El teatro instrumental de Haendel
Novedades discográficas | Un Haendel español
Al frente del Mediterrània Consort, el flautista valenciano David Antich graba para IBS Classical la integral de las 'Sonatas para flauta dulce' de Haendel
La ficha
Complete Recorder Sonatas
Georg Friedrich Haendel (1685-1759)
Sonatas para flauta dulce y continuo en re menor HWV 367a / en fa mayor HWV 369 / en la menor HWV 362 / en do mayor HWV 365 / en si bemol mayor HWV 377 / en sol menor HWV 360
Mediterrània Consort
David Antich, flautas dulces y dirección
Ignasi Jordá, clave y órgano
Juan Carlos de Mulder, archilaúd y guitarra barroca
Leonardo Luckert, violonchelo
IBS Classical
En sus años de gloria londinenses, a la par que triunfaban sus producciones para la Royal Academy of Music(1720-28), Haendel se dedicó a escribir buena parte de su producción de sonatas. Editorialmente, este apartado de su música resultó caótico, pues a principios de la década de 1730, John Walsh publicó un par de colecciones llenas de piezas espurias, añadidos y arreglos arbitrarios para hacerlos atractivos a intérpretes de instrumentos diversos. Las ediciones posteriores partieron de Walsh. Si a ello se añade el continuo reciclaje de música anterior que practicaba el compositor, es normal la general confusión que mostraran durante mucho tiempo lo mismo intérpretes que aficionados.
La moderna investigación musicológica ha ido poco a poco desbrozando el terreno hasta aclarar la mayor parte de las incógnitas sobre la producción camerística del músico. Así, hoy sabemos que son seis las sonatas que Haendel dedicó específicamente a la flauta dulce, un instrumento que había tenido gran predicamento en Inglaterra desde el primer tercio del siglo XVI, asociado habitualmente a la muerte, pero que en el XVIII tornó más hacia lo pastoril a la vez que empezaba a ser sustituido en el gusto por la flauta travesera.
En estas seis obras dominan las formas corellianas de la sonata da chiesa (con excepciones), pero están alimentadas por recursos de todo tipo, capaces de crear extraordinarios contrastes dramáticos, como trasladados de las escenas operísticas (en algunos casos, las citas de temas líricos resultan explícitas). El flautista valenciano David Antich las ha grabado para el sello IBS Classical acompañado por un continuo a base de teclado (Ignasi Jordá, que alterna órgano y clave), cuerda pulsada (Juan Carlos de Mulder, con archilaúd y guitarra) y violonchelo (Leonardo Luckert) en la que, si no me equivoco, es la primera integral de un músico español. La exuberancia sonora, bien equilibrada con un fraseo de articulaciones nítidas, pero sinuoso, está en la base del éxito indiscutible de la propuesta.
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