cómo no me di cuenta? ¿Podría haber hecho algo para evitarlo? "Hasta te cuestionas como madre, pero todo estos sentimientos también se trabajan en el grupo".

Su hijo comenzó bien la rehabilitación, con el grupo y con apoyo profesional psicológico, pero recayó ("esto no se quita, tienen que luchar contra ello todos los días"). Afortunadamente, el tropiezo no le dejó sin fuerzas para volver a levantarse y a día de hoy el chico lleva "algo más de un año sin jugar".

Esta vecina de San Fernando ha tenido que vivir "esta terrible situación" en sus propias carnes ("porque así duelen las de tu hijo, como las tuyas") pero también es testigo de relatos muy parecidos al que se sufre en su hogar.

"Te puedo decir que cada vez vemos a gente más joven cayendo en esto. Hay en toda la provincia madres y padres de chicos también con veintitantos años , y de chavalas, ¿eh?, que el juego no mira ni hombre ni mujer. Y todas las madres te pueden contar lo mismo, que los ven con el móvil y se creen que están hablando o que si le han notado cambios de humor, pero crees que es que se ha peleado con el novio o con la novia, o que son los cambios propios de cuando van dejando la adolescencia... Y lo que están es apostando o jugando al póker, que también hay muchos problemas con el tema de las cartas".

Este mismo diagnóstico es el que ofrece una gaditana cuyo marido lleva "con el juego retenido" desde hace 10 años pero que sigue acudiendo al grupo de Cádiz, en parte, "para ayudar a las personas que vienen nuevas igual que a nosotros nos ayudaron en su momento".

Su caso es el paradigma de un tiempo. Y es que si en los últimos años el nuevo brote de ludopatía se localiza en los juegos on line y las casas de apuestas deportivas, este gaditano que ahora tiene 65 años es adicto "a las maquinitas", dice su esposa. A las implacables tragaperras.

Diferente adicción, mismo perfil. "Es igual en todos los adictos, si tienen que mentir, mienten, si tienen que robar, roban, se destrozan a ellos mismos y arrastran con lo que hay a su alrededor porque esto es una enfermedad, ¿sabes hija?, hay gente, a veces incluso de los propios círculos familiares, que no lo entienden, un vicio dicen, pero es más fuerte y más penoso que eso, es una enfermedad, ellos sienten el impulso y con los tratamientos y el grupo lo que les ayuda es a intentar controlarlo, a retenerlo, pero el gusto es difícil de que se quite", explica.

La de esta gaditana y su marido es una historia de esperanza porque este hombre logró recuperar a su familia, recuperar a sus hijos, aunque antes tuviera que tocar fondo y atravesar todo un desierto hasta que decidió comenzar su proceso de rehabilitación con cincuenta y tantos años. "Todavía hay muchas personas mayores, sí, que tienen el problema con las maquinitas, con los casinos, pero es que estamos viendo en los grupos de toda la provincia el tema de los jóvenes y de verdad que estamos muy preocupados".

Una inquietud que Gam-Anón comparte con diversas asociaciones que tratan la ludopatía en nuestro territorio que ya han dado la voz de alarma sobre el incremento del número de adictos al juego y del aumento de la precocidad de los jugadores. De hecho, muchos son los que piden la limitación de las casas de apuestas y la vigilancia policial sobre ellas, ya que se ha detectado que muchos prestamistas acuden a las puertas de estos lugares para aprovecharse de la desesperación del jugador. "Sí, todo eso está muy bien pero, "¿qué hacemos con el ordenador, qué hacemos con el teléfono y con esa televisión todo el día bombardeando?", se preguntan los familiares de estos enfermos. Y callamos.

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