Ken Follett cree que los medios mentirosos "ponen en peligro la democracia"
Entrevista | Literatura
El escritor galés participa en el Hay Festival de Segovia, donde conversa sobre sus gustos literarios y su forma de trabajar y, claro, sobre castillos y catedrales.
Segovia/Insatisfecho por naturaleza, Ken Follett defiende la necesidad de reinventarse constantemente y, aunque es algo que también están haciendo los medios de comunicación, lamenta que esta revolución permita hoy recurrir a unas mentiras que a su juicio "ponen en peligro la democracia".
Follett (Cardiff, Reino Unido, 1949) ha efectuado su última parada este fin de semana en Segovia para participar en el encuentro internacional Hay Festival, donde ha asegurado que los medios de comunicación son necesarios para que la gente "conozca la verdad y sea realmente libre".
Remontándose a los años 70, en los que él mismo ejercía el oficio del periodismo (South Wales Echo y Evening Standard), recuerda que los tabloides podían contar la información con tintes más sensacionalistas, pero nunca recurrir a mentiras o noticias falsas, como hacen hoy en día los periódicos, televisiones y radios en EEUU, contribuyendo así a "obstaculizar" la democracia.
"Uno nunca termina de estar satisfecho"
Con más de 160 millones de libros vendidos y una trayectoria profesional que supera las cuatro décadas, Follett asegura que "uno nunca termina de estar satisfecho" y bromea con que todavía existen escritores como Dan Brown que venden más que él.
Por eso, uno de sus principales objetivos es escribir un libro que consiga cautivar a los lectores de tal forma que tenga una repercusión incluso mayor que su obra maestra, Los pilares de la Tierra, con más de 26 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
Si algo tiene claro este creador es que para escribir un best seller el ingrediente fundamental consiste en que el relato evolucione constantemente, ya que "cuando un libro aburre, algo falla"; por eso advierte de que en toda novela tiene que pasar algo nuevo cada cuatro, cinco o seis páginas.
La intriga es, a su juicio, otro de los elementos indispensables al margen de la temática o el género, y la última clave en la que insiste es la necesidad de lograr que el lector se pierda en el mundo creado por el libro y no quiera retornar a la realidad, porque bucear en esos imaginarios es "el placer más intenso de la lectura", comenta.
Reinvención constante
Las profesiones de artista y creador exigen reinventarse continuamente, según Follett, quien recuerda que él empezó escribiendo novelas de intriga, de suspense, y ahora lleva años vinculado a las largas obras históricas. Por eso, es posible que a sus 69 años haya llegado el momento de dar un "giro" a su narrativa, según anuncia.
Eso sí, aclara que este cambio de género en el que prevé dejar de lado la historia no se producirá en su próxima novela, en la que ya está trabajando y que confía que vea la luz en 2020.
La propiedad de catedrales, iglesias o castillos "es de todos"
El patrimonio es una de las alusiones más recurrentes en sus novelas en las que aúna historia y suspense y, aunque considera que la gente "madura" de Europa es "muy consciente" de los recursos que atesoran las ciudades, insiste en que la propiedad de catedrales, iglesias o castillos "es de todos", porque "fueron los ancestros los que acarrearon con esas piedras".
Por este motivo, a pesar de que es consciente de que los gobiernos no siempre pueden aportar los fondos necesarios para el mantenimiento de los monumentos, no acaba de entender que los ciudadanos tengan que pagar para visitar algo que es "propiedad de todos".
Horrorizado por no haber advertido lo que ocurría con las mujeres
Por último, asegura sentirse "horrorizado" por no haberse dado cuenta antes de lo que realmente estaba pasando en una sociedad que ha tenido que recurrir los últimos años a los movimientos feministas para hacer visible a una colectividad tan numerosa.
"No sé si es que yo tenía los ojos cerrados: igual me decían que estaba ocurriendo, y yo no les escuché", reflexiona el escritor, quien insiste en que es algo "terrorífico" que se creyera que ya se había logrado la igualdad entre hombres y mujeres cuando la situación real es diferente.
Follett subraya que esta situación no puede pasar desapercibida y que es necesario "apoyar" a todas las mujeres para "evitar" que sigan ocurriendo determinados acontecimientos.
Un mundo sin fin, La caída de los gigantes, El invierno del mundo, Doble juego o su última obra, Una columna de fuego, son algunas de las más de 30 novelas en 33 idiomas de este autor, que se define como un lector empedernido, ya que la lectura es una de sus grandes aficiones desde los cuatro años.
Además, comenta que por sus manos no solo pasan superventas, sino que en muchas ocasiones opta por la ficción literaria o las novelas en francés, y asegura que el único tipo de ficción que no le gusta es la fantasía, por lo que "nunca podría leer un libro como El señor de los anillos, lo que considera una pena, ya que reconoce que Tolkien es un escritor "mucho más popular" que él.
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